15. Eɴᴛʀᴇɢᴀ ᴘʀᴏғᴜɴᴅᴀ

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El sol se desprendió de la oscuridad para dar inicio a un nuevo día, sus cálidos rayos que traspasaban el fino cristal de la puerta que daba al balcón hicieron despertar a Shōyō tiernamente.

Con sábanas blancas enrolladas en su cuerpo desnudo, se levantó de la cama cuidando de no despertar al hombre que dormía sonriente a su lado. Notando que el ambiente de afuera era refrescante, se dirigió en silencio hasta el balcón y deslizó la puerta corrediza para asomarse a contemplar la vista frente a él. La brisa atrajo un tranquilizante aroma a hojas, haciéndole respirar lenta y gustosamente con los ojos cerrados. La calma que sentía era indescriptible, al igual que la calidez en su pecho era bastante acogedora.

Que bien se siente... igual a mi sueño —dijo involuntario. Segundos después, abriendo sus ojos recordó lo que había soñado la noche anterior:

En un paisaje lleno de nubes, un muchacho se encontraba frente a él, observándolo con una mirada triste y una sonrisa melancólica. Por alguna razón, Hinata estaba sufriendo de un dolor muy fuerte en su percho hasta el punto de agonizar. Aquel joven extendió los brazos hacía Hinata y estrechó su cuerpo gentilmente, entregándole a cambio toda la vida que le quedaba sin importar que eso fuera la causa de su destrucción. El afecto que le brindaba aquella persona lo hacía sentir protegido, proveyéndole de la paz que tanto anhelaba.

... ¿Quién era él? —colocó su mano en el pecho— no pude ver su rostro...

—¿El rostro de quién? —le habló alguien atrás suyo.

Atsumu —se sorprendió Hinata — buenos días. Emm, no era nada importante, solo pensaba en voz alta sobre un sueño que tuve ayer.

Hmm~ —el rubio camino hasta el anaranjado y lo besó en la frente mientras lo abrazaba— ¿Cómo te sientes? ¿Te duele algo? ¿No tienes fiebre?

Estoy bien, no te preocupes —le sonrió el pequeño.

Shō-kun —suspiró el más alto— ¿Deberíamos fijar la fecha para nuestra boda?

Creo que es demasiado pronto para decidir eso Tsumu —soltó una risilla de burla.

¿Por qué lo dices? Te amaré a ti y a nuestros hijos que vienen en camino por igual. Prometo ser un buen padre y esposo, así que por favor ¡no me dejeeees! —lloriqueaba como un niño, pero esta vez el pelinaranja no se dejó engañar por sus encantos.

No te voy a dejar, porque en primer lugar no estamos saliendo formalmente, en segundo porque no estoy embarazado, es imposible, y en tercero, porque yo... —pausó un momento— no estoy seguro de haber hecho lo correcto... —Hinata quiso ser honesto con Atsumu, sin embargo, la corta oración fue como verter un balde de agua fría sobre él.

¿Tú piensas... que haber estado conmigo fue un error? —le soltó de su agarre.

¡No! Es solo que... —Shōyō calló evadiendo la mirada con el ceño fruncido.

Es solo que no puedes hacer a un lado a Tobio —el rubio terminó la frase por él.

Hinata no respondió nada en absoluto, se sentía como una basura por seguir siendo de la misma manera con respecto a sus sentimientos a esas alturas. Por otro lado, a Atsumu no le afectó haber estado en lo cierto, la inseguridad en él ya había desaparecido gracias al cariño de Shōyō.

—¿Hay algo que te sigue incomodando verdad? —preguntó el más alto y el pelinaranja ascendió con la cabeza repetidas veces con un rostro de angustia.

Atsumu le revolvió el cabello hasta dejarlo alborotado, y sonriéndole dijo:
Cuéntame mientras desayunamos ¿bien?

Devolviéndole como respuesta también una amplia sonrisa de Hinata. Era un verdadero alivio el poder contar con una persona tan comprensiva y especial como lo era Tsumu, definitivamente este mundo no merecía tenerlo.

Cadenas de obsesión [En Emisión] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora