GIVE IN TO ME - Kookmin

Cena

- ¿Puedes llamar a tu madre?

- Sí, ¿para qué?

- Quiero llevarlos a cenar, dile que se ponga linda - habló mientras tecleaba en su celular, Jimin se sintió enternecido e hizo lo que se le pidió.

- Hola, mamá - habló una vez esta contestó la llamada.

- Hijo ¿Pasó algo en el trabajo, estás bien?

- Oh, no , hoy no trabajé, y sí, sí lo estoy, te llamo para decirte que Jungkook nos invitó a cenar, supongo que iré a casa en un rato y él pasará más tarde por nosotros. Ponte hermosa.

- Está bien, cariño, me arreglaré el cabello - su voz se escuchó contenta.

Terminó de hablar mirando al Pelinegro quien aún estaba en su teléfono, Jimin se acercó y le acarició los hombros - ¿Todo Bien?

- Todo bien, pequeño, estoy organizando unas cosas, lamento no ponerte mucha atención.

- No hay problema - Sonrió.

- Aún me falta un poco ¿Quieres que te lleve a casa para que duermas un rato y paso por ustedes a las 8?

- Puedo irme en taxi, guapo - se puso de puntitas robándole un beso.

- Lo pediré por ti entonces, aprende a manejar, necesitas un auto - Jimin asintió - no quiero que te aburras aquí mientras esperas y es mejor que descanses un poco.

  Jungkook pidió el vehículo que llevaría al rubio hasta su hogar y minutos después ya se había ido.

  Se detuvo en una pequeña tienda para comprarle un presente a su madre, un lindo bolso para que usara esa noche.

  Al llegar a su casa se percató que no había nadie, pensándolo bien eso era raro, ya que mina era maestra en una primaria, su trabajo era hasta las dos de la tarde, pero rara vez ella estaba en casa a esas horas.

  Le preguntaría qué hacía después.

Soltó su bolso dejándolo caer en el suelo y se recostó en su cama boca abajo, tenía tanto sueño acumulado, pero se sentía feliz, tenía trabajo y un novio, aunque aún no entendía como había llegado a eso con Jungkook, todo pasó relativamente rápido. Sonriendo cerró sus ojos y se durmió.

  No sabía cuánto tiempo había pasado pero se removió en el colchón a causa de un dolor en su brazo. Se había quedado dormido en una posición incomoda y ahora toda esa parte le hormigueaba y dolía. Se estiró perezoso y miró el reloj: eran las siete de la noche.

   Salió a tomar un poco de agua encontrándose con su madre dormida en el sofá, se acercó a susurrarle - mamá... Despierta, debemos prepararnos para la cena.

   La mujer se despertó exaltada respirando con rapidez llevando una mano a su pecho - me asustaste, Jimin.

- Lo siento mucho - se rió - Jungkook ya casi viene. Y te traje algo - buscó la bolsa y se la entregó. Su madre con ojos brillosos sacó la cartera emocionada.

- ¿Para mí?

- Si, mi reina hermosa, para que la luzcas hoy.

Se abrazaron cariñosamente - Gracias, hijo.

   Exactamente una hora después el timbre sonó y el pelinegro estaba del otro lado de la puerta esperándolos. Madre e hijo salieron a montarse en el vehículo. Aprovechando que la mujer iba caminando adelante Jungkook le robó un besito rápido al menor.

- Se ven muy bien - halagó el más alto.

  Jimin le sonrió y su madre le dió las gracias, el restaurante al que fueron era de comida mediterránea. degustaron de unos deliciosos platillos mientras conversaban de cosas banales.