Cadenas de obsesión [En Emisión]

12. Tɪᴛᴜʙᴇᴏ

Optar sobre dos posibles opciones para iniciar una relación es un poco difícil, en especial cuando cada uno trata de monopolizar el amor de la persona a conquistar con sus distintos encantos.

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Recostado sobre la cama de su habitación, el joven de anaranjado cabello abrazaba con fuerza su almohada mientras meditaba sobre la batalla de emociones que se estaban presentando dentro de sí. Había pasado un tiempo desde que quiso darse una oportunidad en el amor. Su mente y corazón estaban llenos de incertidumbre, sentía miedo de lo que pasaría si se enamoraba, pero deseaba al menos intentarlo.

Dos excelentes opciones se presentaron ante él ofreciéndole un amor puro y verdadero. Elegir inmediatamente a uno para comenzar un noviazgo le parecía algo injusto, después de todo, ambos expresaban todo el tiempo sus sentimientos de manera enternecedora.

Aunque hubiera preferido que no sucediera de esa manera, no tuvo más opción que darle a cada uno la posibilidad de convertirse en su novio, así ellos podrían enfrentarse en igualdad de condiciones. Empezó a tener citas con Kageyama, al igual que con Atsumu, pero entre más pasaba el tiempo, más confundido se sentía.

Shōyō no podía comprender el hecho de que pudiera atraerle dos muchachos al mismo tiempo. Se dio cuenta de que el haberse involucrado con los dos, había sido la peor decisión de su vida.

—¿No es cómo si estuviera jugando con los dos? —el pelinaranja miraba al techo con la mirada perdida entre las aspas del ventilador que colgaba desde el techo—. Si no puedo saber que es lo que realmente siento, a este paso jamás podré decidirme —se afligió, arrugado las cejas— ¡Aagg! ¡Inútil corazón! —rodaba desesperado por toda la cama, cual pequeño niño berrinchudo.

Deteniéndose después de varias vueltas, fatigado sin encontrar remedio a su situación, Hinata se puso de pie, se cambió de ropa y arregló su cabello, pues era el día de la cita mensual al hospital. Quiso enfocar su mente en recuperarse por completo antes de tomar la decisión final, sin embargo, las dos personas causantes de sus enredadas emociones ya se encontraban afuera esperándolo ansiosamente.

—Mmm... —frunció el ceño al sentir una punzada en la cabeza— de nuevo esta migraña —añadió, deslizando la manija de la puerta para salir de la habitación.

Por otro lado, Atsumu y Kageyama tenían firmes convicciones de convertirse en el ganador de la contienda por el amor absoluto de Shōyō. Era admirable verlos insistir con tanto esmero y dedicación. Lo único que arruinaba su noble causa era la forma en que se insultaban entre sí, hablando en doble sentido.