sentimiento extraño 2

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P.O.V Norman.

Aquel día transcurrió normal, me acoste en el sofá a ver televisión; luego de unas horas preparé algo de almorzar para Ray y yo. Todo normal como dije, excepto por una cosa, Ray no volvió a casa en todo el día. Pensé que aquel asunto "importante" sería rápido, pero me equivoque y él no llegó hasta la noche.

Yo estaba listo para mi misión, me vestí casual para la ocasión como siempre lo he hecho; con una camisa manga largas blanca; unos pantalones de tela negros y un poco ajustados que resaltaban mi trasero; y una corbata celeste como toque final, aquella noche decidí no usar saco, ya que hacía demasiada calor.

En ese momento que acomodaba mi corbata en el cuello, oí el cerrojo de la puerta abrirse, lo cual me indicaba que Ray estaba de vuelta. Asi que baje las escaleras con tranquilidad y ahí lo ví. Estaba recostado a la puerta y parecía cansado, casi no podía ponerse de pié, además de los muy notorios golpes que alguien le había propinado.

Norman: Qué te sucedió?-preguntó con un poco de interés.

Ray: (sonreír) Esto? Pfff no fue nada...-dijo con una sonrísa en su rostro como si con eso le dijera que estaba bien.

Norman: esta bien...-resopló suavemente- tengo que irme....

Ray: esta bien, ve.....

Por un momento quize intentar renunciar a esa mision, por lo menos por esa vez, ya que al ver a Ray en ese estado intenté crear algún sentimiento de hermandad en mí, pero no lo hice. Solo salí de la casa y seguí mi camino.

Pude llegar a mi objetivo.
Él era un jóven empresario que aceptó tomar una copa conmigo.
Nunca pensé que aquel maldito era un alcohólico y me fue fácil enborracharlo. Copa tras copa fue bebiendo sin saber mi malicia.

Una vez ebrio todo fue fácil, lo saqué de aquel lugar con la excusa de que lo llevaría a un lugar dónde se gozaba la vida al máximo, con mujeres muy jóvenes y bellas y como aquel maldito también era un degenerado, aceptó sin más.

Norman: Dime Don.. Qué clase de chicas te gustan?-pregunto tratando de hacerle conversa al borracho.

Don: (hipar) a mí (hipar) me gustan jóvenes.....

Norman: Qué tan jóvenes?-pregunté sacando sus verdades.

Don: (hipar) 15 o 17 años (hipar-dijo- porque luego de esa edad, las mujeres se ponen feas.....(hipar).

Norman: (sonreír) entiendo.

Él nunca se había dado cuenta, tal vez si hubiera estado un poco cuerdo lo habría descubierto.
En el transcurso de nuestra conversación desvié a Don Gardear por uno de tantos callejones oscuros que conocía para mis víctimas.

Don: hm? (Hipar) Qué hacemos aquí?-preguntó confundido al solo ver una profunda oscuridad.

Norman: estamos aquí porque aquí he decidido que hacer contigo.....

Don:  mh?

Aquel bastardo no pudo siquiera reaccionar y con un solo golpe que le dí, logré romperle la nariz e incluso un par de dientes.
Él había caído de espaldas a la pared y fue justo ahí cuando decidí acabar con todo.
Saqué de mi pantalón una pequeña pero afilada navaja y me acerqué a él con la intención de matarlo, pero no era justo que un golpeador de mujeres y pedófilo salga de esta muy fácil, asi que empecé a alzarlo luego lo golpee con todas mis fuerzas.

Norman: Te gusta golpear mujeres?-dijo propinandole otro golpe-porque mejor no me golpeas a mí!!!!

Eran golpes tras otro, pensé que acabaría matándolo de esa manera, pero al parecer aquella escoria humana aún se levantaba.
Aún recuerdo sus gritos de dolor y sus súplicas para que deje de hacer.

LA OTRA MITAD DE LOS MINERVA.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora