23. Vestida de Blanco

116 4 4
                                    

Altagracia

Luego de que Adolfo me tapara la herida me paré a revisar uno de los cajones de mi habitación... En el habían cosas que le había comprado a mi bebé. También está la única foto de él, en el único ultrasonido que me llegaron a hacer.

Salí afuera con una caja con todas esas cosas, la foto y un par de velas sin que nadie me viera.

Hice un pequeño hoyo y puse la caja en el. Prendí las velas y puse la foto en medio de ellas en el suelo.

Mi amor... Con esto me despido de ti cuando ni siquiera pude decirte cuánto te quiero. Con estos pétalos que arranco de las rosas te hago un camino de luz, sin sufrimiento. Ahora vas a ser nuestro ángel que nos cuida... A pesar de que yo daría todo para que estés conmigo.

Te voy a prometer una cosa... Voy a cuidar a tu papá y lo voy a llenar de amor. Te prometo que si llegamos a adoptar le voy a dar todo el amor que tú te merecías a ese niño o niña.

Perdóname por no haberte podido proteger...

Me sequé la lágrima que bajaba por mi mejilla y besé mi mano mientras tocaba la tierra.

Ya era hora de la cena así que entré y antes de llegar al comedor León me detuvo.

-¿Donde estabas? Bueno no importa, te tengo una sorpresa.

-¿Ah si? ¿Que cosa?

-Si te digo no sería sorpresa, pero ve al cuarto, te dejé un vestido. Póntelo y nos vemos en la mesa.

-Está bien mi amor. Ya voy.

Entré a la habitación y lo primero que veo es el vestido blanco increíblemente precioso.

No me lo podía creer. Las lágrimas estaban saliendo de mi sin poder controlarlas. Tenía miedo de perder a León y fue lo contrario...

Me puse el vestido que es bastante ligero, pensado para no lastimarme. .

Me maquillé de una manera sencilla. Dejé mi pelo suelto para lucirlo y me puse una pequeña corona. Salí al comedor y no me podía creer lo que veía.

Todos estaban vestidos de gala, todos. Noelia y Adolfo a un lado de la mesa como dos tortolitos. Mónica y Camilo juntos con colores combinados, ambos con trajes color rosa. Regina con un vestido amarillo precioso e Isabela estaba de rojo con una chica que lucía un vestido negro. Esa chica se parecía a  bastante a lo que ella me había descrito,  castaña, chaparrita y con el pelo no muy largo. Está bastante guapa, me gusta para ella.

Por último, veía a mi hombre, León. Vestido de negro con una corbata azul.

Solamente falta...

-Mi amor siéntate -Interrumpió León.

-¿Entonces era verdad lo de la boda?

-Totalmente Altagracia, me haces inmensamente feliz. Te amo

-¡¡¡Que vivan los esposos!!! -Gritó mi hija Mónica

-Te amo León.

-Miren yo sé que les parecerá repentino esta boda y por como se dió... Pero yo no podía estar más feliz. Y si, este portafolio que está aquí al firmarlo nos unirá para siempre. Pero la realidad es que es algo simbólico. Hace ya mucho tiempo que Altagracia y yo unimos nuestras vidas. -Pronunció León.

-Y yo no podría estar más feliz, a pesar de ser solo un papel, significa mucho para mí.

-Bueno y yo por eso quería pedirles a ustedes las otras tres mujeres de esta casa, Isabela, Regina y Mónica, que me acepten como esposo de Altagracia. Nada me haría más feliz.

Guerra Y Amor (La doña 3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora