XLVI

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Maratón 2/2

- Sin lugar a dudas tú eres el más peligroso - musitó Cronos mientras titán y semidiós chocaban armas - Sin ojo, apunto de morir y sin fuerzas. ¿Y aún así no te rindes? -

No llevaban ni cinco minutos de pelea y Dante ya estaba agotado. Cronos poseía la molesta habilidad de ralentizar las cosas a su voluntad. Y aunque su poder no era absoluto Dante tenía que usar todas sus fuerzas para poder seguirle el ritmo al rey de los titanes - He visto tu progreso muchacho - siguió el rey de los titanes - Llevo años observándote... Todos temían tu poder... Tu fuerza. Pero esa no es tu mayor virtud... El problema contigo es esa persistencia... Esa capacidad de crecer y volverte más poderoso -

Dante no respondió. El hijo de Marte rodó por el suelo justo cuando el rey de los titanes lanzaba un nuevo tajo con su arma. Mantener el combate cuerpo a cuerpo estaba resultando agotador, pero no podía alejarse. La guadaña tenía más alcance que su katana y si no llevaba la batalla a la corta distancia estaría perdido. Dante saltó hacia delante y esquivó por poco la hoja negra. Su espada chocó contra el mango del arma y liberó una ola de chispas - Mírate... Con cada minuto que pasa te haces más poderoso... Te vuelves más rápido y atacas más fuerte -

Los ojos del rey de los titanes brillaron con intensidad mientras poco a poco comenzaba a ejercer más presión. Dante acabó hincando la rodilla, presa del poder de su enemigo - Y sabes qué es lo que más me preocupa - dijo Cronos - Que aún tengo la sensación de que te estás conteniendo -

El hijo de Marte se agachó y dejó que la hoja de la guadaña pasase sobre su cabeza. Después, empuñó la Ira de Ares y lanzó un ataque directo contra el cuello de su enemigo. Luke se había bañado en el Estigio. Se suponía que su cuerpo era invulnerable. Pero al igual que Aquiles debía de tener algún punto débil. Solo tenía que encontrarlo. Para su mala suerte no lo encontró en su cuello. La hoja de la espada salió rebotada hacia atrás y desestabilizó al chico. Cronos aprovechó esto para una última carga con todas sus fuerzas. Sin embargo, Dante se defendió de manera magistral. Con una mano bloqueó el brazo de su enemigo y le impidió seguir atacando. Con la otra convocó el Toque del Monarca y lo lanzó por los aires.

Cronos acabó por estrellarse contra su propio trono - ¡¿Por qué no hablas?! - masculló el rey de los titanes mientras se levantaba - ¡¡Vamos!! ¡Esta es la batalla final! ¡Aquí se decidirá el futuro del mundo! -

- No he venido a eso... - respondió Dante por lo bajo mientras le apuntaba con la punta de su espada - He venido a salvar a Mia -

Cronos se quedó en silencio durante unos segundos. Miraba a Dante como si no fuese capaz de comprender sus palabras. Entonces, el señor de los titanes soltó una sonora carcajada mientras se doblaba hacia delante - ¿Esa es la mentira que te has dicho a ti mismo? - preguntó mientras se limpiaba las lágrimas.

- ¿Qué te hace tanta gracia? - rugió Dante mientras apretaba el mango de su espada.

Cronos paró de reír y le dedicó una de sus miradas afiladas. Dante odiaba ese brillo inteligente que tenía la mirada del titán. Casi parecía como si pudiese leer su mente - No estás aquí para salvar a nadie... Si de verdad quisieses rescatar a esa chica la habrías tomado en el momento en el que la viste y habrías salido corriendo. Sabes que eres rápido, seguro que puedes huir... Y sin embargo, te has quedado aquí para luchar conmigo -

Cronos no pudo seguir hablando. Dante dio un paso al frente y su espada se encendió. La oscuridad destelló y una ola de llamas se precipitó contra el titán. Cronos alzó su guadaña y bloqueó el ataque con facilidad. Entonces, Dante apareció a su espalda y cargó contra su enemigo. La hoja de su espada impactó contra el cuerpo del titán pero volvió a ser repelida - Son tus instintos... Tú eres un semidiós. Yo soy un titán. Somos enemigos naturales y ha sido así durante siglos - Cronos se giró a cámara lenta, como si tuviese toda el tiempo del mundo - Así que dime Dante... ¿Qué has venido a hacer en realidad? -

ARES #4 // DIOSES DEL OLIMPODonde viven las historias. Descúbrelo ahora