— Hola, tú... — se rascó la nuca al no poder recordar el nombre de la chica frente a él. Estaba levemente incómodo, pero era una fiesta familiar, no podía irse sólo por ver a la chica que le seguía de cerca.
— Eunhwa. —la chica sonrió sintiéndose un poco triste al no poder escuchar su nombre salir de los labios de su crush. Jake se acercó rápidamente hasta ellos, al cruzar miradas con Jay él sonrió con algo de pena. Así que, para ayudar a su compañero a librarse de su intensa amiga, le tomó de los hombros y se la comenzó a llevar a rastras a otra parte. — O-Oye...
Pararon en el pasillo principal, Eunhwa le pellizcó la mano a su amigo y volteó a verle con molestia en su rostro.
— ¿Qué diablos haces? — preguntó sacando aire por las orejas. Jake alzó sus hombros, fingiendo desinterés. — Estaba a punto de realizar mi movimiento secreto, Jake.
— ¿Sí? — él bufó, cruzandose de brazos. — ¿Cuál es tu movimiento secreto? ¿Hostigarlo hasta el cansancio, mientras lo incómodas? — tal vez fue un poco duro, pero tenía que poner en su lugar a su amiga, las conductas que mostraba no eran buenas desde fuera del punto de vista de la chica enamorada.
Eunhwa se sintió indignada por completo.
— ¿Qué? Yo no soy así. — forzó una sonrisa. — A mi me gusta Jay, cuándo te gusta alguien sientes que debes de estar junto a él, de llamarle la atención y que el te corresponda. Es lo único que quiero, y trato de conseguirlo, ¿Puedes no meterme en mi camino? Si sigues así voy a pensar que estás enamorado de mí o algo.
Se dió media vuelta y caminó dejando atrás a el castaño con la boca abierta.
¿Enamorado de ella? ¿Con esa actitud? Jamás.
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Un día nuevo en la escuela significaba una nueva oportunidad para mejorar, según Eunhwa que, con una pequeña sonrisa en su rostro salió de su hogar apresurando el paso para llegar y poder saludar a Jay.
Había pensado en lo que Jake le había dicho el día anterior. ¿Acosar? No, ella no hacía eso, ¿No?. Solamente quería ver qué es lo que Jay hacía, las cosas que le gustaran y su tipo ideal para así ella adaptarse un poco. Tal vez eran sus acciones corporales, siempre quería estar junto a él.
Jay expresaba muy bien con su rostro, así que las muecas raras que él mostraba cada vez que ella estaba junto a él no eran nada raro. Eunhwa estaba enamorada, pero no era tonta, sabía que a él chico le incomodaba estar cerca de ella, ¿Pero cómo lo arreglaría?
Quería una relación amistosa (pronto amorosa) sana con él, primero tenía que empezar por algo.
Jay era el prototipo perfecto de chico el cual se adapta a perfectamente con el estereotipo de Eunhwa. Desde la primera vez que lo vió le atrapó. Él era un principe y ella era una princesa, esperando a que su príncipe azul venga por ella. Pero como en este caso el príncipe era muy ciego y flojo, la princesa debía de ir por él.
Y eso era lo que haría.
— Buenos días, Eun-
— Hola, Jake. — Pasó a su lado con pasos largos. — Adiós, Jake.
Shim frunció el ceño al verla tan apurada, más que antes incluso, hasta que, bueno, recordó a Jay y continuó su calmada caminata hacía la escuela, viendo de lejos el cabello de Eunhwa moverse gracias al viento.
— Es tonta, se le olvidó que no puede ir con el cabello suelto. — se dijo a sí mismo, pero un flashback pasó por su mente.
Unos meses antes cuándo ellos venían que comprar helados después de la escuela, Eunhwa se había acercado a su mejor amigo en busca de un consejo.
— Oye, ¿Cómo me veo más linda?
Se desató la melena dejando libre su cabello el cual se esparció por los lados. Ella se lo acomodó un poco, primero pasó todo su cabello a un lado de su cuello y pasó su dedo entre las hebras de su flequillo largo para sacarse una mechita del lado contrario.
— Así ó... — Acomodó su cabello de nuevo, ahora como normalmente lo hacía, con diferencia que pasó un mechón detrás de su oreja, en marcando su rostro haciéndola ver más linda de lo normal. — ¿Así?
Recordaba estar debajo de un poste de luz, que al oscurecer se le ocurrió encender en ese mismo momento, haciendo que un brillo se mirara en los iris de su amiga, dándole una imagen más tierna y atractiva. Sintió una especie de nervio por todo su cuerpo y se aclaró su garganta.
— ¿Para qué quieres saber eso? ¿No tienes espejos en tu habitación? — Eunhwa había bufado al escucharlo.
— Sí pero necesito la opinión de un hombre, deben de pensar de la misma forma, ¿no? — se cruzó de brazos, esperando una respuesta. — No me la vas a dar hasta que te diga, ¿Verdad que sí?
— ¿Qué comes qué adivinas?
— Es para declararle mi amor a Jay.
Jake comenzó a correr para poder alcanzar a Eunhwa.
Debía de detener lo que sea que ella quisiera hacer, estaba loca.
