¡Al!
¡Alastor!
¡Por favor. Resiste!
¡Solo...solo un poco más!
¡Unos metros más!
¡Maldición!
¡Dios. Por lo que sea. Que no le pase nada! ¡No sé si me escuchas! ¡No sé si aún puedes escucharme! ¡No sé si una pecadora como yo, desterrada de tu reina mortal y espiritual pueda aún ser escuchada por ti!
¡No lo sé!
Solo sé que nunca pedí nada.
¡Nunca pedí nada! Por favor
Quiero llegar. ¡Rápido!
¡Quiero alcanzarlo! ¡Se lo prometí! ¡Le prometí mi protección!
Alastor.
Quiero protegerte.
Quiero... ¡Quiero que estés bien!
Mi muerto corazón vuelve a latir, retumba con fuerza en mi pecho. Nunca lo había sentido latir como ahora. Ni siquiera cuando estaba viva.
Tengo miedo.
Miedo por no ser lo suficientemente veloz como para llegar.
Alastor me mira. Sus ojos tienen miedo. Desesperación.
¿O tal vez es mi reflejo?
No lo sé. Solo sé que quiero llegar.
Quiero.
Quiero.
¡Quiero!
Pero no lo soy.
No soy veloz.
Puedo ver en cámara lenta como un perro se le monta encima y lo tumba al suelo. Y luego de eso. Puedo ver cómo lo devoran.
¡No!
No, no, no, no, no.
NO. ALASTOR.
Por favor. Quiero correr más rápido.
Pero no puedo.
Simplemente...no puedo.
Otros perros se me acercan y me intentan atacar. Pero no. Ellos no son capaces de lidiar conmigo, no tienen una fuerza ni parecida a la mía. Por lo que los mando a volar lejos de mí. Pero antes de poder retomar el camino que quería...escucho un disparo.
Giro mi cabeza hacia ahí. Hacia donde sabía que estaba Alastor. A donde...tenía que llegar.
El mundo se detiene.
Mi corazón se detiene.
Todo...se detiene.
Alastor...
Siento como mi cuerpo de relaja, se relaja hasta hacer que mi figura lobuna se desaparezca. El cansancio y sorpresa me hace caer agotada al suelo. Arrodillada.
—Al...—Mis ojos no pueden dejar de mirar su cuerpo.
Está ahí.
A unos metros frente a mí.
Muerto.
Lo sé.
Su corazón no late.
No le escucho respirar.
Nada.
No hay nada de él.
Ya no.
Mis ojos miran fijamente el cadáver.
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Un poder superior
Fanfiction> Con tan solo escuchar su nombre hace que muchos se estremezca en su lugar. Imaginan sangre. Huesos. Cuerpos desmembrados. Y por supuesto...Un apetito singular por la carne. Carismáticos, sonriente, cortés y a la vez cruel. Todos al escuchar ese no...