-Norman!!!!!
El albino se levantó agitado de aquel sueño y por el grito que su padre había pegado, supuso que su día iba a ser terrible.
Norman: Si padre....-dijo asomandose por las puertas de un pequeño granero ubicado atrás de su casa.
William: ven aquí hijo....-dijo mirando al pequeño.
El albino no esperó a que su padre le repitiera la orden por segunda vez, como lo hacia antes. Esta vez se hizo presente con su padre el cual tenía dos grandes cuchillos en sus manos, afilandolos uno con otro y en un rincón del granero, una pequeña niña, tal vez de la misma edad que el pequeño Norman. (10años).
La pequeña estaba amarrada con sus manos detrás de su espalda, y amordazada. Para así no hacer ningún ruido.
Norman: ella es Conny.....-dijo mirando sorprendido a la niña la cual no se atrevia a moverse del miedo.
Conny era una niña rubia dulce y muy alegre que vive en el mismo pueblo de norman, y que por cierto es muy amiga de él.
La casa de la familia Minerva se encontraba muy apartada de la de los demás, en un campo más abierto y con el único granero de aquel lugar.
Norman: padre.... Que hace Conny aquí?-preguntó nervioso del porque la niña este ahí.
William: creo que no te dije....-dijo intentando recordar si lo hizo- pero hoy empezarás con tú entrenamiento como asesino.....-dijo esto último dedicandole una dulce sonrisa a su hijo.
Norman: A-a que te refieres...?-preguntó con voz temblorosa.
William: empezarás matando a aquella niña....-dijo poniendo uno de los afilados cuchillos en las manos del pequeño- lo harás sin piedad , así como lo hace un Minerva .....-decia acariciando el cabello platinado de su hijo.
Norman estaba asustado y su padre muy ancioso porque su hijo empiece con su primer asesinato.
-lamento haberme tardado, padre...-dijo un pelinegro azabache junto a la puerta del granero.
William: oh!!! Ray llegas a tiempo...-dijo emocionado- tú hermano aún no empieza.....
El azabache le dedicó una mirada a su hermano el cual temblaba a un lado y si no fuera por su color de piel, se diría que estaba hasta pálido.
El albino se acercó lentamente a la niña, con pasos temblorosos y con mucho nerviosismo.
Se arrodilló junto a su amiga, la cual lo miraba aterrada y si no fuera por la mordaza estaba seguro que le pediría que no lo hiciera.Norman: Lo siento Conny....-dijo alzándo su cuchillo en el aire.
Aquel acto hizo que su padre empezara a mostrar una sonrísa de orgullo, pero su sonrísa no duró lo suficiente.
Norman cortó la cuerda que tenía atada a su amiga y la liberó de ella, ayudandola a levantarse rápidamente mientras su padre caminaba hasta ellos.William: Norman.....!-exclamó enojado.
La pequeña Conny no tuvo tiempo de sacarse la mordaza y solo salió corriendo de aquel granero dejando atrás a su amigo.
William muy enojado abofetea a su hijo haciendo caer al suelo y tomando el cuchillo que no había podido usar su hijo.
Y antes del salir del granero solo le dedicó una mirada de decepción.William: Ray...!-exclamó fuertemente como si no estuviera ahí- lleva a este bastardo a su habitación..... esta cástigado.....-dijo saliendo de aquel lugar.
El hermano mayor del albino alzó a su hermano y entre pequeños jaloneos lo llevó hasta su habitación. Algo que fue terrible para Norman fue que desde su ventana de su cuarto se podia ver a la lejanía a su padre entre la gran maleza de aquel campo dirigirse hasta su amiga, la cual se encontraba atrapada en una trampa para osos que su padre pone para que nadie escape.
Norman: No..No...!-exclamaba detrás del cristal mientras veía a su padre llegar hasta su amiga.
Aquel hombre agarró a la niña de sus cabellos haciendo su cabeza hacía atrás para luego con el gran cuchillo afilado cortarle la garganta de una sola tajada.
Norman: No.....!-exclama desde su habitación sin ser escuchado.
El pequeño albino no hizo más que derramar lágrimas al ver a su padre regresar con el cuerpo sin vida de su amiga.
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LA OTRA MITAD DE LOS MINERVA.
RandomNorman es un chico de buena carisma, sonriente y muy amable que vive en Neverland, un pequeño pueblo ubicado en las afuera de la ciudad. lo que nadie sabía de él, esque también oculta un gran secreto en si, debajo de esa sonrísa cálida que te brinda...