"Bastian" II

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Por fin me queda solo una cuadra por caminar y ya puedo visualizar a los lejos a Adam apoyando en su auto, con los brazos y la mirada en el suelo.

Unos minutos después estoy frente a él.

— He caminado hora y media - le reprocho - Tuve una lesión, amigo. No te imaginas el dolor que me provoca.

—  ¿Y tú te imaginas el dolor que le provocaste hoy a aquella chica? - espeta

Siento que mi corazón bombea más rápido de lo normal y empiezo a sentir culpa junto a una gran tristeza que me hace doler el estómago.

Veo mi teléfono y todo se aclara cuando me doy cuenta que son las 18:00 pm
Está pasando el efecto de los cortes y ya no tengo la empatía bloqueada.

— De verdad lamento mucho lo que hice hoy. - trato de disculparme.

— A mí no tienes que pedirme disculpas. - reprocha - Ambos sabemos a quién debes dárselas.

— Lo sé. - me limito a responder. - Pero ni siquiera se su nombre o donde vive.

Adam me observa con una expresión seria.

— ¿No te dió su número en un papel, genio? - cierto.

— Tienes razón.

Es lo último que digo antes de recibir un golpe en el rostro por parte de mi amigo.
Su puño siempre fue tan duro.

— Pasaste todo un año libre de esa porquería de los cortes, creí que ya habías logrado superarlo. - enfurece - Incluso se lo prometiste, le prometiste que lo dejarías.

Es verdad, lo hice.
Ahora no soy más que una escoria

— Hasta ayer fue que volvieron los recuerdos. - me recompongo - Fue una montaña rusa de emociones, Adam.

«Esa chica de verdad me gusta y sabes que es cierto, porque ese lugar fue muy importante para nosotros dos»

— Me costó mucho sacarte de ese hoyo, Bastian. - su mirada refleja tristeza. - Este año tengo más obligaciones y no sé si pueda estar siempre cuidándote las espaldas, amigo.

Cuando caí por primera vez en esta cosa, Adam casi pierde el año escolar por estar ayudándome.
Le debo muchas cosas a mi amigo.

— Lo sé. - suspiro - Si vuelvo a caer no aceptaré ninguna ayuda tuya, porque ambos sabemos que será un caso perdido.

Sonrío levemente y pienso en que quizá puede que está vez logre mi objetivo.

— Nadie es un caso perdido. - es lo último que dice antes de subirse a su auto.

Antes de arrancar me dice una última cosa.

- Si en verdad te gusta esta chica, lograrás superar esto. Por ella y por ustedes.

Y sin más arranca el auto.

Ingreso a mi hogar y saludo a mis padres que están en el sofá, voy directo a mi habitación y empiezo a ordenar todo.
Deje todo un desastre anoche que parecía un maldito adicto buscando la cuchilla.

Acomodo mi armario, cajones y cama. No sé cómo es que logré poner toda mi habitación patas arriba.

Me siento al borde de mi cama y empiezo a pensar en lo que hice hoy, y mi pecho se contrae cada vez que recuerdo las palabras de aquellas chicas del estacionamiento.

Rebuscó en mis pantalones la nota que me había entregado aquella muchacha de la tienda, tengo que disculparme con ella. Aunque no sirva de mucho.
No puedo decirle quien soy, así que opto por la idea de fingir ser otra persona que halló la nota en el suelo.

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⏰ Última actualización: Jul 29 ⏰

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