Dos pueden jugar este juego

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  La suerte no estaba de su lado, estaba haciendo lo posible para mantenerse alejado del pelinegro y ahora el jodido diablo se lo ponía en el camino.

- Debo llevar esto - habló Seokjin recibiendo las bandejas de comida que Jungkook traía - vuelvo enseguida. Jimin, tú también tienes derecho a almuerzo, una de estas es tuya, vengo en un rato - salió de la tienda dejándolos solos.

- Con que jefe...- canturreó el más alto.

- No me jodas, Jungkook, si hubiese sabido eso no habría aceptado el trabajo.

- No seas tan pesimista, no voy a molestarte, tendremos una relación meramente laboral. Toma - le entregó la comida - almuerza para que comiences a trabajar, debes estudiar ya que tu deber es venderle a los clientes de forma convincente, por ejemplo: - caminó hasta un estante y tomó unas esposas con tela de peluche por dentro - si una persona primeriza llega y quiere hacer algo nuevo con su pareja, tú puedes recomendarle esto; no es agresivo con la piel ya que en la parte que tiene contacto es sumamente suave, pero el exterior es de cuero, dándole ese toque erótico. En muchos casos el hecho de estar atado genera mucha más excitación ya que tienes a tu pareja a tu disposición.

- ¿Cómo se supone qué pueda comer mientras me estás hablando de eso? - se quejó el rubio mientras masticaba un pedazo de carne.

   Jungkook se rió - trabajarás en una "Sexshop", amiguito, todo lo que tendrás en la mente durante el día serán: dildos, plugs, lubricantes, cremas, antifaces y esposas, claro... también hay unos que van más allá y piden pinzas para pezones, látigos ...

- Bien, ya entendí, buscaré en internet todo lo referente, no es muy cómodo oírlo de ti - mintió comenzándose a sentir nervioso.

   La tarde trasncurrío rápido, Jimin estaba aprendiendo los precios de cada cosa, se aseguró que los estantes estuviesen en orden de productos para no confundirse. Se encontraba en el mostrador principal cerca de la caja cuándo una pareja entró a la tienda. El rubio se puso nervioso ya que aún no había atendido a nadie, a penas estaba aprendiendo y ni siquiera tenía el uniforme.

    Miró el reloj y eran las 7:45 pm - Buenas noches, bienvenidos a Luxxxury, ¿cómo puedo ayudarles?

- Hola - saludó la chica - por el momento solo estamos viendo, la verdad me aterran este tipo de lugares, pero mi novio quería mirar.

   El chico alto y moreno a su lado sonrió - ella es muy tímida en la calle, pero en la cama es todo lo contrario.

   La hermosa chica castaña le dió un golpecito en el pecho a su pareja viéndose linda y avergonzada.

   Las mejillas de Jimin se encendieron - supongo que eso le da el toque - se acordó de las palabras de Jungkook - ¿Sabés qué le podría gustar? - tomó las esposas de peluche y las puso sobre el vidrio - tenemos este tipo de accesorios, dónde tú se las puedes colocar y jugar con ella de forma en que no te pueda tocar mientras tú... Quizá le haces sexo oral o... - por la mierda, decir esas cosas le daba mucha vergüenza - tal vez tener sexo con ella esposada a la cama. Algunas personas sienten mucho placer al estar a Merced de su pareja. Mientras ella está atada puedes follarla con tus manos o viceversa... Ella podría ser quien te espose a ti.

   La pareja se miró entre si encantada con la forma de hablar del rubio y decidieron que llevarían las esposas. Salieron felices de la tienda y Jungkook se acercó por detrás hacia Jimin - excelente, tu primera venta. Te mereces unas felicitaciones.

   El más bajo sonrió genuinamente hasta que sintió como sus brazos eran llevados hasta su espalda y en un abrir y cerrar de ojos estaba esposado - ¿Qué estás haciendo, Jungkook? Suéltame.

- Dejame pensar... No quiero.

- No juegues, por favor - suplicó nervioso mirando hacia la puerta dónde en cualquier momento alguien podía entrar, desde afuera solo se veía el mostrador con juguetes sexuales, y de ellos solo podían ver de la cintura para arriba.

- Escucharte hablar así me puso muy caliente - habló en el oído del menor mientras sostenía con una mano las dos esposadas del rubio - siente - simuló una leve embestida en las nalgas del menor, haciéndolo soltar un gemido de impresión.

- ¡Ahg! Jungkook... no hagas eso, habíamos quedado en otra cosa.

- Acabo de cambiar de opinión, estoy muy duro ahora, y solo pienso en fóllarte frente a esta vitrina - acarició las firmes nalgas del rubio amasándolas con deleite - tienes un culo increíble.

- J-jungkook... Nos pueden ver, ya para - el mayor miró hacia afuera y vió que nadie se veía por el lugar, el centro comercial pronto cerraría, lo máximo que podía pasar era que Jin llegase.

- ¿Por qué no has ido más a la casa? - preguntó abriendo el pantalón del más bajo metiendo su mano en el boxer liberando la firme erección que este tenía.

- Yo... ¡Mmhg! - gimió al sentir como la gran mano de Jungkook lo masturbaba apretando el puño con más fuerza al llegar a la punta - mierda...

- He extrañado tu presencia, provocándome todo el jodido tiempo - a medida que hablaba aceleraba el movimiento de su mano sin soltar las de Jimin que aprisionaban las esposas.

- Jung... Mmhg. Detente, me voy a...

- ¿Tan rápido te vas a venir?, ¿tanto te excita que te toque o tenías muchas ganas acumuladas?

- D-detente, nhg...

- Shh, no te corras aquí, mancharás todo el mostrador - pero no se detuvo masturbaba con destreza el duro miembro de Jimin, embistiendo suavemente sobre su culo sin quitarse el pantalón, demostrándole al rubio que él también estaba como piedra.

-¿D-donde quedó... Mmhg... Eso de... Que nunca haríamos nada porque no estaba bien y tenías n-novi... ¡Ah!

- Ya te dije que me retracté.

   Jimin mordió sus labios para evitar gritar cuando todo su esperma salió llenando la mano de Jungkook y parte de la vitrina, el pelinegro llevó su extremo bañado en semen y lo lamió - Mmhg, sabes delicioso. me pregunto si sabes así en todos lados - dijo quitándole las esposas, imitando la frase que le había dicho aquella noche en el auto.

   El más bajo respiraba entrecortado recuperándose, cerró su pantalón y volteó a ver a Jungkook - no juegues conmigo, hijo de puta.

- Ya lo hice - se burló - felicidades por tu primera venta, limpias eso - sonrió y se fué. El pequeño mordió su labio.

Dos pueden jugar este juego .

GIVE IN TO ME - Kookmin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora