capítulo diesiciete

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Bárbara

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Bárbara

Un año después

—ya te dije, no puedo volver, en Inglaterra todavía no terminó la temporada y me necesitan—hablo detrás del teléfono.

—te dije cinco veces que entiendo, pero la selección te llamó—me dice mi compañero con una voz que se podría decir que ya se está enojando— es el primer partido en Argentina después de salir campeones, no te podes perder entrevistar a Messi.

—okey escuchá, voy a hablar acá con el programa, si me dejan voy por unos días

—genial, avísame rápido, necesito confirmar cuanto antes, me tengo que ir—mi compañero corta apurado, dejo el celular sobre el escritorio y empiezo a buscar fechas de vuelos para Argentina.

Hace un año y algo que me había ido del país y no había vuelto, mi familia me había venido a visitar siempre que podían, lo que significaba no tener que viajar. Además de que, al pertenecer a un programa y se primeriza, tampoco me daban muchas días de vacaciones.

Corté todo tipo de relación con Thiago, anduvimos unos meses pero nos dimos cuenta que ninguno de los dos estaba en la misma onda. Yo pensaba crecer en mi profesión y Thiago quería quedarse en el país, no coincidamos por ningún lado, así que lo dejamos. Fue consensuado y ninguno de los dos sufrió, ahí me di cuenta que no había estado 100% enamorada de él y lo nuestro había sido más una amistad de mejores amigos.

Cuando decidí irme de River, Santi se enojó bastante, después entendió que yo quería crecer como periodista pero él tiene su propia teoría de por qué me fui del club; ya todos se imaginarán cuál.

Con Enzo nunca más me volví a hablar, lo dejé de seguir por todos lados y borré su contacto, lo único que sé lo sé por los partidos que seguía viendo de River. Nunca más me volví a enamorar.







•••

Llegué a Argentina un día antes de que jugara la selección, me fue difícil convencer a mis jefes que me dejaran venir. No es por que sea de vital importancia en el programa, pero los convencí que podría trabajar para ellos haciendo algunas entrevistas acá; cosa que hizo que se quedarán satisfechos.

Mi idea era entrevistar a Julian y Enzo, muy queridos en Inglaterra. Así que ahora me encontraba en el predio de Ezeiza esperando a que llegarán.

De lejos veo como dos personas vienen caminando hacía a mí, así que concluyo que son ellos, por lo que me dispongo a sentarme y con el camarografo terminar de pautar algunas cosas.

—chicos si quieren pueden sentarse en los sillones—dice uno de mi equipo—ya podemos empezar barbi.

Saludo a Julian y a Enzo, ambos muy carismáticos, y me dispongo a buscar el micrófono para poder empezar con la entrevista.

—bueno chicos, primero que nada disculpen las molestias, pero necesitábamos entrevistar a nuestros campeones del mundo, que por fin llegaron a nuestro país—los chicos me miran atentos y se ríen—creo que todo el país quiere saber cómo se sienten y cuáles son sus expectativas al jugar su primero partido como campeones del mundo.

—creo que hablo por los dos al decir que la expectativa es enorme. Después del recibimiento que tuvimos cuando llegamos de Qatar, nos esperamos cualquier cosa—responde Enzo para nada nervioso, a comparación de Julian que se podía ver que era un poco más tímido.

—Juegan en el Monumental, que sentimientos les trae eso?

—por mi parte es un conjunto de emociones, el otro día pudimos pasar a saludar al equipo y fue hermoso—responde Julian, con una sonrisa— sabemos que no podía haber mejor estadio para recibir a la selección que el Monumental.

—les gustaría, en un futuro, una vuelta a River?—pregunto curiosa, sabiendo que es algo que todos los hinchas millonarios quieren saber.

—si obviamente, yo me quiero retirar en el club de mis amores, de donde soy hincha—responde Enzo, con la emoción de un verdadero hincha— cuando me fui de River la sufrí mucho y uno de los que me ayudó fue Enzo Perez, así que sí, espero poder volver y en mi mejor forma.

Al escuchar ese último nombre me quedo helada, sí, seguía afectandome. Y había caído en cuenta que podría cruzarmelo en el partido de mañana.

La entrevista termina con éxito, así que ya me estaba dirigiendo al hotel. Donde me hospedería por unos días, hasta volver a Inglaterra.

—dale salgamos barr, que te cuesta? el partido es mañana a la noche— Mili, no la veía hace un mes

—no traje ropa, no puedo, aparte hace mil que no salgo amiga—la verdad no tenia nada de ganas de salir, menos sabiendo el frío que hacía— estoy cansada del viaje.

—sos una vieja amiga, dale porfa porfa, te juro que nos volvemos temprano— Milagros era así, de esas amigas que no paran hasta lograr su objetivo

—me prometes??, porque sino no salgo nada

—si, te lo juro, me fui te amo— había logrado lo que quería, que salga después de mil años.

Estaba en una etapa de mi vida donde lo único que me importaba era mi salud mental, la había pasado muy mal tiempo atrás y volver a estar bien me había costado demasiado.

No culpo a todo lo que viví en Argentina, pero si afirmó que venir a vivir a Londres fue un cambio de aire, un cambio en mi mentalidad y en mis relaciones

Amapola | Enzo PérezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora