Epílogo

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4 años después.


Siente como el frío se cuela en sus huesos cuando sale del local de comida con el que se ha reunido con sus compañeros.

Oye las risas detrás de él, las discretas conversaciones de las parejas caminando por la calle tomadas de las manos, preguntándose casualmente cuál es el nuevo camino que tomarán.

San suelta un suspiro, el frío de Febrero hace que su aliento sea percibido en el aire. Introduce sus manos en los bolsillos de su saco negro que le llega hasta los muslos y avanza, ajeno a la conversación que comparten sus amigos detrás de él que mencionan lo agradable que ha sido la comida de esta tarde y que esperan volver ahí la siguiente vez que se encuentren. Todo lo que San puede hacer es asentir con la cabeza, esperando que esa sea la respuesta correcta para está conversación.

Aunque le está sonriendo, en realidad se siente fatigado. Ha llegado a ese punto en su vida que algunos días se sienten iguales o donde todo lo que quiere hacer es recostarse en su cama en lugar de salir con sus amigos. El trabajo lo tiene tan cansado. Esta eternamente agradecido de que mañana sea su día libre. Al menos, espera que sea su día libre. Hay ocasiones, por no decir siempre, en las que a mitad de la mañana tiene una llamada telefónica de su agente pidiéndole que llegue a la oficina porque alguien ha pedido de último momento su presencia para ser la cara de algún producto que San, probablemente, nunca vaya utilizar.

-Tenemos que irnos. San.-La voz repentina de Yunho llamándolo hace que San se detenga. Solo cuando se da la vuelta está al tanto de que se ha alejado de ellos lo suficiente como para que parezca que tenía prisa o estaba en su propio mundo. En esta ocasión, es un poco de ambos. Solo cuando ve la expresión en los ojos de su mejor amigo, San hace una mueca sintiéndose culpable.

Esta siendo un mal amigo, lo ha sido desde los últimos años. Debido al trabajo de todos, el tiempo es escaso para que se puedan encontrar. Incluso, llamarse o enviar un mensaje de texto es tan difícil para ellos estos días. Es tan diferente a cuando eran estudiantes, a cuando estaban todos reunidos. El recuerdo lo hace apretar los puños dentro sus bolsillos. El recuerdo todavía se siente como la espina de una rosa clavándose en su dedo. Pero ellos no tienen la culpa de nada. No fueron la razón por la que se separaron, ni siquiera estaban al tanto de lo difícil que fue para San esos oscuros días. Ellos estuvieron para dejar que San se recostara en sus hombros cuando más lo necesito. Son tan buenos amigos.

-Veámonos la siguiente semana.-San sugiere, mostrando una sonrisa que espera que se sienta sincera.-Debí ser un dolor en el trasero hoy, ¿verdad? Lo siento, invitaré las cervezas la próxima vez.

Por un momento, sus mejores amigos solo se quedan observándolo. Es tan largo que San piensa lo peor, el silencio de un segundo lo hace preguntarse si ellos también se han aburrido de su comportamiento pasado con ellos y han decidido dejarlo atrás también.

Como se esperaba, Yunho es el primero en sonreír. Avanza hacía él en tres pasos, como sus piernas largas le permiten llegar a él rápido, y después, atrapa el cuello de San en una llave, despeinando el cabello de San de una manera infantil, mientras que la gente que camina se pregunta porqué dos adultos están actuando como chicos de secundaria.
Seonghwa es el que está avergonzado por la escena. Cómo siempre, el único que piensa en el grupo de tres. Solo que está vez, se ríe con ellos también mientras avanza.

-V-vale, pero nos invitaras a comer barbacoa. ¿B-bien?

San se queja por última vez ante los ataques de su alto amigo e intentando zafarse de su agarre mientras ve a Seonghwa frente a ellos. No puede evitar sonreír con una pizca de orgullo al ver a su amigo poder terminar una oración sin tropezar con las palabras.

Time Of Love; sansangDonde viven las historias. Descúbrelo ahora