Tentadora tentación

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Me despierto más temprano de lo normal, mi reloj indica que le faltan treinta minutos para que suene mi alarma. Me quedo viendo el techo pensando en nada, luego de estar como 5 minutos viendo un punto fijo decido entrar a Youtube para ver videos de jugadas.

Han pasado 15 minutos y me encuentro sentado en mi colchón y con las manos en mi cabeza. No logré ni ver 2 minutos del vídeo, apagué mi teléfono para no recordar el maldito error que cometí. Siento mi cuerpo arder ante la frustración de tener que esperar 7 meses más para poder intentar volver al fútbol, sin garantía alguna de que seré el mismo de antes.

Escucho sonar mi alarma y la lanzo contra la pared, necesito calmarme esto no es bueno.

Me dispongo a darme una ducha fría para dejar ir toda esta irá de mi cuerpo, salgo 20 minutos después y alisto mis cosas para ir a la escuela.

El desayuno con mi madre pasa absolutamente lento, no quiero tener que responderle mal a ella. Cuando estoy enojado decido poner mala cara y no hablar con nadie.
Aparte si le respondo mal es seguro que me asesine.

Trato de tomar mi taza de café lo más rápido posible, pero está muy caliente y mamá no dejará que me vaya sin acabar todo.

No quiero tener una conversación con ella, así que decido por tomar el café y quemarme la lengua, pero no llegue ni a la mitad. Entonces mi madre da inicio a mi primera charla del día.

- Te despertaste pensando en el fútbol ¿Cierto? - ¿Pero como es qué lo sabe? Hasta he puesto mi mejor sonrisa para que no se dé cuenta. - Soy tu madre, cariño. Conozco a mis tres hijos como la palma de mi mano. - responde como si pudiera leer mi mente. - Así que tú sonrisa falsa no va a engañarme.

Aquello me saca una sonrisa, haciendo que se me pase un poco el enojo, sin duda alguna es mi madre. No sé que sería de mi si ella me faltara algún día.

- Sí. - me limito a responder

- ¿Cómo sientes tú pierna? - comienza su interrogatorio.

- Bien, como si no me hubiera pasado nada. - miento porque no quiero que sepa que me duele cada vez que paso mucho tiempo estando de pie.

- ¿Estás tomando tus analgésicos? - siento que estoy llegando a mi límite

- Sí, ma. - en realidad esos analgésicos no calman completamente el dolor, pero es mejor que no tomar nada

- ¿Cómo vas con la chica misteriosa? - pregunta cambiando de tema y agradezco eso.

- Bien, al menos ya sé su nombre. - comento mientras tomo mi café.

Ya está frío, ahora sí podré acabarlo rápido.

- ¿Cómo se llama? - pregunta mi madre con mucha curiosidad.

- Jane. - tan solo con decir su nombre siento un poco de calma.

- Sí que debe ser hermosa, te pusiste un poco rojo al decir su nombre. - dice mi madre mientras alza y baja las cejas.

No puede ser, es verdad. Siento las mejillas calientes y no es por el café, este ya está frío.

- Es por el café, no hagas tanto alboroto. - comento rápidamente, un poco enfadado.

- Vuelve a decir que hago alboroto y te haré pasar el enojo a golpes. - amenaza mi madre.

¡Rayos! Esto es lo que quería evitar, pero debo felicitarme por controlarme un poco.

- Lo siento mucho, ma. - digo con arrepentimiento.

- Ya, ahora vete a la escuela. Me hiciste empezar el día renegando. - espeta mientras recoge las tasas de la mesa.

Nunca es tarde (En Proceso)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora