El Padre que nadie quiere

163 11 7
                                    

Flashback: Narra Ray.

Aún lo recuerdo, recuerdo aquel día en que lo seguí, seguí a Norman por las calles de Grace field cubriendome y mezclandome entre la múltitud para no ser descubierto por él.
Incluso cuando llegaron a aquel restaurante tan elegante al que la llevó aquella noche. Lo observé sin parpadear, sin desvíar la mirada por un momento, debía estar atento y debía ser muy cauteloso para seguir a un asesino profesional como lo era Norman.
Supe esconder muy bien mi presencia de la pelinaranja, pero él se dió cuenta desde un inicio y me lo hizo notar en aquel callejón oacuro. Nunca pensé que con esas manos tan delicadas podría dejarme sin aire asi de fácil.

Norman: Quién eres?-preguntó enojado mientras me agarraba del cuello- por qué me sigues?

No respondí. Sabía que él reconocería mi voz  con la mas mínima palabra que dijera, asique solo cayé.

Norman: me percate que toda la noche me seguiste....-dijo- acaso quieres que te mate?!
Tienes 5 minutos para decirme tú mótivo......

Tal vez, él no lo notó, pero yo sonreí ante la amenaza que me dió, sabía a fondo que lo haría pero quería saber hasta dónde podía llegar. Ese fue mi error.
Duras penas me percaté que sacó de la cinturilla de sus pantalones una pequeña navaja muy afilada y con la cual intentó hacerme daño. Logré reaccionar a tiempo, le propiné un gran golpe que hasta el día de hoy me arrepiento de haberle dado, pero solo así pude zafarme de su agarre.
De momento, sentí una de sus manos agarrarme para no escapar y a lo cual yo reaccioné con un segundo golpe que lo hizo caer al suelo. No paré ahí, continué golpeandolo una y otra vez dejandolo mal herido.
Luego de haberle propinado una buena paliza, finalmente huí.

Me apresure lo más que pude a llegar a casa. Me bañe, me cambié la ropa que traía puesta y la escondí para que no me descubriera. Al cabo de dos horas después, él llegó a casa. Su ropa se veía terrible al igual que su portador, asique me atreví a preguntar por él.

Ray: Que te sucedió?-pregunté fingiendo sorpresa e intriga al verlo de esa manera.

Norman: No es nada....-dijo como si nada- solo son unos pequeños golpes....-dijo esto último intentando subir las escaleras.

Me sentí terrible al verlo de esa manera. Dejé de seguirlo por un tiempo, ya que me sentía culpable, pero fue hace unos días atrás que lo seguí y esta vez nada terminó bien para mí.
Aquella noche él fingió no haber notado mi presencia, solo me guió hasta donde él queria y yo caí en su trampa. Tengo que admitirlo, si había algo que me sorprendía de Norman, era que siempre actuaba con naturalidad.
Igual que la última vez él fue el que habló mientras yo solo lo miraba .

Norman: Sabía que Te volvería a encontrar-me dijo al girarse y verme allí parado- Parece que tenemos que hablar...

No respondí.
Tal vez, hice mal, ya que eso lo enfureció e intentó matarme. Intentó golpearme varias veces, pero solo esquivé sus ataques sin siquiera contraatacar, ya que no quería lastimarlo.
Por un momento me ví en malas, ya que algo me hizo tropezar haciendo que cayera derepente al suelo dandole una ventaja a él, ventaja que no desaprovecho y rápidamente intentó aplastar mi cabeza , peeo gracias a que pude reaccionar a tiempo me levanté rodando mi cuerpo hacía un lado y evitando su golpe certero.
Sabía que si me llegaba acertar aquel golpe, entónces el final hubiera sido otro.
Me ví en aprietos, asique intenté huír, pero Norman logró enterrar aquel pequeño cuchillo que llevaba consigo. La punzada fue tan dolorosa que quería caer al suelo, pero no lo hice, tuve que aguantar el dolor y continuar con mi escape aún con el arma en mi pierna.
Diablos!! Si que dolía.

LA OTRA MITAD DE LOS MINERVA.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora