CAPITULO 34

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En el presente.

―Debes tener un sentido del humor bien retorcido para hacer lo que estás haciendo.

La puerta vuelve a abrirse y un hombre con traje entra. No logro ver bien su cara porque él se dirige estrictamente hacia Jaehyun, con mucho respeto y casi intimidado hacia él.

―Agente Jeong, esperamos su autorización.

Jaehyun corta su mirada de la mía y se vuelve violentamente hacia él, como si no le hubiese gustado que nos interrumpiera.

―En un momento.

El hombre me ve por un segundo y bajo la mirada rápidamente cuando tengo los ojos de Jaehyun puestos en mí nuevamente.

―Parece que te tuviera miedo―Me burlo.

Jaehyun no dice nada por mi comentario. Relaja su espalda en el respaldo de la silla y cruza sus brazos sobre su pecho, tomando una compostura diferente esta vez.

―Se llama respeto.

Yo me referí a una persona. Él lo hizo de forma general.

―¿Eres el agente del mes o algo parecido?

Ser insolente es lo único que me queda ahora. Al escucharlo resoplar estoy consiguiendo lo que quiero. Enfadarlo, porque solamente de esa manera se le ha permitido ser honesto conmigo.

―Lo hacen porque soy su jefe.

Wow, eso no me lo esperaba. Como tampoco que me doliera más saber que él es la autoridad en todo esto.

El que lo planeó.

―Vaya―En cuanto una lágrima roda por mi mejilla, intento limpiarla con mi hombro, pero mi brazo se resiente del dolor y hago una mueca.

―¿Estás lastimado? ―Se escucha preocupado el muy hijo de puta.

Guardo silencio y lo ignoro.

Es entonces cuando se levanta nuevamente de su silla y camina detrás de mí. Abriendo las esposas y liberándome de ellas. Apenas y puedo sentir la sangre correr en mis dedos. Me duelen mucho mis muñecas, pero no tanto como su confesión.

―¿Taeyong?

―Dime que estoy soñando―murmuro.

Es la peor pesadilla que alguien podría tener. Solamente quiero despertar y nunca haberlo conocido. No sé qué duele más.

―Diamantes de sangre―Dice con vehemencia―Es así como se le llama al tráfico de diamantes, se obtienen en una zona de guerra, mediante el uso de esclavos―Niego con la cabeza―El desarrollo de prácticas como éstas son un ejemplo real y conciso de la violación masiva de derechos humanos y de la existencia obvia de la esclavitud. Recibimos el caso hace algunos años. Sin pistas, sin saber por dónde empezar. Estaba seguro que se trataba de un hombre, esta persona era ágil, se escondía en las sombras, mientras que su cuenta bancaria crecía cada vez más, financiando guerras en países bajos como África. Apenas eran unas pequeñas pistas que pudimos obtener y nos llevó hasta aquí, a Corea y los miembros del senado.

Johnny.

―¿Qué?

―Fue cuando salió tu nombre―Dice fríamente―Tú eres el único doctor que tiene miles de billones en su cuenta bancaria y una maleta llena de joyas en su apartamento que han sido rastreadas hasta África, de fuentes legítimas que solamente tú sabes, y ésa es la información que necesito. ¿Quién es tu proveedor y a quién más se las vendes?

Es la maleta que Johnny me envió. Nunca me tomé el tiempo para ver cada una de ellas, vi algunas pocas que fueron un regalo de su parte, pero ignoré el resto. También ignoré que la maleta seguía en mi apartamento y que por alguna estúpida razón me olvidé de devolvérsela.

𒄬 ¡𝐌𝐀𝐋𝐃𝐈𝐓𝐎 𝐄𝐒𝐓𝐀𝐅𝐀𝐃𝐎𝐑! 𒄬|| ᴶᵃᵉʸᵒⁿᵍDonde viven las historias. Descúbrelo ahora