Capitulo 6
Nunca me hubiera imaginado que está chica volvería al albergue, hoy es sábado y es verdad que no hay universidad y tiene tiempo, pero simplemente pensé que lo dejaría aquí a su suerte, y no la juzgo con que hubiera hecho eso estaría contento, no todo el mundo se detiene a ayudar a un perrito y nada más por traerlo aquí le salvó la vida.
Pero de verdad le interesan los animales, y no lo hizo solo como un reflejo, puedo notar en esa sonrisa genuina que estoy viendo de lejos, que no hace esto solo para aparentar o para sentirse bien consigo misma.
Lo se porque yo soy exactamente igual.
Al acercarme un poco más ella nota mi presencia, y veo como cambia su mirada de felicidad y gusto, por una de confusión e incomodidad. Lo arruiné mucho con ella al principio.
—¿Que estás haciendo aquí?— Frunce el ceño y se cruza de brazos.
Tengo que pensar bien lo que voy a decir, no quiero arruinar más esto de lo que está, y tampoco se porque tengo tanta necesidad de terminar en buenos términos con ella, si fuera otra persona simplemente dejaría las cosas así, sin importarme lo que piensen de mi. Tomo aire para prepararme por lo que voy a decir
—Primero que nada, lo siento de verdad...— mi voz es sincera.
Noto la confusión en su rostro, no creo que haya esperado estás palabras de mi, ni siquiera yo las esperaba.
Las empleadas a nuestros lados también se les ve en la cara que no entienden que pasa.
Yo miro a los lados un poco incómodo —¿Puedes venir conmigo un momento, por favor?—
Ella vacila con mi proposición, pero al final creo que le gana la curiosidad por saber que tengo que decir.
La llevo a una parte menos transitada del albergue, mientras caminamos pienso en mil maneras de decirle las cosas. Ya estando en una parte más tranquila, busco las palabras que le quiero decir.
Ella cruza los brazos —Bien que quieres decirme— se nota que esta a la defensiva.
—Yo... De verdad lo siento, me equivoqué contigo— Ella nota que lo que digo lo siento de verdad, y baja las brazos de su pecho.
—Te juzgue mal, y tomé juicios apresurados sin siquiera conocerte— Continuo —Lo que hiciste y lo que estás haciendo ahora es digno de admirar, y muy pocas personas hacen esto. Y obviamente se que no lo haces para quedar bien o dar una imagen, pero igualmente gracias, de verdad— me quedo sin aire un momento, y mi pulso está un poco acelerado, no acostumbro para nada a disculparme y menos de esta manera, pero sentía una gran necesidad de decirlo.
Ella se queda callada un momento asimilando lo que acabo de decir, obviamente no esperaba esto de mí.
Baja sus brazos a sus costados y los mete en sus bolsillos —Muy bien te creo, y voy a aceptar tus disculpas, hay que ser valiente para aceptar tus errores y lo admiro— lo dice aún con firmeza en su voz.
—Gracias...— Bajo la cabeza aceptando mi error.
—¿Y porque estás aquí? ¿Viniste hasta aquí acechándome solo para decirme eso?— me pregunta con poco de sarcasmo en su voz.
Le doy una pequeña sonrisa —No, en realidad venía a ver cómo estaba el cachorro que trajiste.
Vuelve a cruzar sus brazos —¿Quieres que me crea que viniste hasta aquí solo por un cachorro herido?- junta sus cejas —Se nota a leguas que no eres de esos tipos.
—Creo que también me estás juzgando mal sin conocerme— Le doy una mirada serio.
—¿A sí?— Entrecierra los ojos —¿En qué me equivoco?
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Mi Endeble Corazón
Roman pour AdolescentsExiste un dicho que dice "Los hombres no deben mostrar debilidad alguna" y esta frase le queda perfecta a Axel. Ser el hijo menor de una gran familia de empresarios, modelos, actores y deportistas, es mucho más complicado de lo que parece, y más si...