3. Mᴜʀᴏ ᴅᴇ ᴏsᴄᴜʀɪᴅᴀᴅ

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Buenos días —saludó el doctor desde tempranas horas de la mañana— ¿Cómo amaneciste el día de hoy Hinata? —preguntaba antes de iniciar a hacerle un chequeo.

¡Buenos días Doctor!, —respondió el pelinaranja— me siento mucho mejor y más tranquilo que ayer. Le pido una disculpa por mi comportamiento de ayer, no era yo en ese momento, me siento muy avergonzado.

—No te preocupes por eso, lo importante es que estés bien, además, me alegra que pudieras recobrar tu buen ánimo —le sonrió—. Por cierto, hoy serás trasladado al segundo piso, ya que en este tercer piso solo se encuentran los pacientes en estado crítico, y tú te has recuperado increíblemente rápido.

¿¡Enserio!? ¡Supongo que soy muy fuerte! —Shōyō quiso alardear de su buena salud.

Jajaja tienes razón, además tu actitud alegre también ayuda mucho.

Espero también recuperar muy pronto mis recuerdos, así ya no tendría nada más de qué preocuparme —expresó el anaranjado— Por cierto, ¿cuánto tiempo más estaré en el hospital?

—Hmm eso dependerá de lo que revelen todos los estudios que te hicimos desde que despertaste. Mañana los tendremos listos, así que ten paciencia y espera un poco más.

—¡De acuerdo! 

Ahora que ya terminé de examinarte tengo que irme a ver otros pacientes. Asegúrate de seguir alimentándote bien y mantenerte calmado —el médico dio media vuelta para salir de la habitación.

¡Doctor!, —lo detuvo Hinata— una última cosa.

—¿Sí? ¿Qué pasa?

Esto... yo me preguntaba... —evadía la mirada en señal de su nerviosismo, era bastante obvio de quién estaba pensando en preguntar.

El doctor suspiró y dijo lamentando:
Él no quiere ver a nadie.

—¡¿He?! ¿¡Por qué!?

Sigue igual que siempre, no deja que nadie lo ayude, se cierra con todas las personas porque dice que nadie lo entiende y que solo quiere morir. Ya ha pasado mucho tiempo desde que está así, sinceramente creo que si no se recupera pronto de esa depresión podría provocar naturalmente su propia muerte, sin necesidad de atentar él mismo contra su vida.

—...No puede ser....—se preocupó Hinata mientras tomaba las sábanas de su cama fuertemente con los puños. 

—Aun así, no me rendido, haré lo que esté a mi alcance para ayudarlo. De cualquier modo, estando en el hospital no puede evitar hablar con un psicólogo o psiquiatra, tengo esperanzas de que se recuperará al igual que tú.

El pelinaranja sonrió aliviado, y bastante feliz de saber que el medico frente a él era una gran persona.
Yo tampoco me voy a rendir —declaró—¡Encontraré una manera de ayudarlo aunque se resista!

Muchas gracias entonces —concluyó el doctor con una sonrisa.

✤ ✤ ✤ ✤

Más tarde, Hinata salió de su habitación para ver si aquel chico pelinegro estaba despierto, el cuarto quedaba al lado así que no habría problema si solo era un momento. Para su desgracia, la puerta estaba cerrada y las cortinas en las ventanas también, lo que provocó algo de decepción en el pequeño. 

—¡No puedo creerlo! —gruñía el bajito—¿Cómo es posible que se esconda así en la oscuridad? Estar solo no es la solución ¡demonioos! —casi le ganaba el impulso de entrar azotando la puerta pero estaba seguro que si lo hacia, el otro joven se enfadaría con él y empeoraría las cosas entre ellos. 

Cadenas de obsesión [En Emisión] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora