28. Te ofrezco un trato

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Jiji, me desaparecí casi una semana. Bromita.
Nomematen :'/

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Alastor se mantiene en silencio mientas limpio la tumba de mi madre. La oscura tierra, fértil y fría se empezaba a meter entre mis garras, también empezaba a ensuciar mi vestido. Pero poco me importaba.

Nada importaba ahora.

Acariciar la tierra era como acariciarla a ella, el poner mis manos en su mejilla y juntar mi frente con la suya.

—Yo la maté. Le enterré y lloré—Suspiro, el lugar me había puesto melancolía.—Mi madre también era una bruja.

Él aclara su garganta—¿Una bruja?

Asiento—Una bruja blanca. Lo irónico fué cuando tomé el camino contrario a ella. Fué inesperado incluso para mí—Me levanto, sacudo mi vestido, y regreso mi vista a Alastor—La magia es tan peligrosa, Alastor. Te da poder, sí. Te puede beneficiar y dar tantas cosas. Pero así como te da. Te quita—Siento como mi cabello es acariciado por el viento, muy lentamente, así como lo hacía mi madre cuando niña—La magia no es sencilla de manejar, más cuando tu poder llega a tal punto que...te consume—Río. Siento la mirada de Alastor sobre mí, pero no de una manera burlona o vacía. Sentía que en verdad me prestaba atención. Tuve una idea en ese momento.—Quería...ofrecerte un nuevo trato, Al.

Su sombra me mira. Y se mueve inquieta detrás de Alastor—¿Un nuevo trato?—Su sonrisa se amplía—¿Acaso te estás arrepintiendo de estar aquí? ¿O ya no quieres tú venganza?

Niego—Oh, no, no, no, cielo. No es eso. Amo estar aquí, la brisa fresca, el frío, el cielo. Todo es tan maravilloso. Y mi venganza está más cerca de lo que crees, ya tengo localizados a aquellos los cuales son descendientes de quienes me mataron a mí y a mis lobos—Sonrío, acariciando mis orejas—Mi nuevo trato no tiene que ver con ninguna de esas dos cosas.

Al ladea su cabeza—¿Entonces de qué se trata ese nuevo trato, cariño?

Acomodo mi cabello de manera en la que no se montara sobre mis orejas—Había prometido darle todo lo que quisiera a aquel que me invocara y trajera de vuelta aquí ¿No es así?

Alastor asiente—Estás en lo correcto. Y lo has hecho.

Niego—No, no, no. Nada de eso. Yo no he hecho nada. Tu magia se a amplificado porque está siendo afectada por la mía. Pero yo no he hecho absolutamente nada—Le extiendo mi mano—Por lo tanto. Quiero demostrarle que no soy una mujer de puras palabras, sino también de acciones. Por lo siguiente, quiero que usted y yo hagamos un trato.

Sus ojos marrones miran mis manos oscuras, mis garras, mi brazo extendido frente a él, para luego subir su mirada hacia mí con lentitud—¿Y qué sería ese trato, si se puede saber?—Pregunta.

¡Genial! Tengo su interés. Prosigo

—Te daré de mi magia—Sonrío, mostrando mis afilados dientes—Quiero darte parte de mi magia, serás imparable aquí en la tierra. Y con un poco de práctica...también en el infierno.

Su rostro se forma en uno serio, está analizando mi trato—Parte de tu poder...¿A cambio de qué?

—Quiero que seas mi amigo—Mi sonrisa baja de nivel, ahora es más amistosa—Quiero que cuando mueras Y vayas al infierno seas mi protegido, quiero ser quien te enseñe todo de allá abajo. Y cuando tengas dominio sobre tu propia magia seamos aliados. Me conviene tanto como a tí—Ladeo mi cabeza, mi cabello cae en mi hombro mientras que un mechón de cabello cubre mi mejilla—¿No te interesa, joven Alastor? ¿No quieres ser tan poderosos allá abajo como lo serías aquí o incluso más? ¿No quieres ser temido por todos?—Me acerco, dando un pequeño paso—Poder ¿No es lo que querías? Ser imparable.

Un poder superiorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora