XLV

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AMALIA

Un nuevo día llegaba y con ello las responsabilidades de adulto como ir a trabajar, me arreglé igual que otras veces, tomé mi desayuno y salí de casa con rumbo a la empresa; en el camino me mentalizaba de todas las actividades que debo hacer ya que hoy vuelve el jefe y hay muchos informes que debemos tener listos para que pueda revisarlos, al menos Joaco tuvo la amabilidad de avisarnos con antelación que puede llegar con más ganas de matarnos porque no la está pasando muy bien en su faceta de papá primerizo, por ese motivo tengo un calmante en la bolsa de mi pantalón para hacer uso de él cuando sienta que el trabajo y el estrés me sobrepasan.

Como cualquier día de trabajo con Emilio llegué a la empresa y en cuanto llegué al piso correcto comencé a trabajar, Joaco ya estaba ahí así que entre los dos organizabamos documentos hasta que llegó David y nos ayudó, Joaco se encargó de la oficina de Emilio y nosotros de todo el trabajo fuera de la cueva de medusa. Cerca de la hora de llegada de Emilio Joaco nos dió varias indicaciones para facilitar el trabajo y tener problemas con el jefe.

En punto de las 8am la puerta del elevador se abrió mostrando la imagen más linda que nunca podrá borrarse de mi memoria, Emilio vestía unos jeans, una sudadera en color azul claro y su cabello atado en una coleta, de uno de sus hombros colgaba una pañalera amarilla con pequeños patitos y en el otro una cobija gris con estrellitas caía hasta cubrir un pequeño bulto en sus brazos, de un ligero tono más oscuro al de su piel se marcaban sus ojeras, su piel era un poco más pálida de lo normal y se veía más delgado, además que no portaba ningun anillo o collar y el característico aroma de su perfume era reemplazado por un aroma a leche y el característico olor de un bebé recién nacido, en conclusión, en su totalidad era la viva imagen de un padre primerizo y le quedaba bastante bien ese look.

Luego de explicarle todo lo que debía revisar nos enfocamos en nuestro trabajo, David se encargaba de todo lo que debía hacerse en computadora, yo de todas las impresiones además de organizar documentos y Joaco se encargaba de recorrer el edificio entregando documentos y de atender peticiones de Emilio; en todas las primeras horas, en ningún momento se escuchó el llanto del bebé, en verdad parece ser bastante tranquilo y eso es un punto a favor de Emilio porque estaba trabajando a un buen ritmo. Cerca de las 3pm la puerta de su oficina se abrió y apareció nuestro jefe con un bultito cubierto con una cobija blanca de elefantitos en brazos.

David: Ya está lista la sala de juntas para su reunión con los inversionistas

Emilio: ¿Y Joaquín?

David: Lo llamaron en ventas y casi se acaba de ir

Amalia: ¿Necesita que lo llame?

Emilio: No, David vas conmigo, debes tomar nota de todo lo que se hable y después lo harás un reporte que me debes entregar

David: De acuerdo jefe (toma una libreta)

Emilio: Amalia, ven ( se acerca) tu lo cuidaras (le entrega a Leo) ya comió y lo acabo de cambiar, no tarda en dormirse

Amalia: Entendido

Emilio: Vámonos

Una vez Emilio y David subieron al elevador mire al bebé y en verdad es la cosa más linda que había visto, su piel era muy blanca, labios rosaditos y cabellito castaño, era realmente adorable y más con el suetercito de pingüinos que usaba; el chiquito no paraba de bostezar por lo que decidí arrullarlo un poco hasta que se quedó dormido, como yo todavía tenía varios pendientes fui a la oficina de Emilio y con cuidado lo acomodé en la cuna que estaba ahí para luego volver a mi lugar y avanzar con el trabajo que tenia.

Tristemente el avance en mi trabajo no duró ni 5 minutos porque el bebé comenzó a llorar y tuve que ir a ver que era lo que tenía, lo cargue, lo volví a arrullar, le hablaba para calmarlo y simplemente él lloraba cada vez más; en temas de bebés yo no soy la mejor pero hacía lo mejor que podía y él simplemente no quería dejar de llorar, ya como última medida le quité la cobija que lo cubría creyendo que tenía calor, pero ni con eso logre detener su llanto. Justo cuando no se me ocurría nada más apareció subiendo las escaleras mi salvación, osea Joaco.

Amalia: Gracias al universo que llegas, no se que le pasa

Joaquín: ¿Y Emilio?

Amalia: Ya se fue a la reunión y se llevó a David, pero me lo dejó y solo dijo que lo cuidara

Joaquín: Parece que no sabes que nunca da indicaciones completas

Amalia: Bueno, también dijo que pronto dormiría y lo hizo, pero lo dejé en su cuna y luego empezó a llorar y no ha parado de hacerlo

Joaquín: Ese fue el problema, Leo solo duerme si lo cargas, ven aquí (carga al bebé y lo acomoda sobre su pecho) tranquilo Leo, ella no sabía que no te gusta estar solo, tranquilo bebé

Como magia en cuanto Joaco lo cargó comenzó a tranquilizarse y poco a poco dejó de llorar, le hablaba de una forma tan linda y lo sostenía de una manera tan protectora que hizo explotar mi corazón de ternura, es que esos tres son la familia más linda que he visto, Leo sacó el lado más lindo y tierno de sus papás, aunque Joaquín diga que no se involucra mucho con el bebé, es obvio que ese pequeño trae locos a sus papás.

Después de un rato el bebé se quedó profundamente dormido mientras sostenía la camisa de Joaco con una de sus manitas, le di una de sus cobijas para que lo cubriera con ella y siguió con su trabajo mientras cargaba al pequeño, un par de horas después volvió Emilio y por primera vez desde que trabajo aquí lo vi preparar su propio café y trabajar fuera de su oficina solo porque Joaco no estaba al 100 por el pequeño en sus brazos. Debo admitir que el haber descubierto ese dato de Leo me dió una gran idea para darle un regalo a Emilio que se que les será muy útil con su bebé.

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