Capítulo 30

422 36 11
                                    


Erick

En los ocho meses de relación que llevábamos Joel y yo, jamás llegué a pensar que lo vería de esta forma, se que ha cambiado mucho, que ya no es el típico indolente que solía ser pero realmente mirarlo ahora, mirarlo ahí mientras llora como un niño, es totalmente nuevo para mí, lo he visto antes con lágrimas en sus ojos pero no de esta forma, no así. Estamos todos delante y el silencio en la mesa solo se rompe por los sollozos descontrolados de Joel que desde que le dije que esperamos un bebé.

-Hijo, dale un poco de agua, se va a deshidratar.

-Abu...no seas mala. -Sonreí abrazando la espalda de mi novio, se que mi abuela no se estaba burlando en serio pero me da pena con él, estaba prácticamente tumbado sobre mí, abrazándome fuerte, como si no pudiera creer que me tenía en sus brazos.

-Es que míralo, se enfría la comida y él sigue  llorando.

-Está... está bien...vamos a...comer. -Su voz salió toda cortada, llorosa, como si estuviese haciendo un gran esfuerzo por hablar, yo podía morirme de amor, realmente podría.

-Mi amor...

-Te amo, pequeño, te amo mucho, no sabes lo feliz que me haces, Er. Yo... yo realmente...gracias, gracias por darme este regalo. -¿Y cómo no lo iba a amar cuando estaba delante de todos así?

-Es nuestro regalo, Joel, es un regalo que nos ha llegado a ambos y no puedo estar más feliz, mi amor.

De un momento a otro se puso de pie, se puso de pie y secó sus lágrimas. Todos detuvieron sus movimientos y se volcaron de a lleno a mirarnos, como si cada uno de ellos supiera lo que pasaría a continuación y no pudieran creerlo. Por algún motivo desconocido, mis ojos se lenaron de lágrimas y mi corazón se descontroló dentro de mi pecho porque en sus ojos se mostraba un brillo que no había visto antes, un brillo que erizaba mi piel y que hacía temblar mis piernas de forma descontrolada. Cuando lo ví arrodillarse delante de mí con toda esa ilusión en su mirada, con los nervios asomándose en cada pequeño movimiento, yo simplemente...lo entendí.

-Mi amor, mi pequeño angelito, no tengo un anillo para ofrecerte, no tengo nada material que entregarte hoy y hacer de esto más emocionante pero te entrego todo lo que tengo, todo lo que soy, te entrego todo lo que quieras tomar de mí para que hagas conmigo lo que quieras porque soy tuyo, soy totalmente tuyo en cuerpo y alma y si me dices que si, voy a encagrgarme de hacerte el chico más feliz del mundo porque te amo, te amo y quiero estar siempre contigo, con nuestro hijo o nuestros hijos, no importa, yo solo quiero que sepas que nunca en mi vida creí que podría sentir, que podría sentir amor, por nadie, jamás pero tú me golpeaste en la cara al demostrarme que si podía sentir porque hoy, acá delante de todos puedo decir que estoy irremediablemente enamorado de tí y me harías la persona más feliz del mundo. ¿Me harías el honor de casarte conmigo?

-Si..si...claro que si.

Sería una mentira no decir que todo se volvió un caos de gritos y sonrisas, porque la realidad es que a penas pude escuchar nada coherente. Joel me abrazó fuerte, tan fuerte que pareciera que tuviera miedo de que me fuera de su lado pero cuando me besó con tantas ganas, con tanta necesidad y amor, supe que jamás me iría de su lado, que no habría ni Dios ni pecado que nos separara porque estaba enamorado irremediablemente, estaba perdido y completamente convencido de que pasaría toda mi vida con él porque así lo sentía, así lo quería y ahora que que sabíamos con seguridad de mi embarazo, estaba mucho más decidido, solo bastaba sentir la forma en que me abrazaba, en como nuestras lágrimas se mezclaban, si, todo estaría bien.

-Gracias, gracias mi amor, gracias. -Sollozó mientras dejaba un pequeño beso en mi frente, amaba cuando hacía eso, me daba seguridad, tranquilidad.

-No, no agradezcas, yo te amo y me haces feliz, se que nos vas a cuidar.

-Con mi vida, con mi vida pero ahora vamos a comer, tienes que alimentarte.

Todos rieron con evidente felicidad, la abuela nos abrazó a ambos con fuerza, contenta, orgullosa y yo realmente me sentía completo, lleno, como nunca antes. Eventualmente todos se calmaron y volvimos a sentarnos en nuestros puestos para poder cenar, la comida aún estaba a una temperatura agradable y lo cierto es que moría de hambre, así que ahora que estaba completamente feliz y las cosas en su lugar, comí hasta quedar satisfecho. El resto de la cena fue tranquilo, todos estaban contentos con nuestro compromiso y el ambiente era muy agradable, familiar y eso era muy importante para mí, me daba mucho gusto saber que en unos meses más, tendría mi propia familia.

-Tengan cuidado en el camino, parece que va a llover.  -Estábamos a punto de salir cuando mi abuela nos habló, el cielo estaba realmente mostrando señales de que se avecinaba una tormenta, no me gustaba estar en la calle con el clima así.

-Ya nos vamos, quiero llegar a casa antes de que comience el diluvio. -Joel tomó mi cintura para atraerme a su cuerpo y pude ver la bonita sonrisa que nos regaló mi abuela, sabía que lo quería de verdad.

-Quiero decirle a ambos que me alegra mucho que se hayan comprometido, se que se aman de verdad y me da mucho gusto saber que mi pequeño está feliz. Cuida mucho de mi nieto, les doy mi bendición.

Los tres nos abrazamos con cariño durante algunos segundos para al final marcharnos cuando la abuela entró a la casa, la noche se había enfriado. El viaje en auto fue bastante rápido y llegamos antes de comenzara la luvia. Una vez que estuvimos dentro del apartamento, ambos fuimos hasta el ventanal de cristal que nos mostraba la cuidad, era hermosa, la vista era hermosa aunque se podía apreciar como los relámpagos comenzaban a pintar el cielo. Sus brazos me atraparon por detrás y permití que todo el peso de mi cuerpo se recostara al suyo, me gustaba, me gustaba cuando estaba en sus brazos.

-Entonces...seremos padres...seremos padres y esposos. No me lo puedo creer todavía, voy a ser papá. -No necesitaba mirarlo para saber que estaba sonriendo porque lo conocía y además porque yo estaba igual.

-Así es, amor.

-Te prometo que voy a ser el mejor esposo, voy a ser el maldito mejor esposo del jodido mundo y el mejor padre. Voy a encargarme de todo, de todo, Er, nada les va a faltar, yo voy a dedicarme a ustedes en cuerpo y alma.

Y no había nada más que decir porque estaba seguro de que estaba siendo sincero y ahí, con la lluvia y la ciudad de testigos, me entregué a Joel como si fuera la primera vez.

Y no había nada más que decir porque estaba seguro de que estaba siendo sincero y ahí, con la lluvia y la ciudad de testigos, me entregué a Joel como si fuera la primera vez

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
Inferno II JoerickWhere stories live. Discover now