32. Vendetta

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Capitulo 32

Aurora

—Aquí está la pastilla, tómatela y descansa un poco— Ordena Axel mientras pone una pastilla de dolor de cabeza sobre el mesón de la cocina y deja un tierno beso en mi frente. Le doy una sonrisa agradecida y asiento —Hoy podemos quedarnos tranquilos aquí en el hotel, mañana es el segundo ensayo, así que tomemos el día y relajémonos juntos, ¿Sí?

No recuerdo muy bien lo último que pasó anoche. Tengo muy buena tolerancia alcohol pero todo tiene un límite, creo que me sobrepasé de copas. Lo último que recuerdo de la noche es estar en el auto de regreso y después mágicamente estaba en el cuarto de la habitación del hotel.

Aunque si recuerdo algo más... A Axel cargándome en sus fornidos brazos mientras me subía a la habitación porque no podía caminar, una sonrisa tonta llena mis labios cuando recuerdo cómo me aferré a su cuello y el besó mi cabello dulcemente.

¡Dios! ¿Por qué bebí tanto? Quiero recordar un poco más de eso.

Paula quedó peor que yo, pero no me preocupo tanto porque Ezequiel se encargó de ella, y lo pude comprobar porque ella se embriagó primero que yo.

Parezco salida de The Walking Dead, mi cabello está completamente despeinado y mis ojeras no ayudan. Axel está a mi lado recostado del mesón mientras mira algo en su teléfono, su cabello negro azabache está ligeramente mojado por la ducha que acaba de tomar y mechones de este caen a los lados de su rostro, está con unos pantalones pijamas azules y una franela unicolor gris. Es increíble que luzca tan atractivo y sexy vistiendo esas simples prendas. ¿Cómo hace para siempre verse tan bien?

Hago una mueca de molestia y froto mi sien con las yemas de mis dedos y le doy un sorbo a la taza de té caliente que tengo en mis manos. Son apenas las 10 de la mañana y ya quiero que el día acabe.

—Voy a aceptar tu propuesta— Capto su atención y pone su teléfono en el mesón —Solo si traes helado de vainilla y fresas y pasamos todo el día acostados viendo Netflix— Dejo la taza en el mesón y me cruzo de brazos e inflo mis mejillas haciendo un berrinche.

—Claro, todo lo que quiera mi princesa— Aprieta una de mis mejillas suavemente y me da una sonrisa dejando ver esos perfectos dientes blancos. Me encanta cuando Axel se comporta así conmigo. Nunca se comporta así en público así que me hace sentir especial.

Yo le devuelvo la sonrisa y tomo su mano que está apretando mi cachete para darle un beso, pero cuando tengo sostengo su mano derecha me doy cuenta de que su nudillo está morado, como si hubiera recibido un golpe o algo así.

Automáticamente arrugo mis cejas y le doy una mirada exigente a Axel —¿Qué te pasó en la mano?

El zafa su mano de mi agarre y la envuelve con su otra mano para que no la vea, eso hace que yo arrugué aún más las cejas y ponga mis manos en mis caderas esperando una explicación.

—Eh... Yo— Divaga buscando la respuesta —A-anoche cuando te traía en mis brazos al abrir la puerta de la habitación me di un golpe en la mano con el marco de la puerta.

Yo bajo las manos de mis caderas y el siguió.

—No quería que te preocuparas así que no te dije nada— Alza sus manos inocentemente.

¿Será eso verdad?

Sinceramente puede que esté diciendo la verdad porque no recuerdo nada de anoche, y suena como algo que si podría pasar.

—¿Estás seguro?— Digo alzando mis cejas —No me voy a enojar si es por otra razón.

—Es en serio, no te preocupes por nada, por eso mismo no te quería decir nada.— Se acerca a mi y pone sus manos en mi cintura, yo me quedo incrédula viendo cada movimiento que hace —Además es solo un pequeño golpe, es todo.

Mi Endeble CorazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora