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—Ugh, odio el calor, odio la playa, odio la arena, ¡ODIO EL VERANO! —se quejaba Yoongi mientras jalaba una maleta con una mano y sostenía un mini ventilador contra su cara.

—Amor, necesitas vitamina D y aire fresco para tu total recuperación —dijo Taehyung, entrando detrás de él con su propia maleta—; antes se llevaba a los enfermos a la playa porque pensaban que el clima los aliviaba.

—Por ese pensamiento morían antes de los 40.

—¡Min Yoongi! —le dio un golpe en el hombro—, vas a salir que te dé el sol y la brisa del mar por lo menos 30 minutos, y no te atrevas a desobedecerme.

—Pero hace calor —volvió a quejarse el mayor—, además ya estoy 100% recuperado, gracias a mi hermoso enfermero —se acercó para rodear su cintura, pero el menor se cruzó de brazos.

—Espero estés hablando de mí y no de aquel rompe hogares.

—Todavía no se casan y ya discuten como matrimonio —dijo el Sr. Min, entrando junto a su esposa con el resto del equipaje—, la habitación de ustedes está subiendo las escaleras, a la izquierda.

—Díganme que arreglaron el aire acondicionado —dijo Yoongi con un puchero, aún envolviendo en sus brazos al menor que ya le había correspondido el abrazo.

—Claro, hijo —respondió su madre y el rubio sonrió ampliamente corriendo hacia la habitación, llevando a Taehyung de la mano.

Encendió el aire, se dejó caer en la cama con una plácida sonrisa y cerró los ojos, a su lado el colchón se hundió y sintió los labios de Taehyung en su mejilla. Se giró de lado y rodeó la cintura del castaño, dejando un piquito en el lunar de su nariz.

—Hay que quedarnos así todas las vacaciones.

—Yo sí quiero entrar al mar —hizo un puchero.

—No, no quieres —dijo Yoongi y afianzó su agarre, bajando una mano al redondito trasero de Taehyung—. Además tus papás me encargaron que te cuidara, qué tal si te ahogas o te come un tiburón.

—Entonces entra conmigo para que me salves.

—O mejor nos quedamos aquí a salvo, dándonos mimitos —dijo, acurrucándose en la curvatura de su cuello.

—Yoonie —dijo en tono triste.

—Está bien, bebé, pero no quiero pisar la arena y entrar al agua fría —se estremeció—, te cuidaré desde el porche —dejó un beso en su frente y el menor sonrió.

—Iré a cambiarme.

—Yo te ayudo a desvestirte —le sonrió con un brillo de picardía antes de lanzarse a besar su cuello, mientras metía la mano bajo su pantalón.

Hábilmente se colocó entre sus piernas, mientras bajaba la prenda y el menor lo observaba, mordiéndose el labio inferior. Fue subiendo mientras besaba las piernas de Taehyung, deteniéndose en sus muslos, mientras notaba cómo se endurecía bajo la ropa interior.

—Yoon —gimió el menor, alzando su cadera.

—Dime qué quieres que haga, mi amor —dijo el mayor, besando su miembro sobre la tela.

—Quiero sentirte, te necesito... dentro de mí —pronunció suavemente, Yoongi retiró la prenda y se deshizo de su propia ropa.

Se colocó encima de Taehyung, con cuidado de no aplastarlo por completo y atrapó sus labios besándolos con apetito, mientras sus entrepiernas se rozaban, causando una exquisita sensación de placer.

Después de preparar su miembro y la entrada del menor, Yoongi lo embistió, deleitándose por cómo las paredes de Taehyung lo recibían. El castaño clavaba sus uñas en la blanca espalda, adornándola de rasguños, mientras disfrutaba de cada centímetro en su interior.

Por su parte, el rubio mordisqueaba el cuello y pecho del menor, anhelando cada parte de él, haciéndolo tan suyo como él era de Taehyung.

El menor mordió el hombro de Yoongi para reprimir un sonoro gemido cuando se vino y a los segundos sintió cómo el mayor lo llenaba de sí. El rubio ocultó el clamor de placer en el cuello del castaño, tratando de que no se escucharan por la casa de playa de su familia.

—Te amo, Taehyung —soltó en un suspiro.

—Te amo, Yoongi —levantó el rostro del mayor de su escondite y lo besó con fervor, empezando a mover ligeramente las caderas otra vez, regocijándose de que Yoongi siguiera dentro y volviendo a sentir cómo despertaba.

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Taehyung le dio un beso antes de salir corriendo hacia la playa, Yoongi se sentó en una mecedora, bebió de su ice americano y retomó su lectura. Había varias familias, grupos de amigos o parejas que se divertían bajo las sombrillas o las olas del mar. De vez en cuando volteaba al frente y veía al menor disfrutar del agua.

En un momento, volvió a buscar a Taehyung con la mirada y observó cómo tres surfistas llegaban con el castaño. Yoongi se levantó de inmediato y sin pensar en la arena entre sus dedos o de colocarse su gorro, llegó junto al menor, rodeándole la cintura.

—Mi amor, ya llegué —dijo y volteó a ver a los chicos—, hola, soy Min Yoongi, prometido de este bombón.

—Eeeh hola —saludó uno de ellos—, bueno, piensa en nuestra propuesta, Tae. Nos vemos —el menor se despidió agitando la mano, reprimiendo una risa.

—¿Cuál propuesta? —preguntó Yoongi poniéndose frente a él.

—Dijeron que me pueden enseñar a montar una ola. Les dije que yo solo monto a mi prometido, pero que lo pensaría —dijo sonriendo ampliamente. Yoongi frunció sus labios, apenado y orgulloso de su bebé.

—Parecen buitres, ¡ya nadie respeta esto! —exclamó, tomando la mano de Taehyung, señalando el anillo de compromiso. El menor rió y lo rodeó del cuello, dejando un suave beso.

—Ahora, Min celosin, ¿ya viste dónde estás? —preguntó divertido, Yoongi volteó hacia abajo y vio cómo la marea le cubría hasta los tobillos y sus pies estaban llenos de arena.

—¡Está fría! —gritó, quiso correr de regreso a la casa pero Taehyung no lo soltó.

—Ya estás aquí, entra conmigo.

—Pero está fría —se lamentó.

—Si nadamos entramos en calor, anda —lo tomó de la mano y caminaron hacia las olas.

Regresaron a la casa después de nadar y recoger conchitas marinas. Se ducharon y cambiaron con ropa cómoda para disfrutar de la cena con los padres del mayor. Después, salieron a caminar al muelle mientras saboreaban una bebida fría entre besos y el manto nocturno.

—¿Sabías que de pequeño quería ser astronauta?

—¿En serio? —preguntó el menor, a lo que Yoongi asintió.

—Mis papás me decían que cuando lloraba en la noche, salían al patio para que yo viera las estrellas y entonces me calmaba. Eso hizo que me compraran cientos de cosas relacionadas al universo —rió—. Recuerdo que cuando tenía unos cinco años, pinté las paredes de la sala simulando el espacio, a mi mamá casi le da un infarto —el menor soltó una risa y apretó el agarre de sus manos.

—Así que también ya dejabas ver tu talento artístico, cariño.

—Estoy seguro que mis padres no lo veían así —ambos rieron—. Siempre sentí calma y felicidad al voltear hacia arriba y ver que tanta majestuosidad nos cobija —detuvo su andar y con la mano libre acarició la mejilla del menor—. Eso sentí también la primera vez que te vi, Taehyung, cuando miré un universo en tus ojos —una lágrima corrió por el rostro del menor y Yoongi la limpió con su pulgar.

—Tú eres la estrella más grande de mi universo, Yoongi, eres mi sol, eres lo que permite que todo a mi alrededor brille —pronunció y juntaron sus frentes bajo el cielo nocturno—,  contigo siento el calor de un amor infinito.

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El siguiente será el último capítulo de este bonito fic con el que empecé aquí en wattpad, espero lo disfruten :D

My universe | YOONTAE AU lovely COMPLETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora