Capítulo 15

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Puede que exagere, que ni siquiera me parezca al que fui alguna vez, puede que ni siquiera encuentre las palabras justas para describir cómo me sentí todo este tiempo vivido con Jenna.

Aun la seguía teniendo en la espera de la "propuesta" aunque los dos sabíamos lo que éramos el uno para el otro sin la necesidad de etiquetas. Y sin importar que una vez casi fue mi novia, ambos necesitábamos eso, saber que al fin éramos lo que dejamos en suspenso hace demasiado tiempo. Ella me demostraba ser feliz, a pesar de que apenas habían pasado unos días de estar juntos tal y como lo merecíamos. Y yo... yo no tenía palabras para describir cómo me sentía cada vez que ella se quedaba a dormir conmigo y luego la dejaba en su casa cuando yo tenía que ir a la universidad.

Quizá éramos demasiado disfuncionales, un poco torpes, algo alocados en nuestra forma de tratarnos, pero podía jurar que nuestra relación jamás sería aburrida u ordinaria. Jenna llenaba mis días de felicidad, de todo lo que creí que me faltaba, sólo ella me faltaba, sólo necesitaba sus ganas de decirme todo el tiempo que nada más importaba si estábamos juntos.

Esa mañana de viernes, cuando en sueños le pedí que saliéramos por la noche, se estaba convirtiendo en una verdadera tortura mientras uno de los profesores seguía insistiendo en que estudiáramos algo que ni siquiera vimos en las unidades de su materia. Era completamente injusto que pretendiera que supiéramos explicar algo que no se tomó el trabajo de enseñar. Ni siquiera estaba Maggie para quejarse conmigo de tal injusticia.

No la extrañaba, ni siquiera sentí su ausencia hasta esa clase, pero me pareció demasiado extraño no verla esa mañana, ni siquiera recibí un mensaje de ella como lo hacía cada vez que iba a faltar y necesitaba que yo escuchara todo por ella. No hubo ni siquiera una advertencia por parte de Agatha, aunque ella quería apartarme todo lo posible de lo que era la vida de su hermana "la problemática". Olvidando aquello, terminé de escribir lo que el profesor dictó y salí de la clase pensando una vez más porque estaba metido en ese lugar tan detestable.

¿Quién hubiera pensado que en algún momento yo estaría ahí? ¿Quién diría que en algún momento decidí convertirme en licenciado en literatura y no en lo que realmente quería ser? No me gustaba la tranquilidad que la universidad me daba, tampoco me gustaba estar entre medio de cientos de alumnos que no sabían nada de mí y pretendían conocerme por lo que papá significaba en el lugar. No necesitaba la hipocresía de la gente cada día, necesitaba que multitudes como eran ellos, aclamaran por mí antes de cada concierto, antes de escucharme cantar como si fuese la última vez.

Jenna pensaba en que debía dejar la universidad al menos ese semestre, porque ni siquiera me iba demasiado bien en los exámenes y las vacaciones de navidad estaban cerca como para tomarme aquel descanso. A mi padre no le gustaría para nada la idea de que dejara mis estudios, de que hiciera algo más que simplemente cantar para gente que le gustaba mi voz. Él pensaba que mis sueños no eran "prácticos", que yo no pensaba en el futuro y en cómo o de qué viviría algún día. No pretendía hacerlo de su dinero, sino de lo que amaba y aunque el camino era difícil, sólo me bastaba con que la única persona que necesitaba en mi vida me apoyara. Y lo hacía, Jenna me apoyaba en todas las idioteces de las que le hablaba antes de ir a dormir, por si a la vida se le ocurría escucharme alguna de esas noches.

Caminé hasta la cafetería que estaba a una calle del campus, tenía demasiado tiempo entre una clase y otra para tomar un café y comer algo con demasiada azúcar. Esa mañana lo necesitaba más que nunca, necesite una dosis extra de algo lleno de Nutella o al menos chocolate que me levantara el ánimo a estar metido en un salón dos horas más. Mi desesperación por salir de ahí se incrementaba conforme los minutos pasaban y no tenía mucho por hacer. Si salía e iba a mi apartamento, estaría solo como un triste perro sin saber que hacer, si iba a ver a Jenna sabía que estaría un poco aturdida por cuidar a Theo que aún seguía persiguiéndome para morderme y si regresaba a casa de seguro Eddie insistiría en decirle a mi padre que quería dejar la universidad para probar suerte.

Jenna & LeeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora