—¿Por qué? ¿Por qué la vida suele ser tan injusta? Las mejores personas, las almas más puras que pisan este mundo, deben partir antes que sus seres amados por la voluntad de Allah... Nadie puede ir en contra de esto.
Si es así, ¿Por qué me siento así?La sonrisa en el rostro de la Sultana Zahra, era más bella que antes. Su belleza estaba restaurada, las marcas de su cuerpo se habían ido.
La brisa del suave viento que golpeaba sus mejillas, y que movía aquél vestido blanco, era refrescante.
El viento, pasó también por las mejillas del principe que se mantenía aferrado a las manos inmóviles de la sultana.
Los aposentos, no tenían ventanas ¿Que había sido eso entonces? ¿Acaso era un suave susurro se su amada?Las aves cantan para ella, como dulce historia de fantasía, la rodean invitando a seguirlas, las manos de la sultana pasan por las mil flores que adornan el camino, las espinas no pueden hacerle daño, no hay dolor cuando sus afiladas puntas rasguñan sus manos pálidas, no hay heridas, estás sanan al instante.
—No te vayas... No me dejes solo. Quédate aquí... Quédate por siempre.
Las palabras se escuchan lejanas, la voz de Solimán hace que ella se detenga, quiere ir hasta ella pero es imposible, como si una fuerza mayor la llevara hasta la luz.
—Quedate conmigo para que el sol brille, quédate a mi lado para que la luna pueda salir todas las noches. La luna no es luna sin el sol... El sol no es sol sin la luna. Y yo mi amor, yo no soy Solimán sin zahra.
El príncipe no es más un principe si su sultana no está, la felicidad no existe más en este desolado lugar.
Los colores se van contigo, la música se va acompañando tu camino... Mi oidos ahora están sordos, mi corazón roto y mis ojos ciegos.
Perdí a la mujer, que me dió la máxima felicidad, mi vida sin ella se ha convertido en una caja vacía, no soy más que un cascarón vacío esperando por su fin.
Aquella que me enseñó a reír, a gozar... A amar. Mi querida sultana, mi corazón siempre pertenecerá a mi primera esposa.
Mi sultana, Zahra, el ángel.El paisaje lleno de flores, desapareció una ve se dió la vuelta, camino a través de los pasillos oscuros hasta entrar en los aposentos, el príncipe a un lado de la cama aferrado a la mano de su cuerpo sin vida. Caminó hasta colocarse frente a él. Su rostro estaba pálido, sus ojos rojos w hinchados, sus labios secos y su cabello maltratado.
—Solimán...— El viento... Una vez más, el viento acarició las mejillas del principe haciendo que su rostro se levantará, no podía verla, pero algo había sentido.
—¿Zahra?— Su cuerpo sin vida seguía ahí. Pero las sensación de los dedos suaves recorriendo sus mejillas seguía ahí.
Un pétalo de rosa, cayó de la nada acariciando sus labios.—Hasta pronto. Mi amor— Zahra sonrió regresando su mirada hacía las Flores blancas continuando su camino sin regresar.
Solimán recogió aquel pétalo blanco, lo colocó en sus labios y luego en los labios del cadáver, dándole así, la despedida a su gran amor.
°
—¿Cuánto tiempo lleva así Afife? Yo entiendo lo mucho que amaba a esa muchacha, yo también la apreciaba mucho, Hatice la apreciaba... Pero Solimán no puede seguir de esta manera. Sus hijos lo necesitan, especialmente Mehmed... Este pequeño, está empezando a buscar a sus padres.
—Sultana... Nuestro príncipe no ha salido de sus aposentos por más de 20 días. Ibrahim está intentando ayudarle pero nada resulta. Su alteza, solo sale de sus aposentos para dejar flores en la tumba de la Sultana Zahra.
La Sultana Hafsa suspiró agotada, era como si su hijo estuviera muerto en vida, tenía que ayudarlo o el sultán Selim lo terminaría quitando de su puesto como gobernante de Manisa.
En eso la vio a ella, eso ojos, ese rostro, ese cabello... Era ella.
—¿Zahra? — Hatice que estaba junto a su madre miró extrañada a aquella muchacha que era semejante a Zahra
—No sultana. Ella es la señorita Mahidevran, es la hermana menor de nuestra sultana Zahra, es por eso que ella se parece mucho.— La Sultana Hafsa colocó una sonrisa en su rostro.
—Ahí está la solución. Si mi hijo no puede olvidarse de Zahra, le daré una nueva.
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mutawahijat aimra'a sultán Solimán
FanficPrimer libro... El comienzo de la historia de Solimán y Zahra Todos conocen la historia de amor entre el Sultán Suleiman y Hürrem sultán. Muchos han hablado de sus otras mujeres, Mahidevran y Gülfem pero, ¿que hay de la primera mujer que llegó a la...