Capitulo 25
Arden... Mis pulmones arden... me cuesta respirar... No sé cuánto tiempo he estado haciendo esto pero mi cuerpo simplemente quiere descansar.
Me detengo a tomar aire, siento que voy a desmayarme en cualquier momento. Olas de náuseas y mareos llegan a mi de repente sin poder controlarlos.
—¿Por qué mierda te detuviste?— La voz de mi padre detrás de mi suena completamente llena de ira.
—No... No p-puedo respirar— Contesto a duras penas mientras trato de hacer que oxígeno llegue a mis pulmones.
—¡Te dije que vas a correr alrededor de este estadio hasta que te sangren los pies!— Aunque no lo estoy viendo porque mi mirada está enfocada en mis pequeños tenis de niño, puedo notar que mi padre está increíblemente enojado —No querrás volver a desobedecer, estoy siendo muy suave contigo en este castigo. Deberías estar agradecido.
Alzo mi mirada y la luz del sol me golpea a la cara, solo han pasado unos 7 meses desde que mamá falleció y el dolor en mi pecho está tan vivido como el primer día que se fue.
Mi padre me prohibió jugar con Paula, porque según el ella me volvería débil, cobarde y afeminado. Ella era la única con la que podía olvidar mi mísera existencia y aún me recordaba mi ser.
No pude evitar escaparme con ella para jugar con los columpios desobedeciendo toda advertencia de mi padre.
Grave error...
—Mamá...— Mascullo por lo bajo mientras tomo mi pecho en agonía, lágrimas amenazan con salir de mis ojos.
De repente todo se vuelve negro y es que el golpe que mi padre acaba de conectarme en el rostro fue tan fuerte que hizo que me cayera al piso sobre mis glúteos. Hizo que todo mi mundo quedara a oscuras.
Duele...
Mi cara duele y palpita, me levanto del suelo rápidamente y veo el torso de mi papá. Es imposible mirarlo a los ojos.
—¿Que mierda acabas de decir? ¿Mamá?— La desagradable y ronca risa de mi padre hace presencia —Hoy estoy de buen humor, así que dejaré pasar ese comentario nefasto.
No respondo porque estoy luchando por contener mis lágrimas.
—Si llegó a ver una sola lágrima rodando por tus mejillas te quedarás sin comer por 2 días— Me da una risa maliciosa —No quieres pasar por eso de nuevo, ¿Verdad?
—N-no...— Utilizo todas mis fuerzas para responder y contener mis lágrimas.
—Muy bien... Estás aprendiendo, Axel— Su horripilante voz es suficiente para que me den arcadas de asco —Ahora vas a darte la vuelta y vas a seguir corriendo en este maldito estadio hasta que te sangren los pies. Es eso o tener otra cicatriz en tu pequeño cuerpo, y no queremos eso ¿Cierto?— Yo niego con la cabeza aguantando mis sollozos y lágrimas que amenazan con salir. Su risa cínica retumba por toda mi cabeza haciendo un eco que hace que me duela la misma.
Me doy la vuelta y comienzo a correr, no sé cuánto tiempo ha pasado exactamente, pero cada vez que miro al suelo a ver mis pies veo como mis calcetines ya han absorbido gran parte de sangre que salen de mis pies, los pies que hace un buen rato ya he dejado de sentir.
Quiero morir, no quiero estar más con ese demonio que se hace llamar mi padre. Simplemente quiero morir y estar con mamá...
...
Me despierto desorientado, con mi respiración acelerada y completamente sudado. La habitación está completamente oscura, alzo la sabana que me cubre para observar mis pies, trato de controlar mi respiración al ver que estoy bien. Estoy bien...
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Mi Endeble Corazón
Teen FictionExiste un dicho que dice "Los hombres no deben mostrar debilidad alguna" y esta frase le queda perfecta a Axel. Ser el hijo menor de una gran familia de empresarios, modelos, actores y deportistas, es mucho más complicado de lo que parece, y más si...