La Fiesta

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Me despierto por instinto a las 8:00 am, pero me levanto de la cama a las 9:00 am. Es como un tipo de rutina que tengo los fines de semana.

Bajo a la cocina y encuentro a mi padre desayunando junto a mi madre. lo cual no me sorprende, porque siempre que queda en casa todos los fines de semana.

- Buenos días - digo al entrar y darle un beso en la frente a mi madre como todos los días. Luego me siento a tomar café.

- ¿Qué harás hoy? - me pregunta mi padre. Lo cual me sorprende un poco, ya que no somos tan unidos.

- Iré a casa de Adam y en la noche iré a una fiesta - miento para averiguar que tiene en mente. - ¿Por qué?

Se estarán preguntando. ¿Quién es Adam?. pues como les dije no tengo amigos, ni tampoco un club de fans, pero tengo al demente de Adam Cooper como mejor amigo.

Sí, él estuvo en mi vida desde que tengo uso de razón. Me ayudó a ingresar al equipo de fútbol entrenando conmigo todos los días, a pesar de que él odia el futbol, llegaba super temprano a mi casa y me sacaba de la cama. A parte me ayudó a sobrellevar la tristeza de que mis hermanos se hayan ido a vivir a otro país, apoyándome y nunca dejándome solo.

En fin, en pocas palabras diría que es mi hermano de otra madre.

- Quería ir a comprarte unos botines nuevos. - me quedo sorprendido con sus palabras ya que lo dice sin ninguna tipo de emoción, Si no conociera a mi padre diría que en verdad quiere hacerlo.

- Ya te dije que los que tengo están bien, ma - espeto mientras miro con fastidio a mi madre. Sé que ella le exigió que haga esa propuesta.

- Pero están muy desgatados - dice esta, mientras frunce el ceño.

- Podemos ir a comprarlos el lunes, como obsequio por el triunfo de mañana - digo tratando de calmar las cosas.

- Nunca subestimes a un rival, Bastian - menciona mi padre de forma dura

- Solo tengo confianza en el equipo y en mi, es todo. - digo de forma seca.

- Recuerda que de aquello depende tu futuro. - espeta mientras bebe un sorbo de su café.

- Lo sé. - es lo único que limito a decir.

- Ahora que caigo en cuenta. ¿A quién le pediste permiso para ir a una fiesta, jovencito? - dice mi madre poniendo una cara seria.

¡Mierda! Es cierto, como el mensaje llegó en la noche no tuve tiempo de pedirle permiso, pero como soy su bebé me la dará. Estoy seguro de eso.

- Ayer en la noche los chicos del equipo avisaron que Scott iba a realizar una pequeña fiesta en su casa, para celebrar el triunfo que tendremos mañana - le cuento mientras le doy un pequeño abrazo por encima de sus hombros - Así que ¿Puedo ir?

- Esta bien, pero regresas temprano y nada de probar alcohol o drogas. - dice mientras me da una mirada severa

- Lo sé, recuerda que soy un deportista. Tengo muy en claro que cosas debo hacer. - menciono mientras le doy un beso en la cabeza. - Gracias por el desayuno. - aviso para luego lavar mi taza.

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Luego de almorzar voy directo a casa de Adam para avisarle que tiene que acompañarme a la fiesta de hoy.

Al llegar abre la puerta su madre, la señora Cooper, una mujer super amorosa.

- Buenas tardes, señora Cooper. ¿Adam está en casa? - pregunto con una sonrisa de oreja a oreja.

- Buenos tardes, Basti. - Me dice de esa forma, porque Adam me molesta por como mi madre me pone apodos cariñosos, dentro de ellos ¨Basti¨. - Sí, está jugando en su habitación. Adelante, entra, - me invita a pasar con una sonrisa cálida que calmaría a cualquiera.

Nunca es tarde (En Proceso)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora