mutawahijat aimra'a sultán Solimán

IX

No sabía cuánto tiempo había pasado en el interior de aquel castillo, el frío invierno había llegado, la nieve blanca cubrió con su manto la tierra. El frío hacía qué las mejillas de aquella concubina se pusieran rojas al igual que la punta de su nariz, cuando los copos caían sobre sus cabellos y rostro su sonrisa aumentaba.

-Hacia mucho tiempo que no jugaba en la nieve- le dijo al príncipe que estaba a su lado observando aquello. -¿A usted le gusta la nieve alteza?

-No del todo, prefiero la primavera, prefiero ver las flores y las hojas de los árboles. La nieve es hermosa, pero no disfruto del frío. Si estamos aquí es porque esperamos.

-Dijo que tenía un regalo para mi, pero yo no veo algo alteza- una fuerte brisa le hizo abrazarse a si misma para acomodar aquella piel que tenía alrededor de su cuello, el principe al notarlo se acercó para envolver a la chica en su brazos para darle calor.

Después de unos minutos, el carruaje se detuvo frente a ellos, Ibrahim bajó de este para hacer reverencia ante el príncipe.

-Alteza, he cumplido con lo que se me asignó.- al escucharlo, Solimán tomó la mano de Zahra para caminar con ella hasta el carruaje, la concubina no entendía que pasaba, no fue hasta que vio aquella figura masculina salir del carruaje que su rostro colocó una sonrisa muy grande, sus ojos brillaron hasta que derramaron lágrimas.

-¿Kahzarah? ¿Hermano?- El joven extendió sus brazos, Zahra rápidamente se abalanzó hacia ellos uniéndose en un abrazo, un reencuentro entre hermanos, era lo que el principe creyó que le hacía falta a su concubina para estar feliz. Y fue así, ella estaba feliz, sus ojos lagrimeaban pero era de felicidad

-¡Estás aquí, te extrañe mucho!

-Zahra... Pensé que nunca volvería a verte. Después de que nuestro padre se fue, pensé que no tendría un momento más contigo- Zahra se separó para revisar el interior del carruaje, su gran sonrisa se borró al ver que no había nadie más ahí.

-Kahzarah... ¿Dónde está Mahidevran? ¿Dónde está nuestra hermana?- Solimán miró a Ibrahim, este solo agachó la cabeza. Kahzarah se acercó a Zahra para abrazarla nuevamente.

-La perdí... Fue raptada, la robaron cuando salí en busca de comida. Yo, no pude encontrarla- Zahra miró como su hermano empezaba a llorar junto a ella. -Perdí a mis dos hermanas, a una la he encontrado ya pero a la otra.... No sé dónde pueda estar.- Suleiman se acercó a ambos, sostuvo la mano de Zahra, al verlo, Kahzarah se reverenció rápidamente limpiando sus ojos. -Alteza, es un honor, estar frente a usted. Le estoy agradecido por cuidar de Zahra.

-Kahzarah, hice esto para verla sonreír de nuevo, más creo que ahora tiene una preocupación más.
No sé que pasó con su hermana pero si alguno de mis hombres llega a verla ordenaré que la traigan aquí.
Ahora, quiero que Zahra tenga a su hermano cerca, quiero que te unas a los guardias y que cuides de ella y de Gülfem. - Zahra vio a su hermano y asintió con un movimiento de su cabeza al ver la duda en sus ojos.

-Yo, le seré sincero alteza. Mi vida en este tiempo estuvo llena de ira y rencor hacia quien me quitó a mis hermanas, pero... Ahora veo que ella está bien si puedo estar cerca de ella, lo haré. Me uniré a los agâs y cuidaré de mi hermana.

-Y Gülfem... Ella es mi amiga y pronto será la madre se un principe. Hermano, si Allah me da la buena fortuna, yo también tendré un bebé. Así que permanece a mi lado y esperemos por Mahidevran.- Kahzarah asintió con una sonrisa, Ibrahim se encargó de llevarlo al lugar donde sería preparado, mientras Solimán miró a Zahra, pasó sus manos por las mejillas de ella mirándola fijamente.

-Alteza... Gracias, muchas gracias- el principe fue abrazado con mucha ternura, Solimán correspondió a ese abrazo, había hecho algo bien después de todo.

-Zahra, sonríe siempre para mí, cada día de mi vida, quiero que tu entusiasmo, que el sonido de tu risa este presente siempre, nunca me dejes sin el sonido de tu dulce voz.
Tú felicidad es mi felicidad, verte tan radiante es lo que necesito para ser feliz.