Capitulo 30
Encontramos valor cuando las cosas que apreciamos se ven comprometidas.
Los días han pasado bastante tranquilos desde que tuvimos esa conversación en el restaurante del hotel. Olivia me llamó ayer, me dijo donde sería la fiesta y la hora, no sin antes gritar a través del teléfono y darme las gracias. Seguramente no se esperaba que asistiría.
La fiesta es hoy y tengo el ánimo por el suelo. Sinceramente estoy rogando porque pase algo de imprevisto y se cancele todo, una sonrisa maliciosa se forma en mis labios al imaginar la posibilidad.
Pero no puedo ser tan egoísta, es su fiesta de cumpleaños y solo ella y su hermana saben cuan emocionadas están por esto. Por su parte Aurora está bastante ansiosa por la fiesta, al parecer también le caen bien las gemelas y que estás la incluyeran en un día tan importante para ellas debió complacerle mucho.
Visualizo con diversión como toda la tarde ha estado caminando de allá para acá organizando todo, cada que me ve relajado en el sofá me da una mirada asesina y me dice que me ponga a hacer algo, pero la verdad no hay nada que hacer, solo que no quiere admitir que le frustra ver lo relajado que estoy mientras ella está tan estresada. Sinceramente no entiendo porque está tan emocionada por una simple fiesta.
Camino hasta la puerta del baño y me recuesto del marco de la misma, mis brazos cruzados en mi pecho.
—¿Quieres relajarte un poco?— Doy un suspiro —No es como si fuéramos a ver a la reina.
—Si no vas a ayudar no hables— Dice mientras tiene su atención en su reflejo en el espejo, está arreglándose el cabello.
Muerdo mis labios mientras la visualizo de pies a cabeza, solo lleva una toalla de baño porque acaba de salir de la ducha.
—Te ves sumamente devorable, ¿Lo sabías?— Me acerco a ella en pasos lentos hasta que dar a una distancia prudente, mis manos en mis bolsillos y mis labios en una sonrisa torcida —Creo que nunca te lo había dicho, pero estás bastante buena.
Veo con diversión como rápidamente sus mejillas comienzan a enrojecerse, pero sigue manteniendo el mismo temple serio tratando de que no lo noté.
—Sí, me lo dices todo el tiempo, y aunque me encanta que lo hagas ahora mismo no es el momento— Sus ojos no voltean a mirarme ni un segundo.
Me acerco más a ella y su dulce fragancia golpea mi nariz, aún está un poco empapada por la ducha pero no me importa mojarme un poco cuando la tomo de las caderas suavemente y gira su cuerpo hacía mi. Nuestros rostros peligrosamente cerca.
—¿Por qué no es el momento?— Pregunto, mis labios casi rozando los suyos.
—Me acabo de bañar, Axel— Pone sus manos en mi pecho y trata de empujarme pero no tiene éxito —Además, ahora no tengo ganas de tonterías.
—¿A si?— Frunzo mi ceño en diversión y me vuelvo a acercar —¿Por qué tu cara me dice lo contrario?
—No se de qué hablas— Sus labios trazan una sonrisa que no puede ocultar y trata de controlarla —Se nos hace tarde, no tenemos tiempo para esto.
Hundo mi cara en su cuello dejando suaves besos por el mismo, tengo mis manos en sus caderas y siento como se estremece un poco por las suaves caricias en su cuello. Me separo y subo una mano hasta su garganta, con mi dedo índice trazo suavemente una línea imaginaria que va desde su garganta y baja por su pecho hasta quedar entre sus senos, mi dedo tomando levemente su toalla.
—Aún tenemos tiempo— Mi voz es un suave susurro —Yo también necesito ducharme, ¿Que tal si lo hacemos juntos?
Ella me da una sonrisa pícara para después lamer su labio inferior, deja un suave beso en mis labios sin decir nada y es más que suficiente para saber su respuesta. Termino de bajar su toalla y sus senos expuestos se pegan a mi pecho. La beso carnalmente y nos dirijo a la ducha sin separarnos.
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Mi Endeble Corazón
Dla nastolatkówExiste un dicho que dice "Los hombres no deben mostrar debilidad alguna" y esta frase le queda perfecta a Axel. Ser el hijo menor de una gran familia de empresarios, modelos, actores y deportistas, es mucho más complicado de lo que parece, y más si...