10. Aᴘᴇɢᴏ

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Aún estando algo sonrojado por la propuesta de su compañero de vivienda, Hinata dijo algo nervioso:
Amm, entonces, tenemos que pensar a dónde vamos a ir y qué vamos a hacer ¿cierto?, puedo ayudarte con eso.

No te preocupes, ya tengo un plan —le dijo Atsumu empujándolo por la espalda para que comenzara a caminar, y enseguida murmuró — ...En realidad siempre lo he tenido.

¿Dijiste algo al final?, no te escuché.

¡No era nada!, mejor vayamos a cambiarnos de ropa para la ocasión.

Pero no hemos desayunado —el pelinaranja dejó de caminar.— Espera un momento, voy a cocinar algo antes de-

Vamos a ir a desayunar a un restaurante, —le siguió empujando el más alto— no quiero que gastes tu energía, nos espera un largo día por delante.

Bien, de acuerdo, pero al menos dime para qué necesitaré tanta energía, ¿a dónde vamos a ir?

Umm bueno... eso, ¡espera aquí un momento!

Ambos pararon justo frente al comedor y Atsumu corrió hasta su habitación. Al cabo de unos segundos volvió con un pliego de papel amarillo grande y decorado, justo como un cartel de un niño de primaria, comenzó a desenrollarlo cuidadosamente y lo extendió sobre la mesa.

¿Eso es...? —el anaranjado se quedó sorprendido de la enorme lista que estaba escrita en ese cartel, además de las fotografías de distintos lugares que había en él.

Es el plan para nuestra cita, ¡qué más! —exclamó el rubio entusiasmado con una gran sonrisa. Comenzó a leer cada actividad escrita y señar los recortes de los lugares que estaban pegados en aquella hoja— Iremos a un acuario, también vamos a ir a una tienda de dulces, al museo de arte, al mar, a un jardín botánico, a saltar en trampolín, a un mariposario, viajar en tren, al cine, al parque de diversiones, a un recital de música. ¡Ah, por cierto!, hace un año tomé un curso de fotografía para poder hacerte una sesión de fotos, aún no la he agregado a lista, pero quiero que lo hagamos.

Tsumu, —le interrumpió Hinata— no creo que nos alcance un día para hacer todo eso.

Oh... tienes razón —dijo mirando su lista por un instante, y volviendo su vista al pequeño, afirmó con una sonrisa —Pero tendremos toda la vida para terminarla.

En esa lista hecha a mano, se notaba que habían sido agregadas cada vez más hojas porque el espacio no era suficiente para todas aquellas letras e imágenes. Más que asustado por todo lo que le esperaría, Hinata estaba completamente conmovido, pues aquel chico se había tomado tanto tiempo realizando ese detalle. Al verlo tan lleno de emoción, era imposible no decirle que harían todo sin importar los días que llevara.

Es cierto, —sonrió el pequeño— tendremos toda la vida.

¡Entonces apresurémonos!

Ya voy, ya voy, me tengo que poner lindo para ti ¿recuerdas?

Ya lo eres, solo cámbiate de ropa y te espero en el auto.

Ok~

Por esta vez, los dos muchachos decidieron ir a un templo sagrado, al acuario y a una tienda de dulces. Acordaron que cada semana tendrían una cita para ir a los demás sitios, pero que también agregarían otras actividades en su lugar.

Atsumu parecía estar más alegre de lo que ya era, su sonrisa no se comparaba con la habitual, sus ojos llenos de brillo por visitar cada lugar eran como los de un pequeño cachorro en su primer paseo con su amo.

Cadenas de obsesión [En Emisión] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora