XXVI

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EMILIO

Todo el camino a casa sentí una fuerte presión en el pecho, mi estómago seguía revuelto, mi mente me recordaba una y otra vez lo que había hecho y solo sentía asco de mi, no estaba entendiendo nada y odiaba ese sentimiento, soy Emilio Osorio, yo siempre tengo todo en orden y bajo control, es muy estúpido que no pueda hacerlo en este momento y más tratándose de mi mismo, ni siquiera es posible que controle en toda una empresa hasta el más mínimo detalle y sepa absolutamente todo lo que sucede ahí, pero no pueda comprender lo que me pasa a mi...

Miguel: Llegamos señor
Emilio: Gracias... Lleva a la empresa lo que te di, cualquier cosa importante, que la envíen a mi correo, si necesitan mi firma deben darte los documentos y los traes
Miguel: Si señor, ¿Necesita algo más?
Emilio: Que laven la camioneta... (entra a la casa)
Carolina: Buen día señor, ¿Necesita algo?, ¿Olvidó algo importante?
Emilio: No, sigue con tu trabajo, hoy no cocinen, no tengo hambre
Carolina: ¿Todo bien Emilio?
Emilio: Si (finge una sonrisa) si viene Miguel recibe lo que traiga y si es carpeta o folder llevamelo, estaré en mi habitación
Carolina: Claro que si

Fui a mi habitación, tomé un baño y me acosté sin ganas de hacer nada... Ahora más que nunca extrañaba a mis papás, se que no tendrían todas las respuestas, pero tendrían las palabras exactas para tranquilizarme, se que ellos me ayudarían,  pero lo único que tenía es una casa fria, sola y llena de recuerdos... Pero vamos, soy Emilio Osorio, el mejor empresario con solo 25, ni siquiera debería sentirme mal, tengo todo lo que quiero gracias a mi esfuerzo, estoy sano... Yo no debería estar mal... Y lo peor es que me muero de miedo y se que no hay nadie con quien pueda hablar porque tengo todo pero llevo 13 años completamente solo...

JOAQUIN

Por dos días completos no supimos nada del jefe, solo envió trabajo terminado, pidió se le cancelara todo y lo importante se le enviara por correo, fue algo muy raro tratándose de él, pero también se que no lo conocemos en absoluto, tanto que hace poco se comprometió y nadie sabía siquiera que tenía pareja, así que aunque esto fue extraño para nosotros, decidimos ignorarlo y seguir trabajando hasta que volvió a aparecer en el edificio, pero hablamos de Emilio, ese hombre que solo busca joder a las personas.

Llegó vistiendo perfectamente unos botines negros, pantalón ajustado negro, una chamarra abotonada hasta la mitad del mismo color que el resto de su ropa, sus característicos anillos, pulseras y collares, el cabello sin orden alguno y lentes oscuros, ignoró a todos y se fué directo a su oficina, un par de veces intenté ofrecerle su café pero hoy parece no existir nadie para el, sus labios parecían sellados, ignoró las veces que entre a su oficina y permaneció todo el día con los lentes puestos.

Una vez más tenía esa maldita actitud de niño mimado y andaba con sus aires de superioridad, eso me hizo hervir la sangre, ni siquiera se porque había sido tan amable y empatico con él, yo odio a la gente como él y ahora vuelve a ser insoportable tener que pasar la mayor parte de mi tiempo con una persona como él.

Tal como imaginé nos hizo quedarnos más tiempo y yo solo rogaba salir de este lugar tan asfixiante, en especial cuando dieron las 10pm y solo quedábamos él y yo, si tiene trabajo atrasado es porque el señor decidió desaparecer, no es culpa nuestra y en mi opinión debería quedarse solo y no hacer que nos quedemos con él porque nosotros si cumplimos con nuestro trabajo.

Revisé el reloj por millonésima vez y marcaba 15 minutos para la media noche, todo el edificio ya estaba vacío y yo solo saba vueltas en mi silla esperando me diera salida para por fin descansar de él, pero ese glorioso momento no llegaba. Decidí entrar una vez más a su oficina esperando ya por fin dijera que podía irme a casa, pero al abrir la puerta lo primero que pude ver fue al jefe sin esos lentes que mantuvo todo el día, sus ojos estaban muy rojos e hinchados y con su mano quitaba algunas lágrimas de su rostro sin despegar la mirada de unos documentos, al notar mi presencia volvió a limpiar su rostro y se puso los lentes una vez más...

Emilio: Ya puedes irte...
Joaquin: ¿Está bien?
Emilio: Mientras tomas tus cosas y sales del edificio pediré el auto, le das la dirección y te dejará en tu casa (se levanta de su asiento y va por au celular)
Joaquin: Jefe...
Emilio: Deja el trabajo que falta sobre mi escritorio, lo revisaré
Joaquin: (lo abraza por la espalda) Valla a su casa tambien, lo necesita
Emilio: El tiempo se verá reflejado en tu pago de la semana, lo veo mañana
Joaquin: Es obvio que somos de niveles muy diferentes, que sus problemas podrian ser mayores, pero no mentí cuando le dije que habemos 3 personas allá afuera que podemos ayudarlo si lo necesita
Emilio: (susurra) Gracias...
Joaquin: Valla a su casa, esperare con usted a que llegue su chófer
Emilio: No lo entenderías... Tu auto ya llegó, es rojo y las placas...
Joaquin: (lo interrumpe) Si no se va, tampoco lo haré
Emilio: No es necesario
Joaquin: Es mi decisión, no necesita pagarme las horas que pasen después de las 12, cancele el viaje, voy por las carpetas que le faltan por revisar.

ExigenciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora