CAPITULO 5

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Me quitó el maquillaje sobrante mientras camino hacía los chicos, escucho pasos detrás de mi y me giro para verlo, Asher me mira con algo que no puedo descifrar. No le doy más vueltas y sigo mi camino, llego y me miran.

—¿Estas bien? —me pregunta June.

—Si, solo me he agobiado un poco por el ambiente —me encojo de hombros restándole importancia para que no se preocupen, Asher llega a mi lado y me mira, no le devuelvo la mirada.

—¿Te han dado el dinero? —pregunta Asher mirando a Axel.

—Si —sonrie.

—¿Cuanto? —pregunta Asher.

—5.000 euros —dice Axel, abro los ojos sorprendida.

—¿Tanto dinero? —pregunto y Asher me mira.

—Wazoski, eso es lo mínimo que puedo ganar —me dice.

—¿Me has llamado como el personaje de Mounstros SA? —pregunto.

—Si, eres muy bajita y me has recordado a el —se encoje de hombros y los demás ríen, les doy una mala cara.

—Idiota —digo.

—Venga, vamos, mañana hay clase
—dice June y asentimos.

Nos todos hacía el coche y nos montamos, llegamos en unos 25 minutos y entramos en casa.

—¿Cómo vais a dormir chicos?
—pregunta Axel.

—Yo duermo en el sillón, ve a la cama —me dice Asher.

—Estoy bien aqui —me alza una ceja.

—No seas terca y vete arriba —ruedo los ojos.

—Bueno, nosotros nos vamos a dormir —informa June.

—Vale —decimos, y suben los cuatro.

—Asher —le llamo, se gira en mi dirección.

—Puedes subir arriba si quieres —le digo.

—No quiero incomodarte —me dice.

—Sube anda, como duermas ahí, mañana tendrá un dolor de espalda insoportable  —digo.

—Esta bien —subo las escaleras con él detrás, me meto en la cama y Asher igual.

—Buenas noches, Mcqueen. —sonrio por el apodo que le he puesto, ríe.

—Buenas noches, Wazoski. —me giro y cierro los ojos.

Veo como el coche se empieza a acelerar y como va perdiendo el control , miro a mis padres y veo en sus ojos el pánico mientras me miran, siento que impactamos con algo y  pierdo el conocimiento.

—¡No! —grito y me levanto de golpe, he tenido una pesadilla, pongo mis manos en la cabeza y me caen algunas lágrimas, siento una mano en mi hombro y veo a Asher mirándome.

—¿Que ha pasado? —pregunta con delicadeza.

—No ha sido nada —le aseguro intentando controlar mi llanto y me quitó las lágrimas.

—Ivy —avisa.

—Solo duérmete —me levanto de la cama, bajo las escaleras y busco un vaso de agua, me lo bebo de golpe.

Cojo el fijo de casa y llamo a la persona que siempre me salva de las pesadillas, marco el número, a los dos toques contestan.

—¿Hola? —pregunta Susan a través del móvil.

—Susan, soy Ivy —informo.

—¿Que pasa? son las 4:30 de la mañana —dice y suspiro.

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