21. Mi estación de radio.

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Narra Alastor:

En estos momentos no sabía si había traído a una bruja/demonio a mi estación. Oh a una niña pequeña la cual veía una dulcería a través del gran ventanal.

Sus ojos estaban tan abiertos que podrían salirse. Su boca estaba ligeramente abierta y miraba todo con atención.

—¿Le gusta lo que ve?—Pregunto, mientras organizo el guión de lo que tengo que decir esta semana por la radio.

Ella da un pequeño brinco—¡Oh, por Lucifer! ¡Es verdaderamente maravilloso! en el infierno he escuchado de la radio, pero...—Ella toca mis audífonos con un dedo, tanteando—Nunca pensé que entraría o vería de cerca una—Emite un chillido—¡Alastor! ¡Que afortunado eres! ¿¡Esto, para tí solo!?

Asiento—Suelo transmitir las últimas noticias por la radio—Aclaro mi garganta—Incluso...canto. Algunas veces.

Ella sonríe, sus colmillos poco a poco se van alargando y sus ojos se van volviendo dorados, está perdiendo su forma humana—Cantar...Vaya. Tú sí que sabes cómo impresionar a una mujer como yo. Créeme, he visto de todo. Pero esto...—Señala la estación con sus oscuras dedos—¡Nunca en mi vida lo había hecho. Es una experiencia nueva. Me gusta!

Río—Disfrute de lo que la rodea, señorita ______. Pero si me disculpa, Tengo un trabajo por cumplir.

Ella asiente—Adelante. Adelante. Yo espero. Quiero verte hacer tu trabajo. Tú solo imagina que no estoy aquí—Sonríe mientras sacude su vestido.

Tomo el guión mientras le doy un último vistazo, acomodo mi corbata para proseguir a entrar a la cabina, pongo mis audífonos, preparo las hojas, aclaro mi garganta y presiono los botones asegurándome de ajustar el volumen.

Empiezo a transmitir.

Mi voz se escucha por todas y cada una de las radios de nueva Orleans, mi famosa emisora. Pero estoy seguro que nadie me prestaba tanta atención como la dama afuera de mi cabina, ella me veía a través del vidrio con esa enorme sonrisa y ojos dorados resplandecientes.

De verdad capté su atención.


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Ella nunca me dejó de ver como una niña pequeña esperando una orden, era divertido. Aunque un poco extraño, no había tenido a nadie en mi estación a ecepción de Mimzy, quién...hacia inoportunas visitas.

Al terminar mi trabajo, ella empieza a mirar las revistas sobre la mesita. Las abre.

—Maquillaje—Lee—Aún recuerdo cuando estaba conociendo a mi primer marido, nunca en mi vida me había visto en un espejo y al hacerlo—Suspira— ...Sin duda me sorprendí. Al parecer, ahora es normal tener espejos en estos...estuches pequeños con polvo—Sus manos tratan de medir el objeto, sin mucho éxito.

Un poder superiorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora