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- ¡¡Dante!! - Luke desenfundó su espada justo cuando las dos hojas carmesíes de Dante se precipitaban sobre su cuello. Las armas chocaron produciendo una nueva nube de arena - ¡¿Por qué siempre eres tú?! ¡¿Por qué siempre te interpones en mi camino?! -

- ¡Deja de llorar! - respondió Dante mientras se agachaba y le propinaba una fuerte patada en el estómago que lo lanzó por los aires, alejándolo del Estigio. Luke se levantó hecho una fiera y volvió a cargar contra el hijo de Marte. Sin embargo, este solo tuvo que alzar su mano derecha y el chico quedó suspendido en el aire - Si hubieses sido un poco más rápido tal vez podrías haber conseguido la fuerza para enfrentarme... Pero ahora... Voy a aplastarte -

Dante empezó a cerrar poco a poco el puño y el Toque del Monarca se intensifico sobre el cuerpo del chico. Luke rugió de dolor mientras se retorcía, intentando escapar de la prisión del hijo de Marte. Sin embargo, eso solo hizo que Dante intensificase su fuerza - ¡¿A qué esperas?! - gritó Luke - ¡¡Hazlo!! -

El hijo de Marte no pudo evitar sonreír al ver aquella expresión de dolor. Podía hacerlo, podía cambiar el futuro. Si Luke moría ahora toda su maldición acabaría. Y todas sus pesadillas llegarían a su fin. Abrió la palma de la mano y la fuerza invisible que aprisionaba a Luke se extinguió. El hijo de Hermes se precipitó hacia el suelo mientras Dante desataba las llamas de su espada. Justo cuando Luke iba a tocar el suelo las llamas de las dagas de Cicno cayeron sobre él. Sin embargo, antes de alcanzarle, una nueva llamarada brotó de la nada y bloqueó el ataque.

Dante apenas tuvo tiempo de agacharse cuando una enorme espada voló en su dirección. Rodó sobre la arena y se alejó justo cuando una nueva figura surgía de las sombras. ¿Cómo no lo he visto?, pensó. La oscuridad que envolvía a aquella figura empezó a evaporarse y tomó la forma de un gigantesco guerrero. Llevaba una túnica de oro y tenía unos ojos tan dorados como los de Cronos. Todo su cuerpo fulguraba, alejando a la oscuridad del Hades. Lo primero que Dante pensó fue en Apolo, dios del sol, pero el resplandor del titán era más chillón y su expresión infinitamente más cruel - ¿Y tú eres...? - preguntó mientras jugaba con sus armas.

El gigante ignoró al semidiós y se giró a Luke - ¿Por qué no estás en el rio? -

- Porque ese idiota se ha puesto en mi camino - respondió el hijo de Hermes mientras señalaba a Dante.

- ¿Este es el Monarca?

- Un placer - asintió Dante mientras se echaba las dagas a su espalda - ¿Y tú eres? -

Casi parecía que el gigante estuviese deseando que Dante hiciese esa pregunta. Hinchó el pecho y ajustó su armadura dorada - Hiperión. Señor de la luz. Titán del oeste -

Dante respondió alzando una ceja - ¿Otro titán? - dijo decepcionado - No sé como de actualizado estás pero que sepas que los titanes son mi especialidad -

- Estoy al tanto de que conseguiste asesinar a Críos... - respondió Hiperión. Parecía que todas aquellas pullas de Dante no herían el gran orgullo del titán.

- Maté a Críos, maté a Mnemósine y volví a encarcelar a Atlas - siguió el chico - Me va bastante bien contra los de tu especie -

Luke quien se había mantenido en silencio se levantó y comenzó a andar a trompicones en dirección a la playa - ¿Qué crees que intentas? - preguntó Dante mientras sacaba una de sus pistolas. Disparó cinco balas que volaron pero antes de alcanzar al chico, Hiperión se interpuso. Las balas rebotaron contra su dorada armadura sin dejar un solo rasguño.

- ¿Qué crees que intentas tú? - preguntó el titán mientras una sonrisa surgía sobre su rostro.

- Mira, Antorcha Humana - dijo Dante mientras guardaba su arma - Pareces un buen tipo así que déjame matar al idiota ese y después tú y yo podemos jugar a matarnos y esas cosas -

ARES #4 // DIOSES DEL OLIMPODonde viven las historias. Descúbrelo ahora