13. Dᴇsᴘᴇᴊᴀᴅᴏ

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Hinata... —le llamó el azabache— Sé que le prometiste a Atsumu que llegarías temprano, pero ¿podrías hacerme un último favor?

El pelinaranja, algo confundido, volteó a verle a los ojos esperando en silencio su petición. 

—Concédeme las horas que restan de este día como tu pareja —imploró seriamente.

—... ¿Qué? —el anaranjado se sorprendió en gran manera, su sola expresión demostraba desconcierto total.

—No te voy a obligar si no quieres —cuchicheó Kageyama.

—E-eso no es-... —decía con pánico— Es solo que, ya habíamos hablado de esto. Tú y Atsumu esperarían a que me decidiera por uno de los dos. ¡No puedo traicionar a Tsumu de esta manera mientras no nos ve!

Era adorable verlo actuar de ese modo, aunque de tanto nerviosismo su piel estaba cambiando a un color azul. Si Tobio no hacía algo, probablemente se desmayaría antes de que pudiera responder correctamente.

—Tranquilizante —le dijo Kageyama recostando el rostro sobre la palma de su mano—. Es solo un experimento, solo eso —le sonrió con calma. Y extendiendo su mano hasta el pelinaranja, esperaba su respuesta.

Aquella seductora sonrisa tuvo el poder de tranquilizar a Shōyō, y por alguna razón hacerlo sentir seguro. Verlo a los ojos lo hipnotizó por completo y la palma de su mano parecía un imán pues, sin darse cuenta, la suya ya estaba sobre ella, aceptando la tentadora propuesta.

Cayendo en cuenta de lo que había hecho sin poder retractarse, Hinata le condicionó:
—So... Solo hasta el atardecer —dijo evitando a toda costa el contacto visual.

El azabache besó delicadamente la mano del contrario y seguidamente lo tomó del mentón haciéndole girar su rostro para tenerlo a pocos milímetros del suyo.
—Muchas gracias, mi amor —expresó.

Las pupilas del pelinaranja se hicieron grandes y brillantes al escuchar esa dulce oración. El calor en su rostro era una locura, estaba tan avergonzado que incluso sus pequeñas orejas relucían un bello color rojizo. A partir de ese momento, el destino se encargaría de guiarlos hasta un arriesgado futuro.

Había un lugar en donde Tobio nunca imaginó llevar a Hinata en una cita, por ser un sitio cliché y ordinario a su parecer:

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Había un lugar en donde Tobio nunca imaginó llevar a Hinata en una cita, por ser un sitio cliché y ordinario a su parecer:

• El parque •

Uno de los secretos más profundos que guardaba Kageyama, era que, horas antes del accidente de Hinata hace dos años, tuvo la desdicha de presenciar uno de los momentos más dolorosos de su vida.

En aquella ocasión, su mente estaba nublada por una inmensa desesperación. Caminaba sin rumbo en un parque a cercanías de su hogar, el tormento que cargaba con él ya era insoportable, lo único que buscaba era encontrar la repuesta para acabar con esa tortura.

Cadenas de obsesión [En Emisión] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora