Capítulo 9

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Narra Itachi

Había pasado una semana desde que llegó ese remolino amarillo de vacaciones, es un alma llena de energía y luz, desde que nos encontramos hace meses no puedo evitar sentirme atraído por su calidez, emana tanta luz, siento que algo de eso me comparte, llena un poco mi herido y oscuro corazón.

Cuando lo ví en nuestro reencuentro, no pude evitar observar esos hermosos zafiros que brillan como el cielo, al principio creí que me estaba volviendo loco y sólo era admiración por saber que él fue el causante de que mi hermano se reivindicara, pensaba que era el agradecimiento que le tenía, pero con sus visitas, empecé a sentir cierta inquietud al tenerlo cerca, mi corazón empezó a latir de manera acelerada cada que lo veía, me agrada tenerlo cerca, me hace sentir en paz y aceptado, siento que un poco de mi oscuridad se aclara, y su calidez me impregna, es muy cálido.

Está mañana nos encontramos comiendo un delicioso bento que cocinó el sol que me acompaña a la orilla del lago, no puedo evitar darme cuenta que su mirada ha cambiado, cuando me veo sus ojos, brillan y me dedican sonrisas llenas de cariño, me he dado cuenta que sus actitudes conmigo se han acercado al igual que las mías, leves roces de manos y cualquier leve contacto, él trata de disimular, pero hay que ser sincero, es terrible para ocultar sus emociones, eso me agrada, su sinceridad y transparencia, hemos tenido momentos incómodos cargados de tensión, siempre he sido conciente de la atracción que genera en mí, a decir verdad, siempre creí que era hermoso, pero nunca me detuve a apreciarlo correctamente, era un criminal y mi misión era capturarlo, pero ahora que soy libre, siento que el corresponde de alguna manera, he tratado de dejarme llevar por mis sentimientos, conocerlo más y dejar que se acerqué, como lo ha estado haciendo.

Por un momento salí de mis pensamientos, lo ví sobarse el cuello con su mano con algo de ansiedad, no pude evitar preocuparme y preguntar, -te duele el cuello?- a lo que él me respondió - no, es sólo creo que dormí un poco mal, pero ya se me pasará-

Un poco dudoso por lo que iba a hacer, tomé valor y me coloqué detrás suyo, me inqué y deslicé hacía un lado su hermoso cabello, que ahora lo tenía más largo, le llegaba a los hombros, sentí como se tenso al roce de mis dedos, escuché un leve suspiro salir de sus labios, eso me agradó, sonreí levemente de manera sincera, coloqué ambas manos sobre sus hombros, empecé a sobarlos delicadamente, no pude evitar sentir esa electricidad al tocarlo por todo mi cuerpo, esa conexión entre ambos que cada día se hace más fuerte.

Comencé a sobar su largo y acanelado cuello, su menuda espalda; sentí que mis manos ardían, su piel es tan suave, que hace que mi cuerpo responda de una manera única -te gusta?- pregunté en su oído con nerviosismo interno, por fuera mi voz sonó suave, sentí como dio un pequeño brinco, escuché como empezó a tartamudear tratando de darme una respuesta, en un susurro escuché un leve -s..si- me acomodé mejor, por lo que de estar hincado me senté con las piernas a los lados de su cadera, pegué mi pecho a su espalda, mientras seguía masajeándolo, atrevidamete acerqué mi nariz a su largo cuello, absorví ese delicioso aroma a vainilla que siempre desprendía, en este momento sólo actuaba por instinto, pude notar que hacía a un lado su cabeza, dejando más espacio para tocar con mi nariz su hermoso cuello, hasta que me decidí a dejar un suave beso sobre su piel, ví como se estremecía y los bellos de su piel se levantaban,  escuché lo más glorioso y hermoso que pude haber escuchado en mi vida, un leve gemido, que prendió una llama en mi que no sabía que tenía.

Giré un poco su rostro, con mis dedos sobre su barbilla, ví sus ojos vidriosos y su mirada llena de deseo, supongo él veía esa mirada reflejada en los míos, gracias a kami recuperé mi vista y pude apreciar esta hermosa imagen, su piel sonrojada por la vergüenza y esa timidez inusual en él, me acerqué lentamente, en un pequeño roce conecte nuestros labios, pero esto era poco, necesitaba más de él, los volví a tomar de manera suave, pero demandante, pase mi lengua por sus labios, él entendió que quería entrar, así que deslicé mi lengua por su cavidad, empezamos a danzar con nuestra boca, nuestras lenguas se rozaban de manera tan exitante, nunca había sentido algo así, claro que no soy ningún inocente, en mi vida como criminal terminaba con damas de dudosa índole en ciertas aldeas, pero esto es muy diferente, es mágico y ardiente, sólo nosotros dos, lo deseo, deseo que sea sólo mío.

Encuentro inesperado (Itanaru)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora