introducción

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Ahí estaba, parado a un lado sin poder moverse siquiera por el gran miedo que se acumuló en sus piernas impidiendole salir huyendo.

El pequeño Norman veía como su padre alzaba su hacha con ambas manos y descendía hasta el cuerpo de aquel hombre en el suelo, cortándole una a una sus extremidades, manchando cada vez más sus manos.

Los gritos desgarradores de aquel hombre, aún con vida, le atormentarían por siempre.

El albino no pudía creer que su padre esté cometiendo tal acto tan víl. Hasta que vió como su padre cesó con el hacha.

William: Ves Norman....-dijo un poco agitado dirigiendose a su hijo- así se descuartiza a una persona.......-sonrío orgulloso.

Sin embargo, el pequeño niño parecía estar en shock, No podía creer nada de lo que estaba viendo.

Norman: P-padre.....-dijo tembloroso- Yo no quiero hacer eso........

Aquel hombre se sorprendió mucho por la respuesta de su hijo.
William soltó su hacha y se acercó a su hijo lo suficientemente cerca para propinarle una bofetada que lo hizo caer al instante.

William: oh! Mira lo que me haces hacer...-exclamó preocupado viendo a su hijo en el suelo.

Norman se puso de pié con la ayuda de su padre, el cual se acunclillo hasta la altura de su hijo tomándolo de los hombros.

William: Norman.......-dijo- si vuelves a decir que no quieres ser un asesino, entonces te azotaré como lo hice con tú hermano Ray........... ¿eso quieres?

Norman: (negar).

William: entonces comportate como un Minerva y dale honor a la familia.....-dijo en un tono orgulloso.

El pequeño estaba aterrado, aterrado de solo pensar que su padre le obligaría a matar de esa manera, pero para el pequeño albino nada era más aterrador que ser golpeado por su padre.

Norman: (asentir).

William: ese es mi hijo....-dijo palpando el hombro del niño- al igual que tú padre, te convertirás en el mejor asesino de todos........

El pobre muchacho solo asentía con temor, temor a ganarse otra bofetada de desaprobación de su padre.

Sinceramente, la infancia de Norman Minerva no fue la mejor que digamos.

LA OTRA MITAD DE LOS MINERVA.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora