21. Un nuevo despertar

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Dos días después

Regina

Habían pasado dos días de el atentado. Han sido días difíciles... Mi hermana a penas y ha movido la mano.

Perdió a su bebé y mi embarazo sigue siendo uno de riesgo.

León bajo investigación por matar a Vidal. Todo en esta pinche familia está de cabeza.

Justo ahora mismo Adolfo está revisando a mi hermana.

-Mamá

-Isa mi amor buenos días. Hay desayuno en la cocina.

-Si si, ya ví. No tengo hambre.

-¿Bueno entonces quieres platicar? Ven sientate.

Se sentó junto a mi y se acurrucó en mis brazos así como cuando era niña. Esos momentos tan felices vuelven a mi mente. Cómo quisiera estar ahí de vuelta.

-Ay mi amor... ¿Te acuerdas la última vez que estuvimos así acurrucadas?

-No la verdad

-Tenias 10 años y estabas enferma. Te rehusabas a ir a la escuela y yo te andaba calmando

-¿Ah si?

-Si mi amor... Eras muy caprichosa.

-Ya sé eh. A veces me gustaría volver a ser esa princesa caprichosa. Preferiría eso a ser la mujer dura que ahora soy...

-Todas nosotras somos así. Mónica, Altagracia, tu y yo. La vida nos ha tratado tan mal que nos volvimos así tan duras. Cómo de piedra.

-Mas bien de hierro, por qué la piedra se rompe y miranos, jodidas pero fuertes.

-Pues si...

Pasó un buen rato de silencio y tenía que hacerlo.

-¿Y cómo vas con Valentina?

-Bien...

-¿Bien a secas?

-No... Hace dos días le pedí ser mi novia.

-¿En serio?

-Si mamá, ella me llevo a una alberca. Estuvimos un buen rato ahí y luego nos fuimos a un hotel. Pasó lo que tenía que pasar y después le pedí ser mi novia.

-¿Te dijo que si verdad?

-Si. Mamá ella es tan linda...

-Y como estuvo ya sabes, el hotel, la cama y ajá. Sin detalles tampoco te pases.

-Ay mamá obvio no te voy a dar detalles. Pero fue tan especial... Tuve un momento de debilidad dónde por mi mente pasaron... Cosas. Y ella me hizo sentir que no estaba obligada a nada. Me hizo olvidar.

-Ay mi amor... Estoy tan feliz por eso.

-Por fin lo logré mamá... Me enamoré sin traumas que me atormenten y pude entregarme a una persona.

-Dame un abrazo anda...

Estaba tan feliz por mi hija... Yo sé cuánto le costó salir con gente después de Emiliano y encima de quién se enamoró le destrozó la vida. Por fin mi hija se enamoró de un amor puro.

-Oigan perdón por interrumpir.

-¿Que paso Adolfo?

-¿Mi tía está bien?

-De eso les iba a hablar. Ayer le bajé el sedante a lo mínimo para que solo durmiera y hoy su herida está mejor. Ya no es necesario mantenerla sedada.

Guerra Y Amor (La doña 3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora