20. Rio de amor

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Valentina

Isabela seguía ahí parada mirando mis pechos. Seguramente piensa que no me doy cuenta.

Ella no está vestida para la ocasión y aún así se veía hermosa.

Llevaba un short blanco con un top escotado rosa. Sus curvas son un laberinto en el que me quiero perder.

-Vente que el agua está muy rica

Luego de andar parada se quitó sus botas y bajó al agua.

Nadé por debajo hasta alcanzarla. Me metí entre sus piernas y luego me levanté, cargándola en mis hombros.

Se reía y bufaba de manera graciosa. La dejé caer para agarrarla en mis brazos. Toqué su cintura mientras la agarraba. Ella cruzó sus piernas en mi espalda en forma de agarre. Comencé a mover mis manos por su espalda mientras ella acercaba su cara a la mía.

Nuestras bocas se encontraron y nos dimos un beso. Sus labios tienen ese sabor a dulce que me encanta de ella. Ella separó los labios suyos de los míos mientras me mordía mi labio. Se ve tan provocadora haciendo eso.

-Que buena forma de saludar

-¡Ah verdad!

-Es que besas muy rico. -Le dije

-Pues si ya se

-Y si te mueves así como besas...

-¿Me estás haciendo una propuesta indecorosa Valentina Aguilar?

-Pues no lo sé, pero ya que lo mencionas...

-¿Entonces a eso me traiste a una alberca? ¿Para desnudarme?

-Pues no sería mala idea eh

-¿Y eso lo haces con todas a las que traes aquí? -Escupió Isabela.

-¿Perdón?

-Es que el portero me dijo que vienes frecuentemente "muy bien acompañada" -Hizo una mueca muy graciosa la verdad.

Toqué su cachete mientras me reía.

-Oyee, te hablo en serio. -Su carita toda celosa me encanta.

-¡Y yo me estoy riendo por qué siempre vengo con mi hermano y antes con mi hermana! El portero es muy buen amigo de la familia por eso dice que somos buena compañía.

-Ah... Perdón -Su cara de vergüenza me daba mucha ternura.

Me acerqué a ella y la besé.

-No hay nada que perdonar. Tu me puedes preguntar lo que quieras. Además me gusta como te ves cuando estás celosa.

Me agarró de la cintura y me volvió a besar. La combinación del agua de la alberca con su saliva y la mía aunque no parezca era muy agradable. De ser un beso tierno paso a carnoso y un tanto torpe cuando siguió besandome. Metió su lengua dentro de mi boca buscando a la mía. Su mano comenzó a bajar por su espalda llegando a mis nalgas y las comenzó a tocar.

Mis latidos se comenzaron a acelerar y yo tomé su cuerpo también. Tocarla era como descubrirla y me encantaba.

-Ahora la que me está manoseando eres tú. -Le dije mientras la seguía besando

-Es que me vuelves loca.

Yo paré y me puse a nadar para que me siguiera. Llegué a una esquina de la alberca y ella estaba detrás.

-Ahora soy yo la que no te va a soltar.

Me volvió a agarrar y me besó. Comenzó a tocar mi abdomen y su mano bajaba lentamente hasta que llegó a mi braga. Me miró muy tentada. A mi me palpita algo y no es el corazón.

Guerra Y Amor (La doña 3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora