Capitulo 23
—¡Axel!— Me grita Aurora desde lejos levantando una mano —No te retrases— Me alegra verla con esa gran sonrisa en su rostro mostrando esos dientes perfectos. Está muy entusiasmada porque por fin llegamos después de un viaje tan largo y desde otro continente.
Yo alzo mi mano y le doy una sonrisa. Estamos en el aeropuerto de Florencia, la capital de La Toscana. Llegamos con unos cuantos días de antelación, quiero poder disfrutar con Aurora unos días en esta bella ciudad antes de que llegue mi familia.
Se que cuando lleguen lo que menos haré será disfrutar.
Mi pecho se siente cálido al ver la gran sonrisa de Aurora mientras queda embelesada viendo todos los puestos de comida, atracciones y hasta una Librería que hay en el aeropuerto. Es como una niña pequeña, pocas veces tengo la dicha de verla actuar tan infantil y se siente genial.
Sí, se que en Canadá que es de dónde venimos hay todo este tipo de cosas, pero experimentarlas en otra cultura es algo muy diferente.
—Tienes mucha energía, ¿No tienes sueño?— Le pregunto acercándome a ella —Se que aquí son las nueve de la mañana, pero en casa es medianoche ahora mismo.
—Dormimos casi todo el viaje, ¿Cómo puedes pensar en tener sueño?— Responde mientras su atención queda fija en una Librería —Además Florencia es muy diferente a Vancouver, no se cómo no estás emocionado— Añade volteando hacia mí y haciendo un puchero.
—Ya había venido antes, cuando era pequeño— Ella se cruza de brazos.
—Entonces supongo que no te emociona— Reclama mientras comenzamos a caminar. La noto un poco enojada conmigo.
—No estoy emocionado por venir aquí, tonta— Pellizco su nariz —Estoy emocionado por estar contigo aquí, que es diferente.
Ella voltea y noto como se ruboriza un poco.
—Si no te conociera diría que estás coqueteando conmigo— Dice en tono burlón tratando de ocultar su vergüenza.
—Tal vez si este coqueteando contigo, hermosa— Volteo hacia ella y le guiño un ojo. Veo como sus ojos se iluminan y me da una sonrisa de boca cerrada.
—Siento interrumpir su momento cursi— Aparece Paula entre nosotros —Pero ya llegaron los autos, así que es hora de irnos— Nos informa.
Nos dirigimos hacía la salida del aeropuerto y están los autos aparcados en la entrada como ya nos había informado Paula. Leo está en el asiento de conductor de uno de los autos mientras un mozo de equipaje sube las maletas de el y de Paula al auto.
Yo decido subir las maletas de Aurora y mías por mi cuánta al otro auto, una vez todo listo le doy una buena propina al mozo. Nos subimos al auto y lo enciendo.
—Muy bien todo listo— Le digo a Aurora dando un respiro —¿Quieres ir primero al hotel o quieres desayunar algo antes?
—Muero de hambre, vamos a desayunar primero— Responde con gran entusiasmo. Yo le doy una mirada incrédula —Esta bien, no tengo tanta hambre es que quiero pasear por ahí y conocer un poco el lugar— Baja los hombros aceptando su derrota.
Le doy una sonrisa de suficiencia —Ya lo sabía, solo quería oírlo de tí— Ella me responde con una mirada asesina.
Arranco el auto y manejo un rato siguiendo el GPS, hasta que llegamos a un lugar más céntrico de la ciudad. Noto como Aurora se queda hipnotizada mirando las cosas que pasan fuera del auto y una vez reafirmo que fue una buena idea traerla.
Pero la sonrisa dibujada en mi rostro se apaga cada vez que recuerdo que tendré que lidiar con mi horrible familia en unos días. Ella se voltea por un momento y nota mi expresión.
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Mi Endeble Corazón
Roman pour AdolescentsExiste un dicho que dice "Los hombres no deben mostrar debilidad alguna" y esta frase le queda perfecta a Axel. Ser el hijo menor de una gran familia de empresarios, modelos, actores y deportistas, es mucho más complicado de lo que parece, y más si...