―Ya no te amo.
Le escucho decir mientras la copa se me resbala de mis manos, cayendo al piso y todo su contenido creando un charco sobre mis pies.
¿Ya no me ama?
Mis piernas no seden y me encuentro casi por caer de rodillas, pero él, él me sostiene. ¿Por qué me sostiene?
Claro, se trata de mi esposo.
Mi esposo.
El que ya no me ama.
Siento que me falta el aire. Mi esposo, el hombre que he amado durante tres años, me sigue sosteniendo.
―Mierda, Taeyong―Sisea enfadado.
¿Él está enfadado conmigo? ¡Mierda! Yo debería de estarlo ¡YA NO ME AMA!
―Esas cuatro palabras―murmuro―Creo que estoy soñando.
―No estás soñando, Taeyong ―Me lleva hasta mi sofá favorito. Aquel que él me regaló cuando recién nos mudamos aquí. Su estampado de tela blanca con lápices labiales de color rosa. ―Mi color favorito― es lo único que siento mío de este lugar en estos momentos.
―Johnny...
―Lo siento―Dice sin más. Sigue abrazándome mientras estoy sentado en sus piernas.
Tres años. Hace tres años me convertí en su esposo, cuando todo en mi vida empezaba a tener sentido. Hace cuatro años entró en la sala de emergencias con una herida de bala, resultado de un mal robo. Me dijo que mis ojos claros y mi cabello castaño fue lo que lo enamoró enseguida. No tenía por qué volver a casa y él no tenía a nadie más, así que me quedé a su lado hasta que despertó.
―Una cita―Recuerdo―Me pediste una cita al día siguiente cuando despertaste de la cirugía y acepté. Solamente una cita bastó para que nos enamoráramos.
Johnny no dice nada, más deja de tocarme como si hacerlo fuera un dolor crónico para él. Lo veo caminar en círculos por la sala de nuestra casa, aunque muy pronto dejará de serlo. Me niego a rogar por amor, me rehúso a ser como esas personas que lloran para que sus esposos no los dejen, no es lo que soy, jamás he sido débil ante él, ni ante nadie. Me he mantenido fuerte toda mi vida, sin una madre, sin hermanos, sin muchos amigos, solamente con una carrera y ahora, un corazón roto.
Pero lo que no voy a permitir es que se vaya sin decir la verdad.
―He conocido a alguien. Sé que quizá no quieres escucharlo, pero es la verdad.
Oh, por dios, está hablando. Y ahora no quiero escucharlo.
―Nadie deja de amar de la noche a la mañana sin haber terceros, Johnny ―Le digo mientras me compongo y me pongo de pie para dar por terminada esta discusión―Es lógico que hay otra persona. Y bueno, claramente está que no te deseo lo mejor, pero te agradezco que seas sincero conmigo, ahora solamente déjame decirte algo, John Suh.
Johnny me mira y pone sus manos en su cintura.
―¿Qué sucede?
Me acerco lentamente a él, observa mis pasos, ve mis piernas desnudas y se detiene un momento ahí.
El muy maldito hijo de puta acaba de hacerme el amor como nunca lo había hecho, ahora me doy cuenta que fue el sexo de despedida. Me limpio las últimas lágrimas con el dorso de mi mano y siseo en su cara:
―Vete a la mierda.
Johnny abre sus ojos como platos y no dice nada, más yo me voy directo a la bañera, a limpiar cada una de sus huellas, sé que será difícil, pero si él pudo dejar de amarme, estoy seguro que yo también podré hacerlo. Para cuando salga del baño, sé que ya no estará, y más le vale que así sea, porque seré yo quien lo saque a golpes de la que ahora se convertirá en su solitaria casa.
Mientras estoy sumergido en la bañera, me atormentan mis pensamientos. Jamás pensé en convertirme en el esposo de alguien, y desde luego, una persona abandonada por su marido. ¿Qué clase de hombre hace eso? Hacerte el amor y luego lanzarte a la cara que ya no te ama y que tiene otra persona. No sé qué duele más, que me haya engañado sabrá Dios desde cuándo o que ya no me ame.
Pero qué digo. No lo necesito, no necesito a Johnny. Soy lo suficientemente fuerte para superar esto. Me tengo que concentrar en mi vida, en la vida que dejé desde que me case. Aquel intocable, el chico que nunca perteneció a la sociedad, porque fue allí donde me arrastró. A ser más importante que una celebridad.
Su carrera como miembro del senado democrático desde la ciudad de Seúl me convirtieron a mí en el joven Suh, más no el doctor Lee que solía ser. Mi especialidad en cirugía cardiovascular me ayuda a resolver aquellos problemas del corazón que no pueden ser tratados con fármacos.
Vaya teoría de mi vida, ahora mi corazón se encuentra dañado y no puedo repararlo.
Mi padre se decepcionará de mí. Me he convertido en lo que prometí jamás ser. Es por eso que dejé nuestra ciudad de Ansan. Quería ser un cirujano y poder triunfar lejos de ahí. Mi padre fue maravilloso y su único temor era que yo me enamorara y que me rompieran el corazón.
De nuevo.
Las personas no son tan diferentes aquí, también en Ansan rompieron mi corazón. Pero ésa es otra historia, una muy patética que no quisiera recordar en estos momentos.
Al menos llegué a casarme esta vez.
Hola personitas bonitas, espero disfruten esta pequeña historia del Jaeyong, tanto como yo.
No olviden comer frutas y si les gustó el capítulo dejar su estrellita. (^o^)
⇝ⓀⓊⓇⓄ⇜

ESTÁS LEYENDO
𒄬 ¡𝐌𝐀𝐋𝐃𝐈𝐓𝐎 𝐄𝐒𝐓𝐀𝐅𝐀𝐃𝐎𝐑! 𒄬|| ᴶᵃᵉʸᵒⁿᵍ
Fanfiction¿Sobrevivirías a que tu primer amor te deje plantado en el altar? ¿Soportarías que tu segundo amor y matrimonio fuese una farsa? Dicen que la tercera es la vencida. Pero a veces, es la peor de todas. ¿Confiarías en tu guapo vecino sin enamorarte de...