— ¿Por qué los hombres son tontos? — preguntó una vez sintió el peine pasar entre su cabello. Ahí su mejor amiga, Minjeong, le arreglaba el cabello.
— ¿Todos los hombres o sólo el que tienes de mejor amigo? — preguntó ella devuelta y Eunhwa asintió dejando escapar un suspiro. — ¿Dejaste que tirara al suelo la mochila qué él mismo te regaló hace unos años? Es muy preciada para tí.
Tal vez suene infantil, pero a Eunhwa le había molestado el actuar de su amigo al venir de la escuela. Le enviaba miradas raras, le contestaba sin ganas y le tiraba sus cosas. Ella era muy delicada, cuándo alguien le regalaba algo, ella lo cuidaba con su vida, Eunhwa había estado cuidando esa mochila para que no se manchara, y llega Jake a tirarla solamente porque se le dió la gana.
Aparte, ¿no pudo decir un "No voy a cargar tu mochila, cállate"? Pudo ser más fácil que tomar la mochila y después tirarla por ahí.
— En fin. Dejemos de hablar de él. — Minjeong tomó de los hombros a su amiga y le dió la vuelta, con una sonrisa dijo: — Estás lista, muy linda la verdad, cuando Jay te vea en esa fiesta quedará enamorado de tí.
En unos minutos tenían una fiesta de cumpleaños, no era una de sus compañeros o algo por el estilo, sino que era la fiesta infantil de la prima de Jay, la cuál sus padres son amigos de los padres de Eunhwa, entonces los invitaron. No iba muy preparada, de hecho Jake igual iría y Minjeong igual. Era algo raro, pero todos se llevaban con todos, así que, por lógica, eran cercanos y los invitaban a los eventos. Solamente que Jay no sabía que los padres de Eunhwa eran amigos de sus tíos.
Ella vestía con sandalias blancas, un vestido lila con flores flancas y los extremos de su cabeza atados al rededor de su nuca. Minjeong era buena peluquera, le encantaba jugar con el cabello de sus amiga.
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— Estás muy linda, cariño. — La señora Park les sonrió a modo de saludo. — Te haz convertido en una señorita. De seguro vários chicos andan detrás de ti, no les hagas caso hasta que llegue el indicado.
Eunhwa sonrió algo sonrojada, le gustaba que la halaguen, de hecho cuando alguien de su edad lo hacía –nadie– no le daba pena, pero cuando un adulto lo hacía se convertía en un tomate andante.
Pero eso no era lo que ella quería.
Buscaba por momentos el cuerpo de Jay, fundido en sus jeans negros y su chaqueta del mismo color. No lo encontraba, pero era una casa algo grande, así que aún tenía esperanzas de verlo en algún momento.
— Holaaaaa — sintió un peso en su espalda, algo que la hizo dar dos pasos hacia atrás con fuerza. Jake había brincado como mono a su espalda, aunque él pesara más que ella y tuviera mucho más fuerza que ella. Eunhwa bufó al sentir el perfume ese que siempre andaba Jake en su bolsillo. Según él para atraer a las nenorras. — Buenas tardes, señor y señora Park, padres de Eunhwa. — sonreía como un niño bueno, pero tomó el brazo de la chica y lo jaló: — Si no les importa, me llevaré a la dama un momento.
Sin esperar repuesta fue jalada hacía atrás.
— ¿Qué quieres idiota? — Eunhwa habló, soltándose inmediatamente del agarre. — Estaba recibiendo elogios de mis futuros suegros.
Jake sonrió, revisandola de pues a cabeza.
— Te ves horrible. — habló e inconscientemente el comentario hizo que una pequeña inseguridad naciera en Eunhwa. Aunque ella sabía que lo estaba diciendo de broma. — Me encontré a Jay en la entrada, de seguro lo estabas buscando cómo tonta, ¿Miento?
— N-No... — pasó uno de sus brazos encima de su abdomen, tapándolo. De repente ya no se sentía tan segura de ver a Jay. En estos momentos necesitaba a Minjeong, pero ella estaba en el baño.
Jake tomó de su mano, de nuevo y fueron caminando hasta la entrada de la casa. Shim ya sabía lo que Jay pensaba de su amiga, pero ¡que mejor que escucharlo ella misma! Así le ahorraba el trabajo de ver el corazón roto de su mejor amiga.
Cuando los dos chicos vieron a Jay en la entrada hubieron dos reacciones. Por un lado tenemos a Jake, el cuál se sintió un poco más nervioso. ¿Y si le decía todo en su cara y Eunhwa se ponía a llorar ahí mismo? Le daría pena ver a su amiguita así. Le rompería el corazón ver cómo su primer amor la rechazaba de tal manera en una fiesta infantil. Y al otro lado, Eunhwa estaba con la boca abierta.
Jay se veía como el infierno.
Jeans negros pegados a sus piernas, una camisa marrón y encima su chaqueta negra que tanto le gustaba. Estaba recargado en la puerta platicando con una señora, él sonreía un poco apenado y bajaba la cabeza. ¿Qué estarían diciendo? La curiosidad de la chica aumentó. Entonces comenzó a avanzar hacía el chico.
Jake, el cual ya no estaba seguro de lo que iba a hacer, recobró el sentido y se dijo que era mejor guardar en secreto la queja del chico ese, pero tendría que alejar a Eunhwa todo lo posible para que Jay no le dijera.
— ¡Hola Jay! — ella sonrió cuando los ojos del chico se posaron en ella. — No sabía que ibas a estar aquí, ¿Qué cosas no? — mintió.
