CAPITULO 23

576 82 5
                                    

―Te he pedido que hicieras algo.

La voz de me despierta y abro los ojos asustado, al verlo de pie, apoyado en el marco de la puerta, frente a mí. Con los brazos cruzados y nada satisfecho. No sé cuánto tiempo me quedé dormido, pero lejos de ver su rostro de enfado, me siento un poco mejor.

―¿Ahora vas a obligarme irrumpiendo en mi apartamento? ―Lo desafío, incorporándome sobre la cama y él caminando hacia mí.

―No soy ese tipo de hombre.

―¿Ah no? Solamente te gusta aparecerte donde no te llaman ¿Cómo has entrado aquí?

―Tengo llave―dice con franqueza.

―¿Y cómo es que tienes llave? Esto ya supera el nivel de control que crees tener sobre mí.

Si antes estaba enfadado, ahora está peor. Ya no recuerdo cómo estaba vestido, pero sé que no llevaba corbata. ¿O sí? No lo recuerdo, porque de haberlo hecho, no me habría sentido como me siento en estos momentos.

―¿Te atreves a enfadarte conmigo por entrar a tu apartamento? Porque lo que superaré no solamente será mi nivel de control sobre ti, sino el ímpetu de cogerte para que te quede claro a quién y dónde perteneces.

Me encanta verlo de esa manera. Lo he enfadado hasta donde quería. Ahora no puede negarme la verdad. Yo también he llegado a conocerlo, y es que cuando se pone terco y furioso puedo sacar la verdad de él.

―Me estabas obligando a ir a tu apartamento y fingir que nada había pasado.

―Yo no te he pedido que fingieras, tampoco te he obligado a ir a mi apartamento, te lo pedí amablemente, no tenías que haber corrido lejos de mí como si fuese a hacerte algún tipo de daño. Eso dolió.

Tiene razón, fue estúpido.

―Lo lamento.

―Yo seré quien te diga cómo puedes disculparte.

Me lo puedo imaginar.

―No tienes que hacer esto. Actuar como si nada ha pasado. Me he ido dos semanas, he estado lejos lo suficiente para que vuelvas a pensar en él.

Él es Chittaphon.

―¿Volvemos a lo mismo? Parece que quieres que te recuerde algo.

―¡No! ―le grito insolente y haciendo una de mis rabietas―No vas a cogerme para que recuerde u olvide algo que tú y yo no podemos tener. No soy tuyo, Jaehyun. Sigo siendo una persona casada.

Eso parece dolerle, aunque no lo dirá en voz alta.

―Estás enfadado―Justifica mis palabras―Puedo soportar cualquier tontería que digas, pero nunca me conformaría con menos que hacerte mío, no solo para recordarte algo, sino porque...

Se detiene.

―¿Por qué? ―Lo reto―¿Qué otra cosa significa para ti tenerme? No me hagas preguntarte de nuevo por qué te has atrevido a compararme con el, Jaehyun. No hagas que odie a una persona que no conozco, porque le agradezco por haberte dejado ir, de otra manera no te hubiera conocido. No quiero imaginarme que yo podría haber sido una de esas personas con las que lo engañaste.

Toca su cabello exasperado.

―Jamás, serías como esas personas, Taeyong―. Ahora lo tengo frente a mí, y pega su cara a la mía con la mandíbula tensa y conteniéndose de ser aquel hombre salvaje que me prometió ser―Y cuando dije que no había comparación entre ustedes estaba diciendo la verdad.

―No quiero escucharte.

―Pero vas a escucharme, porque ya te escuché suficiente. Cada palabra que has dicho no ha valido la pena, ni tu enfado conmigo en estos momentos. Deberíamos estar haciendo las paces en mi apartamento en vez de estar discutiendo por cada cosa que esa cabeza tuya imagine.

𒄬 ¡𝐌𝐀𝐋𝐃𝐈𝐓𝐎 𝐄𝐒𝐓𝐀𝐅𝐀𝐃𝐎𝐑! 𒄬|| ᴶᵃᵉʸᵒⁿᵍDonde viven las historias. Descúbrelo ahora