33. Un nuevo comienzo

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Un mes después

Valentina

Me encontraba en mi habitación, viendo el maniquí con el vestido mío para la boda. Ya me había bañado y perfumado. Además traía debajo la lencería que es para la sorpresa de la noche de bodas nuestra. Poco a poco me puse el vestido y lo modelé para mí misma frente al espejo. La verdad es que no me podía ver mejor.

El vestido era blanco, de espalda abierta y corto. El escote era pronunciado y abierto también. El vestido no era muy largo ni tenía una cola larga, pues prefiero comodidad. Al frente tenía una caja roja que era un regalo de Isabela. Me dijo que solo lo abriera cuando me iba a poner el vestido, así que eso hice. Era un collar de diamantes y plateado, precioso.

No perdí el tiempo en ponermelo. Yo sola me maquillé y me hice un peinado suelto, preparando el cabello para cuando me ponga el velo. La verdad es que estoy muy emocionada por esto.

Habia pasado un mes bastante largo para tener el momento de mi vida. El momento de mis sueños. Casarme vestida de blanco con una mujer a la que ame más que a mí vida. Y ese momento había llegado. Un mes de mucha organización y pruebas. El vestido, la comida, las invitaciones y la decoración eran los temas diarios que teníamos que resolver.

Llevábamos una semana en Veracruz, el lugar donde creció la familia de Mónica y mi prometida Isabela. Es un lugar precioso con vistas espectaculares, y sobre todo una playa hermosa. La playa dónde va a ser la boda.

Desde el alto del hotel podía ver cómo poco a poco había alguien poniendo las sillas, mesas y todo lo necesario para la boda. Todo es tan perfecto si no fuera por...

-¿Estás lista?

-Si hermano, solamente ayúdame a terminar de cerrar el cierre del vestido.

-Ya. Te ves preciosa.

-Gracias hermano. Tu también te ves muy guapo. La camisa te queda perfecta. Pensé que al no llevar traje te ibas a ver informal, pero te sienta perfecto con la temática de la boda.

-¿Y ese collar que traes puesto?

-Me lo regaló Isabela para que lo lleve puesto. ¿A ti Mónica te dió algo?

-Si, esta pulsera. Me explicó que lo compró especialmente para la boda.

-No cabe duda que nos estamos casando con las mejores personas que pudimos encontrar.

-No tienes idea de cuanto esperé para esto... Este mes de organización se me hizo eterno.

-A mi también... Pero ya llegó el día.

-Bueno, si ya estás lista nos podemos ir... El helicóptero está esperándonos.

-Helicóptero?

-Si, recuerda que tenemos que volver a tiempo para la boda. No te preocupes, ya el helicóptero tiene tu velo y los dos ramos.

-Bueno vámonos.

Antes de la boda teníamos algo muy importante que hacer. Sin esto yo no me podía casar. Llegamos al lugar y a pesar que no me gusta venir, sabía que lo tenía que hacer.

-Valentina, ¿estás segura de que quieres hacer esto? La última vez que vinimos no te pusiste bien.

-Tengo que hacerlo... Es necesario. Pásame el ramo.

Mi hermano bajó del helicóptero y me dió la mano. Abrazados llegamos a dónde teníamos que ir.

-Papá, Mamá, Hermana, yo sé que nunca vengo a verlos; pero ustedes saben que para mí es mejor recordarlos vivos.

Guerra Y Amor (La doña 3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora