16. El plan

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Mónica

Abrí los ojos y tenía a Camilo en mis brazos, se veía tan tranquilo. Parecía un bebé... Cómo que no rompe un plato. Mirarlo dormir se acaba de convertir en una de mis actividades favoritas.

Ahora mismo solo pensaba en lo rico que fue lo que hicimos anoche... Y que lo quiero volver a repetir mil veces. Recordé como me tocaba y se agarraba de mi como si se fuera a caer. Me besaba cada rincón de mi cuerpo como si no hubiera un mañana. Verdaderamente me hacía sentir amada.

Le tocaba el pelo suavemente a Camilo mientras el se comenzó a despertar.

-Buenos días amor.

-Buenos días mi vida, ¿nos quedamos dormidos?

-Si Cami. No te preocupes, ya mismo voy por algo de comer y te traigo.

-¿Y que tal si lo que quiero comer no es desayuno?

-¡Orale! ¿Cómo que cierto se está levantando no?

-¿Y que? A poco no le vas a dar lo que quiere.

-Lo voy a pensar.

Me jaló hacia el y me dió un beso. Poco a poco el beso se fue intensificando hasta comenzar a sentirse un poco torpe. Camilo comenzó a tocarme por debajo de las sábanas.

Clac

Mierda.

Di un brinco hasta el otro lado de la cama y mire a la puerta como si nada estuviera pasando. Ahí ví a mi mamá con cara de querer matar a Camilo. Me daba miedo, aunque no niego creo que me divertirá ver cómo lidia Camilo con su suegra.

-¿Que pasa ma? -Dije como si no tuviera un hombre desnudo a mi lado que solo lo tapan las sábanas, y encima que su erección es súper notable.

-Eso es lo que iba a preguntar yo justamente... Que pasa aquí.

-Ay mamá ya tengo 23, esto no es necesario si...

-Perdoname... Es que venía a hablar contigo y como no abriste al tocar y estaba bajo llave pues fui a buscarlas. Pensé que te había pasado algo.

-No mamá, de echo apenas me voy despertando

-¿Entonces el durmió contigo? Lo supuse digo, las camionetas están exactamente dónde las dejamos.

-Si mamá, durmió conmigo. ¿Que era lo que me ibas a decir?

-Ay hija perdón otra vez... Se me olvida que aunque vaya a tener un bebé tú sigues siendo adulta ya. Ah, y te venía a decir que voy a salir.

-¿A dónde vas ma?

-Hoy tengo que ir a la constructora, muy a mi pesar.

-¿Y por qué?

-Bueno, unos empresarios colombianos están en negociaciones con nosotros. Quieren cerrar el trato en persona y como vinieron de vacaciones de navidad justo van a ir a la constructora hoy.

-Ok

-Bueno en fin hija, no te aburro con cosas de trabajo. Abajo en la cocina hay desayuno listo para cuando quieran bajar. Te quiero hija, y tú Camilo, cuídame a mi niña. -No se por que sentí esto como una despedida.

-Asi sera suegra.

Mi mamá puso el seguro de la puerta y la cerró. Ella sabía perfectamente lo que estaba a punto de pasar.

Camilo me volvió a jalar a el.

-¿En que estábamos? -Me dijo con esa mirada llena de deseo.

Tomé su mano y la llevé hacia mis pechos.

Guerra Y Amor (La doña 3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora