Yes, please

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Jimin se debatía entre si aceptar o denegar, la verdad es que lo deseaba muchísimo pero su capricho por Jungkook había pasado a ser algo más; un nudo en su garganta y un agujero en la boca de su estómago. Pensar en él le producía ansiedad y no estaba seguro si hacer lo que el pelinegro proponía era lo mejor para su corazón.

- ¿Vendrás? - preguntó el más alto ya afuera del auto tendiéndole la mano al rubio.

Y es que Jimin no era tonto, él sabía lo que quería, solo temía salir peor, pero ¡Vamos! Juró que Jungkook sería suyo aunque sea una vez, y ahora que lo tenía en bandeja de plata no diría que no.

El menor tomó la mano de su acompañante y se adentraron al hotel. El pelinegro habló algo en la recepción, ya había reservado la habitación.

Hijo de puta, sabía que no me negaría.

El hotel constaba de 9 pisos, su habitación estaba en el último, era la más amplia y costosa; al entrar los recibía un gran espacio con mini bar privado, cama kingsize con edredones en color vino, una terraza con vista a la ciudad y un baño con paredes de vidrio que permitía ver todo.

Elegante y hermoso.

- ¿Quieres vino? - preguntó el mayor mientras se quitaba el saco de su traje.

Jimin asintió con la cabeza, estaba que se mordía las uñas, su corazón latía muy rápido y su estómago dolía, pero no como un dolor de enfermedad, si no cómo una sensación de susto. Le había gustado coquetearle a Jungkook anteriormente, y moría por tener intimidad con él porque le gustaba muchísimo pero no imaginó que este lo traería a un hotel de lujo para hacerlo realidad.

El pelinegro se acercó y le ofreció una copa de champagne al pequeño, este le dió un sorbo y gimió ante el delicioso sabor - está muy rica, gracias.

- Dejame probar.

- Tienes una copa en tus manos - dijo ingenuo.

- Pero no lo quiero así, dámelo de tu boca - Jimin entendió y tomó un trago acercándose a los labios del más alto para pasarle la bebida - Mmgh, exquisito.

La voz de Jungkook lo volvería loco, estaba más baja que de costumbre y más ronca. Todo su ser palpitaba de anticipación y no era para menos, esta sería su primera vez, pero no se lo diría, no quería verse como un inexperto luego de haberlo provocando tanto.

Jungkook se acercó y le quitó la copa de las manos sosteniendo su pequeño rostro - ¿Estás bien? - preguntó.

- S-sí, ¿por qué lo preguntas?

- Estás temblando, Jimin.

No se había percatado de eso. Era cierto, su cuerpo tenía un leve temblor a causa de los nervios.

- Hace poco te desnúdaste frente a mi sin titubear, y ahora estás así, tan tímido, y asustadizo... ¿Por qué? - inquirío acercando su boca al cuello del menor, dando besos por toda la zona expuesta.

- Mmhg - gimió - yo solo... Quería que me notaras, siempre...me ignorabas.

Jungkook fue abriendo de a poco la camisa de Jimin, quitando botón por botón, dejaba un beso por cada pieza que quitaba - Desde la primera vez que te ví me pareciste hermoso - quitó toda la prenda procediendo a deshacerse de la suya. Su pecho era trabajado, sus hombros anchos y sus brazos fuertes. El rubio acercó su mano y acarició la piel sintiendo cómo cada poro se erizaba.

- ¿Entonces por qué siempre has sido así conmigo? - preguntó el pequeño acercando sus labios a los pezones del mayor, lamiendo delicadamente la protuberancia.

GIVE IN TO ME - Kookmin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora