"Nuestra Promesa" -Camilo X T/N

"UNA LLEGADA INESPERADA"-𝗖𝗔𝗣 32.

[CAPÍTULO 32]

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Narra ___:
Me crucé de brazos mientras Sebastian y yo seguíamos caminando.

-Lamento Informarte que olvidaste un pequeño detalle. -Dije alzando una ceja.

-¿Cuál?

-Mi madre, si usa su don con cualquiera de nosotros descubrirá el patético plan.

Él sólo rió.
-___, dulce, ___, olvidaste que tu padre tenía el libro con absolutamente todo sobre tu rara magia familiar?

-No vamos a hablar de mí padre.

-Ese libro quedó en manos de tu tía en cuanto él murió. Allí decía como apagar los dones temporalmente y... Lo hizo con el don de tu madre. Magnifico, cierto?

Dirigí mí mirada al piso y en ese preciso instante, me dí cuenta de algo.

-Mi collar...-Dije en voz baja colocando mí mano en mí cuello.

El rubio alzó una ceja con confusión.

[ ___ ]: -¡Sebastian, perdí el collar!

[Sebastian]: -¿El collar de la fiesta de navidad?

Asentí con tristeza mientras observaba a mí al rededor buscándolo.

[Sebastian]: -Te daré otro, cariño.

[ ___ ]: -No creo que estés entendiendo, no será lo mismo.

Seguimos caminando en un silencio incómodo hasta que finalmente llegamos a la Casa Madrigal.

-Muy bien, a brillar.-Dijo el de ojos claros con emoción.

Toqué la puerta con unos nervios que me estaban consumiendo lentamente.

Segundos más tarde, la puerta fue abierta por Dolores, la cual corrió a abrazarme.
Definitivamente es una de las personas más dulces que conozco...

-¡Familia, vengan todos, rápido!-Gritó Dolores cubriendo sus oídos.

Tardó un par de segundos para poder ver a todos los Madrigal presentes allí, junto con mí madre.

Corrí hacia mí madre a abrazarla con todas las fuerzas que me quedaban.

-Hija, estás bien...-Dijo para separarse del abrazo y dirigir su mirada hacia Sebastian-Y con... Sebastian? Tienes mucho que explicar, señorita.

-¡___!-Exclamaron Luisa, Mirabel, Pepa e Isabela, las cuales corrieron a abrazarme.

-Ya los echaba de menos...-Dije con una ligera sonrisa en mí rostro.

[Antonio]:-¡____! Te extrañé muchísimo... Por cierto, mí jaguar estuvo triste cuándo te fuiste, me lo dijo!

Solo sonreí ante la acción del niño para acto seguido dirigir mí mirada hacia el rizado, el cuál estaba en silencio observandome fijamente. Bajé mí mirada nuevamente.

-¿Pero qué te pasó? Ya mismo te haré unas arepas.-Dijo Julieta al notar las vendas en mis brazos.

-Se lo agradecería muchísimo...-Respondí.

-¿Y bien, vas a decirnos dónde estabas?-Preguntó Isabela observandome con preocupación.

-Ehh... Yo estaba en...-Dije para ser interrumpida por Sebastian.