Capítulo 26

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Erick

-No me has querido decir.

-Es una sorpresa.

-Pensé que pasaríamos la noche acá.

-Tambiém lo pensé pero se me ocurrió algo mejor.

-¿Debo asustarme? -Cuestioné sonriendo, mi interior se sentía muy feliz, las cosas estaban marchando bien entre nosotros, mi abuela estaba encantada con Joel y debía admitir que estaba sorprendido con el avance que nuestra relación había alcanzado, era algo increíble de creer dado el hecho de la historia de vida que lo antecedía.

-No...bueno si, no se si estás preparado aún.

-¿Preparado para qué? -Sabía de lo que estaba hablando, claro que lo sabía y la verdad es que no sabía si lo estaba, una cosa era dejarme llevar por el momento y la otra muy distinta era ser plenamente consciente de que este magnífico hombre sería el primero en mi vida, el primero en tomar mi pureza.

-Quiero que no olvides esta noche, no se como hacer para que no pienses que solo quiero follarte, Er, quiero... obviamente quiero pero es más que eso, quiero hacerte el amor como mereces. ¿Entiendes? Jamás hice el amor con nadie y tengo miedo de cagarla.

Y podía jurar que no había visto nada más hermoso en mi vida, nada podía compararse con tener a este hombre arrodillado frente a mí. Tragué el nudo que había en mi garganta y pasé mis temblorosas manos por su cabello rizado, podía sentir los nervios en la habitación, los míos propios, fuertes, reales, obvios, los de Joel simplemente eran tiernos, a penas podía creer que un hombre como él, tan lleno de demonios y sombras, tan acostumbrado a no sentir, tan carente de estabilidad y dependencia, estaba ahí a mis pies, tan perfecto y vulnerable.

No hablé, no era necesario.

Me deslicé hacia el suelo para quedar de rodillas frente a la perfección que tenía delante, él alzó la mirada, húmeda, perdida, completamente entregada y no esperé más, era el momento y a pesar de que mi novio tenía planes de hacerlo diferente, esta vez  no esperaría, esta vez tomaría la iniciativa y no pensaba detenerme, no cuando tenía a un Joel completamente expuesto ante mí.

Acerqué mis labios a los suyos, suave, lento y permití que todo el amor que sentía se transfiriera a él, necesitaba que supiera lo mucho que lo amaba, que lo deseaba, necesitaba que supiera que justo ahora, éramos solo él y yo. Rompí el beso para desnudarme, Joel parecía en estado de shock y lo estuvo más cuando me vió dealizar la camisa de mi cuerpo, cuando mis pantalones dejaron de ser una barrera, Joel casi muere cuando mi boxer desapareció y quedé completamente desnudo frente a él pero nada podía compararse con la cara de completa sorpresa que puso cuando lo hice tumbarse en el suelo y tomé en mis manos su miembro después de bajar su cremallera.

-Relájate... -Susurré mientras tomaba su hombría contra mis labios y dejaba un beso en la punta, él simplemente tembló.

-Er...

-Shhh...

Fue mi último aviso antes de probarlo y por un instante divino, pude jurar que ni yo mismo me conocía pero no iba a arrepentirme, jamás podría arrepentirme de lo que estaba haciendo. Disfruté de su sabor por minutos completos, era inexperto, primerizo y tenía miedo de no hacerlo bien, el agarre de sus manos en mi cabello y los gruñidos roncos que emitía su garganta, me dejaron claro que no debía preocuparme, lo estaba disfrutando y eso era todo lo que necesitaba. Estaba tirado en el suelo, acostado sobre su espalda completamente vestido, una imagen que contrastaba con mi total desnudez.

Seguí lamiendo y mordiendo delicadamente, él presionaba mi cabeza para llegar profundo, lo permití, me gustaba como perdía el control, como alzaba sus caderas queriendo llenar mi boca, me hacía sentir especial, poderoso y lo dejé, dejé que mi saliva mojara todo su largo mientras se movía buscando placer, yo succionaba cada vez más fuerte, sabía que estaba por llegar y quería que lo hiciera dentro de mí. Unos cuantos minutos después, Joel tembló de una forma diferente, tembló mientras dejaba escapar mi nombre en un gruñido y toda su esencia se expulsó.

-¡Oh Dios! -Gimió aún moviéndose, empujando sus caderas hacia arriba, haciendo que sus fluidos llenaran mi garganta, apresando mi cabello entre sus dedos con fuerza, dejando mi orgullo en las nubes al saber que yo había sido el causante de su placer.

-Yo...

-Ven aquí, pequeño, ven. -Su voz era un reflejo de su deseo, sus ojos brillaban lujuriosos, extasiados pero lo mejor era su sonrisa, esa sonrisa preciosa que mostraban sus labios.

-¿Te...te gustó?

-Ven...déjame mostrarte cuanto.

Y verdaderamente me lo mostró porque después de sus palabras, fui yo quien estuvo en el suelo, expuesto, vulnerable, entregado. Se encargó de dejar un beso en cada centímetro de mi piel, de dedicarme todas las caricias que jamás me habían dado, se encargó de hacer que gimiera perdido ante su forma de jugar con mi cuerpo. Cuando me volteó par dejarme con las rodillas y codos en la alfombra, los nervios volvieron a mí, sabía lo que venía, sabía lo que iba a hacerme y me estaba derritiendo debajo suyo.

-Joey... -Gemí cuando su lengua tocó mi entrada, era la primera vez que alguien me tenía así y era mucho mejor de lo que pensaba.

-Relájate bebé, vamos a empezar. -El aire que salió de su boca erizó mi piel, estaba justo en mi agujero, tocándome suavemente con uno de sus dedos y yo me estaba muriendo de calor.

-Si...voy...

A penas pude terminar de hablar porque acto seguido, de dedicó a comerme vivo. Su lengua me llevó a las estrellas y ahí, en esa posición vergonzosa, yo gemí de placer como nunca antes. Lamió todo y succionó más, se encargó de lubricarme bien mientras que mordía y besaba a ratos, sus manos apretando mis nalgas, dejando marcas, separándome bien para tener espacio. Joel prácticamente se alimentó de mí, se burló de mi desesperación y de la forma incontenible en que me retorcía, se encargó de penetrarme exquisitamente con ese músculo húmedo y caliente, de llevarme al orgasmo sin necesidad de tocarme, Joel había hecho que me desmoronara en la alfombra, sin fuerzas, sin poder respirar.

-Eso... pequeño... así te quiero tener. -Habló ronco mientra subía sobre mí, su aliento en mi oido erizó mi piel aún sin poder recuperarme del orgasmo, lo sentí tratando de sacarse la ropa y me esforcé en hablar.

-No...no te desvistas... solo...entra. -Rogué mientras intentaba voltearme, necesitaba ver su cara, necesitaba mirar sus ojos.

-Está bien, bebé...como pidas.

No tardamos mucho más, me acomodó de tal manera que mi espalda quedara en el suelo y mis piernas abiertas, listas, dispuestas para darle paso. Delineó con una de sus manos mi figura, sus dedos erizando mi piel, creando un camino de calor y deseo ascendente. Sus ojos no pararon de mirarme, tan hermosos, tan malditamente hermosos. Lo vi acomodar su miembro, lo sentí justo en mi entrada, húmedo, grande, caliente, sonrió de forma sincera y asentí con mi cabeza, era su manera de pedir mi aceptación y obviamente se la daría, no había nada que deseara más que ser suyo.

-Te amo. -Sollocé entre lágrimas cuando por fin entró, cuando su grosor invadió mis paredes vírgenes y lloré, lloré porque dolía pero más aún lo hice cuando...

-Te amo más, mi pequeño bebé, te amo con toda la sinceridad que mereces.


-Te amo más, mi pequeño bebé, te amo con toda la sinceridad que mereces

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Inferno II JoerickWhere stories live. Discover now