¿Qué es esta sensación?

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Hoy será mi primera día de terapia. Para ello, Adam se ofreció a llevarme todos los días durante todo el tiempo que me demore en recuperarme.

Por un lado me agradaba la idea de ir con mi mejor amigo, pero por el otro me estresaba mucho. Adam podía llegar a ser muy sobreprotector, incluso peor que mi madre.
Llegó al extremo de tratar de cargarme en sus brazos, como una recién casada, cuando llegue a casa luego del hospital y tenia que subir las escaleras. Obviamente me negué y le dí un golpe en la nuca.

Tenía un poco de flojera ir a mi terapia, aún estaba en cama y las sábanas me envolvían en su hechizo. Solo quería quedarme allí acurrucado y calentito, pero claro cuando tienes a un mejor amigo demente eso no pasa.

Adam abrió mi puerta de golpe sin previo aviso, cosa que me hizo asustar y que me doliera la pierna por el respingo que me dió.

- ¡Ay! Idiota - grite de dolor

Cosa que a mí mejor amigo no le importó, porque comenzó a saltar por toda mi habitación gritando.

- ¡Basti! ¡Hoy es el primer día de tu terapia, vamos que no tenemos todo el día¡ - exclamó en voz alta mi mejor amigo, como si yo no pudiera oírlo.

- Todavía falta 1 hora para mi cita, demente - espete con enfado y algo de dolor.

- Lo sé, pero mientras te cambias y bajas las escaleras perderemos mucho tiempo.

- Adam, solo tengo una tobillera. No exageres mi estado como si tuviera la pierna enyesada. - le puse mala cara.

- Basti, mi bebé, mi campeón. Mamá Amanda me ha dicho que cuide bien de su retoño. - comenta mientras parpadea como chica enamorada. - Así que haré todo lo que esté a mí alcance para que nada malo te vuelva a pasar.

- Ya me está pasando algo muy malo con que estés molestando - comento mientras lo veo con los ojos entrecerrados.

- Es solo mi forma de demostrar mi apoyo. - abre mi armario y comienza elegir lo que me pondré hoy. - Tienes ropa muy fea, nunca me había dado cuenta de eso.

- ¿Puedes dejar de hacer eso? Me traer recuerdos de cuando mi madre me dejaba envuelto en una toalla, mientras decidía que iba a ponerme para ir a la escuela.

- No te enojes, pequeño bastón. Mientras papá Adam esté aquí te sentirás el doble de amado. - saca una camiseta negra y unos pantalones azules de mezclilla.

- No sabes combinar prendas, maldito loco. - le dije en un tono burlón.

- Póntelo y verás como te queda. - lo dijo tan seguro que no pude aumentar nada más.

Procedo a ir al cuarto de baño para ducharme y comenzar a vestirme.
Al terminar me veo al espejo y no puedo creer que nunca haya pensando en combinar está camiseta con estos pantalones. Me veo espectacular
Sin duda alguna, Adam, tiene una parte femenina a la hora de combinar prendas

- ¡Vaya! Pero que guapo quedó el muchacho. - comenta mientras salgo del cuarto de baño. - Sabía que te quedaría bien.

- ¿Cómo lo sabías? Es decir, yo nunca me había puesto está camiseta. - pregunto con mucha curiosidad

- Verás. Querido, basti. El talento para imaginar a un individuo vestido, es un don con el que se nace.

- ¿Es decir que me imaginaste vestido o me imaginaste mientras me vestias? - pregunto con una mirada burlona.

- Que te imagine vestido, obviamente. No soy un degenerado. - responde un poco ofendido.

- Calma, solo fue una pregunta.

Nunca es tarde (En Proceso)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora