CAPITULO 15

1.1K 57 0
                                    


El resto de la semana pasa despacio y cansada.

Estos días estuve estudiando sin parar, hice los exámenes y bastante bien. El viernes llega y terminan las clases, después de llegar a casa nos ponemos a comer hablando de que planes podríamos hacer juntos. Después de comer y planeado lo que vamos hacer, subo rápido a la habitación a dejar las cosas de universidad, noto en mi bolsillo trasero del pantalón vibrar y lo cojo.

Miro la pantalla y frunzo el ceño, es mi tío, me parece extraño que me llame, ayer hablé con ellos.

—¿Tío? —pregunto.

—Ivy, cariño tu tía está ingresada
—habla con la voz cortada y me paralizo de miedo.

—¿Qué ha pasado tío?

—Ella te dijo a principios de semana lo de los pinchazos, estos dos últimos días han estado aumentando. No te quiso decir para que no te preocuparas, pero... —le cortó.

—Voy a ir a Chicago —digo.

—¿Estás segura cariño?, hace dos años que no vienes.

—Lo se, tío, la tía está en el hospital no os voy a dejar tirados.

—Gracias, cariño —me dice con un suspiro.

—Tío, voy a ver si alguien del departamento me lleva, intentaré llegar lo antes posible —le digo.

—Está bien, ten cuidado —cuelgo y cojo rápidamente mis cosas.

Bajo las escaleras rápidamente con el corazón latiendo sin parar, cuando bajó los chicos me miran confundidos.

—Me voy, chicos, mi tía ha tenido un accidente y está embarazada —le digo a toda prisa cogiendo mi abrigo.

—¿Pero cómo ha pasado? —me pregunta Brooke.

—Luego os lo cuento, pero necesito que alguien me lleve a Chicago, ahora —los miro desesperada.

—Yo te llevo —me dice Asher y se levanta, le regaló una sonrisa.

—Gracias, Asher  —coge las llaves y yo les digo a los chicos que los avisaré pero que no vendré en todo el finde, y les pido perdón por fastidiar la tarde.

Vamos a pasar rápido al coche y entramos.

—¿Sabes ir a Chicago? —pregunto.

—Si —asiente, me coloco el cinturón y emprendemos camino a Chicago.

—¿Estás bien Ivy?

—No, no estoy bien —niego con la cabeza, Asher pone su mano en mi muslo y me mira.

—Todo estará bien, ya verás. —me dice y vuelve su vista a la carretera, yo pongo mi mano encima de la suya a modo de agradecimiento.

Durante el trayecto Asher me dice cosas tranquilizadoras, y me relajo, pero no dura mucho. Son las seis de la tarde y hace una hora que hemos salido y yo solo puedo pensar en mis tíos y en qué estoy volviendo a lo que era mi hogar después de tanto tiempo, y que todavía no estoy preparada.

—¿Podemos hacer una parada me muero de hambre? —le pregunto cuando llevamos unas dos horas de trayecto.

—En cuanto vea una gasolinera me paro —asiento, minutos más tarde aparca en una gasolinera y entramos.

Cogemos unas cuantas bolsas y pagamos.

—Voy al baño, ahora vengo —me dice y asiento, me voy hacía al coche y sacó mi móvil para escribir al grupo y a mi tío preguntándole qué tal está la tía.

INEFABLE Donde viven las historias. Descúbrelo ahora